El rubro de mayor aumento en el mes fue vivienda, agua, electricidad y otros combustibles, con el 7% por las subas en alquiler de la vivienda y gastos conexos, suministro de agua y electricidad, gas y otros combustibles. Le siguieron educación, con el 6,6%, por el alza en los distintos niveles y tipos de enseñanza; y transporte, 5,1%, por los incrementos en el transporte público.
La división con mayor incidencia en todas las regiones –excepto en la región del Gran Buenos Aires (GBA)– fue “alimentos y bebidas no alcohólicas” con un incremento del 3,6%, donde se destacaron en algunas regiones los aumentos de carnes y derivados y, en otras, las subas en verduras, tubérculos y legumbres.
En la región del Gran Buenos Aires, que reúne a la Capital Federal con el conurbano bonaerense, la mayor incidencia la tuvo transporte con un alza del 5,1%, por los incrementos en el transporte público.
Las dos divisiones que registraron las menores variaciones en agosto fueron “prendas de vestir y calzado”, con una suba del 2,1%, y bienes y servicios varios, con el 2,3%.
A nivel de las categorías, los precios regulados , con un alza del 5,9%, lideró el incremento –por las subas en las tarifas de servicios públicos–, seguida por el IPC núcleo, con el 4,1%, mientras que los estacionales aumentaron un 1,5%.
En lo que va del año los precios minoristas registran un alza del 94,8% y en la comparación interanual, un incremento del 236,7%, informó el Indec.
En cuanto a la división por regiones, el Noroeste tuvo un alza del 5%, por encima del promedio, luego se ubicó la Patagonia con el 4,6%, Cuyo con el 4,5% y Noreste con el 4,4%. El Gran Buenos Aires estuvo por debajo de la media en 4,1% y la Pampeana se posicionó en 3,9%.
Dentro del relevamiento del Indec, se incluye una selección de alimentos, bebidas y otros artículos para el Gran Buenos Aires y sus aumentos: por kilo, papa: +39,5%; batata: +24,8%; yogur firme: +9,9%; zapallo anco por kilo: +9%; galletitas dulces envasadas sin relleno: +8,9%; limón por kilo: +8,8%; jamón cocido por kilo: +8,5%; dulce de leche por 400gramos: +7,2%; salame por kilo: +7,2%; salchichón por kilo: +7,1%.
Por la estacionalidad, así como hubo productos que subieron su valor, otros bajaron, sobre todo las frutas y verduras. A saber: tomate redondo por kilo: -21,9%; lechuga por kilo: -12,7%; pañales descartables por 10 unidades: -2,9%; harina de trigo común 000 por kilo: -2,6%; naranja por kilo: -2,2%; banana por kilo: -2,1%; cebolla por kilo: -1%; yerba mate por 500 gramos: -0,7%; lavandina 1.000 cc: -0,6%; arroz blanco simple por kilo: -0,6%.
Opinan los especialistas
Luego de conocido el informe, y a través de la red social X, el economista Fernando Marrul no dudó en calificar como “fiero el dato” de la inflación, mientras que el director de la consultora Analytica, Claudio Caprarulo, reconoció que la inflación del 4,2% estuvo “un poco por encima de lo que esperábamos”, pero “el dato preocupante es la leve suba de la inflación núcleo a 4,1%, ya que promediaba 3,7% en los tres meses previos”.
“El dato de inflación del 4,2% para agosto fue levemente mayor al esperado por los analistas, impulsado por aumentos en alquileres, servicios públicos, educación y transporte, en línea con lo previsto en un proceso de reacomodamiento de precios relativos y ajustes salariales”, estimó el economista Federico Domínguez.
Prevén baja para septiembre
“Para septiembre, podemos esperar un número más cercano al 3%, impulsado por la baja del impuesto País y de los dólares financieros. En una economía bimonetaria, la baja del dólar paralelo y del dólar financiero tiene un impacto significativo sobre los formadores de precios. En diciembre de 2023, el Relevamiento de encuestadores de mercado proyectaba una inflación del 213% para 2024, cifra que estimo podría terminar rondando el 120%”, agregó el experto.
“El congelamiento de la base monetaria amplia, el superávit fiscal, la no emisión por pasivos monetarios, la baja en los dólares financieros, la normalización del flujo de importaciones, la baja del impuesto País y un mayor reacomodamiento de precios relativos son todos factores que contribuyen a la reducción de la inflación”, cerró.
“El dato de inflación de agosto se sostuvo en línea con los tres meses previos. La incidencia intermitente de estacionales y regulados se conjuga con una inflación que suma el segundo mes al hilo en aceleración”, afirmó Melisa Sala, de LCG.
“El Gobierno tiene como objetivo que la inflación perfore el 1% mensual antes de fin de año. No lo vemos como el escenario más probable. Seguimos pensando que bajar la inflación de 4%/5% mensual a niveles de 1%/2% representa un desafío mayor que el de reducirla desde los niveles de 20% que dejó la devaluación de diciembre. La estabilización de la inflación core (núcleo) mostrando un freno en la desaceleración confirma en parte nuestra idea”, agregó.
“Por ahora, la demanda en niveles bajos colabora poniendo límites a las correcciones de márgenes, pero una recuperación de la actividad aumentará el desafío. A su vez, haber relegado el objetivo de acumular reservas al de desinflar más rápido, podría generar tensiones cambiarias, desencadenando un sendero de desinflación más errático que el esperado. En efecto, la tasa de inflación implícita en los títulos públicos se ubica por encima del 3,1% mensual para septiembre y octubre, todavía lejos del objetivo del Gobierno”, completó la especialista, que cree que en septiembre computarán los aumentos nuevamente de naftas, prepagas, subas postergadas de electricidad y gas y en boletos de trenes en el Gran Buenos Aires.
”Nos sorprendió”
“Nos sorprendió”, afirmó Lorenzo Sigaut Gravina, de Equilibra, sobre el dato de inflación que difundió el Indec. “Pensábamos que iba a perforar el 4% en agosto. No es bueno por la famosa convergencia. Ahora, el tipo de cambio oficial se mueve al 2% mensual y la inflación se aleja. Además, no solo se aceleró el nivel general, sino la núcleo”, agregó el especialista, que recordó que fue 3,7% en mayo y junio; 3,8% en julio y ahora, en agosto, llegó a 4,1%.
“La núcleo ya se había amesetado, pero ahora ya podemos decir que se aceleró. Así que esto es obviamente una complicación, sobre todo por esta idea de la convergencia [con el ritmo al que se mueve el tipo de cambio oficial] y cuanto más se demora la inflación en converger al tipo de cambio oficial, más apreciación cambiaria vas acumulando”.