“El punto inicial de Eutopia era tratar de poner a prueba una tesis personal. Una visión que tenía y que repetía en cada oportunidad que brindaba charlas a alumnos a quienes les decía: ‘Se están viviendo tiempos muy interesantes donde los nuevos cambios tecnológicos y la llamada cuarta revolución industrial les va a permitir desarrollar y producir diseños en pequeñas realidades, con control númerico, con cortes láser, con impresoras 3D, y hacer proyectos importantes’. Ese fue mi punto de inicio”.
"El ideal es posible"
Desde Milán, y en diálogo con Puntal ADC, el diseñador industrial salteño Francisco Gómez Paz cuenta porqué "Eutopia", la silla premiada con el Compás de Oro por el mejor diseño del mundo, le permitió confirmar una tesis personal. "Se pueden hacer cosas interesantes desde realidades lejanas, con la cuarta revolución industrial", afirma.
Eutopia (que significa “el ideal posible”) es el nombre de la silla que a mediados de semana fue premiada en Milán, Italia, con el Compasso d’Oro (Compás de Oro) 2020 y quien habla con Puntal ADC desde esa ciudad europea es su creador, el diseñador industrial salteño Francisco Gómez Paz.
El proyecto fue íntegramente desarrollado en su estudio ubicado en esa ciudad del norte argentino durante casi 3 años.
El pasado miércoles recibió una prestigiosa distinción en diseño equivalente a lo que sería un Oscar de Oro en cine, calificando a su producto como “la mejor silla del mundo”.
Fuente del video: Versión Arquitectura (junio, 2018)
Gómez Paz espera que este reconocimiento se multiplique como un mensaje esperanzador para quienes sueñan con poder trascender con sus creaciones desde cualquier lugar del mundo.
Trayectoria
El profesional cursó la carrera de diseño industrial entre 1.992 y 1.998 en la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad Nacional de Córdoba y, con el título profesional, fue a buscar futuro a Europa. Allí se instaló en la ciudad de Milán y completó sus estudios para obtener una maestría en la Domus Academy.
Hace poco más de 3 años volvió a su Salta natal para montar desde allí su propio estudio desde donde desarrolló Eutopia, la silla que hoy es reconocida internacionalmente.
“Puse a prueba mi tesis. Porque con equipamiento, control numérico y tecnología en mi taller de Salta pude confirmar que es posible hacer proyectos súper interesantes que tengan algo para contarle al mundo con ese tipo de tecnologías”, sostiene.
Para agregar: “Los otros productos que competían en la misma categoría eran presentados por empresas grandes, las mejores del mundo. Por eso esto era la historia de ‘David y Golliat’, y se pudo mostrar que a partir de esta realidad pequeña, perdida en el norte de un país del sur del América, logra ganar este premio, al que es muy fuerte”.
“Artesanalidad digital”
La silla ganadora está hecha con máquinas de control numérico, que son como pequeños robots. Parte del proceso está realizado con piezas impresas en 3D y otras cortadas a láser. Pesa tan solo 1,8 kilogramo y no utiliza ni clavos ni tornillos. Las uniones se fijan con cola especial que es utilizada, por ejemplo, por los luthiers para la confección de violines. Está hecha de madera de Kiri, que es reconocida por su resistencia, sustentabilidad y liviandad.
Eutopia se presentó en 2018 en el Salón Internacional del Mueble de Milán, durante la Semana del Diseño de ese año, y fue exhibida en prestigiosas galerías.
“Creo que Eutopia deja un mensaje de tenacidad, de esfuerzo, de lo importante de dejar de creer que hay demonios en el mundo y empezar a ser parte del mundo de un modo positivo y, de un mundo pro-positivo, teniendo sueños, queriendo construirlos. Gracias a estas tecnologías podés saltar un paso en la historia porque Argentina nunca llegó a ser un país completamente industrializado. Entonces, un sistema industrial que empieza a hablar de una cuarta revolución industrial, es una oportunidad para un país que nunca tuvo la revolución industrial plena en su territorio”, señala Gómez Paz.
Y finaliza: “Es posible que una persona vuelva a pensar y hacer, con excelente calidad, las cosas como eran antes de la revolución industrial, gracias a la cuarta revolución industrial”.
Javier A. Borghi
jborghi@puntal.com.ar