Según informó el responsable del área de Bromatología, Alejandro Flores, durante la inspección se detectó que parte de la carne carecía del certificado sanitario exigido y no estaba debidamente identificada. “Había carne trozada en bolsas, sin certificados ni documentación, lo que implica un riesgo para la salud pública”, explicó.
Se constató que la mercadería provenía de un establecimiento no habilitado, lo que agravaba la situación.
La carga secuestrada consistía en 42 bolsas de carne con y sin hueso, lo que sumaba un total aproximado de 400 kilos. “Solo se permitió conservar las medias reses y algunos costillares que contaban con la documentación correspondiente”, detalló.
El resto de la carne fue decomisada y trasladada para su destrucción por fuego, bajo la supervisión de la Policía.
Flores también aclaró por qué el producto incautado no puede ser destinado a otros usos. “Aunque resulte impactante desechar alimentos de alto valor como la carne, no se puede destinar para otro fin, ya que no se conoce su origen ni se cuenta con evidencia sanitaria que garantice que es segura para el consumo. No podemos correr el riesgo de poner en circulación un producto que puede ser perjudicial”, subrayó.
Además de las irregularidades en la documentación, se comprobó que el camión no había pasado por la cabina sanitaria, lo que constituye una infracción a las ordenanzas municipales 916/2004 y 915/2004.
El operativo fue destacado por las autoridades locales como parte de los controles que se realizan para garantizar la seguridad alimentaria y evitar la comercialización de productos en condiciones insalubres en la localidad.