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Para el obispo, bajar la imputabilidad no basta para resolver la inseguridad

Monseñor Adolfo Uriona dijo que las leyes para perseguir penalmente a los menores de edad no son suficientes. En cambio, sostuvo que deberían atacarse fenómenos complejos, como el egoísmo extremo y las adicciones

Para el obispo Adolfo Uriona, el hecho de bajar la edad de imputabilidad no basta para resolver el problema de la inseguridad y la violencia. En cambio, el prelado señaló que para lograr esos objetivos se deberían atacar fenómenos culturales complejos, como el egoísmo extremo, y otros factores sociales, como las adicciones. Por otro lado, habló de la crisis económica y aseguró que golpea particularmente a la clase media.

“La violencia es un tema complejo y está relacionado con la cultura. Una cultura que perdió a Dios y se vuelve cada vez más egoísta es muy propensa a la violencia”, sostuvo el obispo diocesano.

“Nosotros lo vivimos, porque la violencia está como vemos muy relacionada con el narcotráfico, con el consumo de drogas. Si uno ve los robos, están directamente relacionados con el consumo de drogas. Nosotros mismos sufrimos los robos en las parroquias”, precisó monseñor Uriona.

En el mismo sentido, se mostró contrario a un abordaje netamente represivo del fenómeno de la violencia. “Más que desde el control policial, tiene que hacerse un análisis más hondo de la sociedad y me parece que hay que trabajar muchísimo más en el tema de la educación”, apuntó.

“No sé si daría resultado”

-¿Alcanza con bajar la edad de imputabilidad a partir de los 13 años?

-No. Yo creo que no alcanza. Pero la Iglesia todavía no tiene una posición. Algún obispo ha presentado su punto de vista, como es el caso del obispo de San Juan, que dice que es una reacción espasmódica esta iniciativa de bajar a los 13 años la edad de imputabilidad. Pero todos nosotros, como Episcopado, no nos hemos pronunciado. De todas maneras, me parece que eso es un elemento y que no sé si daría resultado. Me parece que es más profundo, porque el tema educativo tampoco es transmisión de conocimiento, sino que la educación debe ser en valores. Es decir, es otra manera de vivir y así me parece que se superaría la violencia.

-Cuando la política fomenta la confrontación, ¿potencia el fenómeno de la violencia?

-Yo creo que la confrontación no ayuda. A mí me parece que lo que ayuda, siempre -y eso lo formulamos constantemente los obispos- es el diálogo. Y el diálogo se basa en posturas diversas que buscan una verdad común. Es decir, no es la confrontación.

El impacto de la crisis

-¿Cómo están viendo la situación social desde la Iglesia?

-La crisis se nota, me da la impresión, más en la clase media que en los barrios pobres, porque siempre a eso se lo sufre, pero allí hay más contención en ese aspecto. Por lo menos desde Cáritas e incluso desde el gobierno nacional. Esperemos que se pueda salir, porque el problema no es solamente asistencial. Eso es una cosa paliativa. El tema es cómo generar fuentes de trabajo para que la gente pueda acceder dignamente a su sustento, como corresponde. Me parece que la clase media es la más perjudicada en este momento. Por ejemplo, Cáritas se dedica a los barrios pobres. Me acuerdo que durante la pandemia (de Covid-19) sucedió algo análogo, porque mucha gente sin trabajo tenía que acudir a Cáritas, lo cual era muy humillante. Sobre todo, para el que no está acostumbrado a pedir sino que está acostumbrado a trabajar. Dicen que los sueldos están ganándole a la inflación, pero el tema es quién puede tener trabajo. ¿Quién puede tener un trabajo en blanco? Es un tema complejo para la realidad argentina.

-La Justicia le reclamó al gobierno nacional que reparta a los alimentos almacenados, ¿la Iglesia podría colaborar?

-Sí, la Iglesia está siempre dispuesta. Cáritas está siempre dispuesta en esta ayuda, dentro de los límites que tiene. Es decir, los merenderos y comedores propios de las instituciones que las parroquias sostienen a través de Cáritas, que hoy son más de 20.

-¿Están teniendo una mayor demanda de alimentos, ropa de abrigo, calefacción?

-La demanda de alimentos es general, porque en todas las parroquias eso se está pidiendo y no solamente las parroquias de barrios periféricos, sino en general en casi todas las parroquias. Quizás menos en las del centro, por supuesto. Y en lo que es ropa de abrigo también, porque ha pegado muy fuerte el invierno.