Especial para Puntal
Inquieto, destacado guitarrista, gran trabajador en el mundo online, Jesús Amaya festejó sus 25 años de profesor girando un mes por México, El Salvador, Colombia y Uruguay. Además, se presentó junto a Víctor Rapetti en el mítico Anfiteatro de La Falda, invitados por la Trova Rosarina. De todo eso y mucho más, dialogó con Puntal: “Lo importante no está en lo que suena, sino en el silencio con el que y en el que muchas veces trabajamos”.
-¿Se podría decir que hace un par de años ya la viste venir?
-Decía Picasso: “Cuando llegue la inspiración, que me encuentre trabajando”, bueno, vengo trabajando en el mundo online desde varios años antes de la pandemia. Lo que vino luego, fue concreción de cosas que se gestaron ese año donde todos estaban asustados y no se podía hacer nada en el mundo real pero sí mucho en el mundo virtual para el momento en que pudiéramos salir.
-Y cuando saliste aparecieron esas giras denominadas "BangTour" acompañadas con el # y el nombre del lugar. ¿Cómo surge la posibilidad de realizarlas?
-Y sí... había que materializar ese abrazo, que ya lo sentíamos desde lo online. Surge de la misma necesidad, más que posibilidad, de encontrarte con gente que fuiste conociendo desde las Clases Online o los Fogones Digitales que comenzaron en la pandemia. Fuimos a Tanti en el 2021, encontrándonos con alumnos de Córdoba, Santa Fe y San Juan, después hicimos el #ConurBangTour de un mes en Buenos Aires, el #MicroBangTour (luego porque no alcanzó el mes anterior), el #MendozaBangTour, el #MerloBangTour, el #CordoBangTour, el #RosarioBangTour y el conocido #BairesBangTour que lo hago mes por medio desde hace un año ya. Este año en marzo tuve la suerte de concretar el #MexicoBangTour.
-Remarcás mucho eso de la necesidad y la posibilidad. ¿Por qué?
-Siempre existen más necesidades que posibilidades en todo ámbito de la vida. Hagas lo que hagas, demanda energía en hacerlo y esa energía viene del trabajo y el estudio, de las ganas y el sacrificio, de la continuidad y la repetición, de la prueba y el error, y finalmente allí es cuando llegan los sponsors!!! (risas). Ya tengo 34 marcas de empresas, casas de música y distribuidores nacionales e internacionales que me apoyan.
-Siendo tantas las marcas y empresas que te apoyan ¿Te pagan? ¿Cómo es el trato?
-Confían en lo que hago en las redes y en los escenarios, y me regalan sus productos. Siempre les digo así: “No quiero dinero. Vamos tranquilos y sin apuro, no me den sus productos hasta que no los necesite”, y cuando les pido algo en concreto no demoran en brindármelo. Algunas con el tiempo como premio por los resultados que lograron a través de mi difusión hasta dinero me obsequian, o viajes, o estadías. Nada tan diferente a un visitador médico o un embajador (risas).
Si hacés números de cuánto salen las guitarras de concierto, los micrófonos, las cuerdas, las púas, los afinadores, los cables, los pedales, las fuentes, las placas de audio, las pedalboards, los conectores, los estuches, las fundas, los soportes para varios instrumentos, insumos en general, productos de mantenimiento y el mantenimiento que te hacen los luthiers a tus guitarras, es muchísimo el dinero que tenés que invertir, pero si todo eso ya lo conseguís gratis o a muchísimo menos costo, canalizás esos gastos en otros, o sea, en todo lo que no puedas canjear!!!
-O sea que hiciste valer tu trabajo en las redes sociales. ¿Eso hacen los Influencers?
-En la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación los estudiábamos como "líderes de opinión" y si, ahora seríamos Influencers. Doy mis charlas y talleres al respecto, porque muchísimos artistas actuales quieren poder venderse y atraer seguidores en sus redes sociales para trabajar mejor, pero como en todo, hay pasos y procesos. Puedo contarte cómo hice los míos, con los pro y contras que fui encontrando.
Hay algo de lo que no nos podemos salvar para que nos vaya bien en lo que hagamos y es leer, ver y escuchar mucho. No te despierta una mañana el timbre de Google diciendo que quiere ser tu socio y darte dólares mensuales a cambio de que subas contenido como ya venías subiendo.
¿Hay herramientas para que te vaya como a mí?, hay miles, ¿pero hay que usarlas a todas y las mismas? nunca se sabe, vivimos en un cambio constante, no seamos giles y no le tengamos miedo a la Inteligencia Artificial, tengamos cuidado con la ignorancia humana que es más peligrosa.
-Hablame del #MexicoBangTour. Imagino habrá varias anécdotas para contar…
-Fue un viaje fabuloso. Fui por Ecuador, El Salvador, las tres semanas en México y volví por Colombia y Uruguay. 7 aviones y un barco de regreso, medios de transporte a los que jamás me había subido hasta el momento (risas).
En Ecuador toqué con Nardel Acuña, un cantante y guitarrista de tango argentino buenísimo, y conocí personalmente a la concertista Naty Osorio Ortiz y Juan Carlos Fierro Rivera, otro guitarrista increíble.
En México fueron tres semanas de recorrer y reencontrarme "onlive" con gente que ya venía trabajando en Guitarra Paso a Paso desde el 2015 como la fisioterapeuta Sandra Romo en Cuernavaca. Visitar alumnos en sus ciudades y armar los fogones ya no digitales si no presenciales. En cada lugar el recibimiento era una fiesta. Son de otro planeta los mexicanos, buenísimas personas y muy cálidos en el trato.
Me olvidaré de muchos pero no puedo olvidarme de Jorge Villa y su familia, Emi con su mamá Flora, Claudia y Jorge Andrade que es un tremendo compositor, Julia y Leonardo y sus familias, Guillermo Maciel y Esteban Lucatero que me ayudaron a buscar lugares para comprar equipamiento a mejor precio, la gente de El Breve Espacio, el teatro donde di una de las charlas, el Grupo Benedictus con los que toqué en una iglesia... Son más seguramente.
Tuve que hacer vuelos internos dentro del mismo país, por ejemplo de CDMX a Guadalajara, otro de ahí a Cancún y Playa del Carmen para volver luego a Puebla en otro avión y en cada lugar encontrarme con gente querida, armar recitales, y dar mis charlas didácticas.
Fui a conocer el Estadio Cuauhtémoc de la Ciudad de Puebla, donde si no le ganábamos 1 a 0 a Uruguay con gol de Pasculli, no íbamos luego el Azteca, el de los goles de Maradona a los ingleses y la final con Alemania en México '86. Fui primero al Azteca y llevé mi guitarra Alpujarra, regalo de la gente de Guitarras Zagert exclusivamente para la gira, obviamente el modelo 86 (risas).
Y tengo que agradecer especialmente a Daniela Viñas, mi pareja, por toda la paciencia, el asesoramiento y la logística de la gira.
-Entiendo que conociste el mar en México. ¿Qué sentiste ante la inmensidad, te tuvieron que ayudar a mirar?
-El mar tampoco lo conocía y que te sienten en el Caribe con arena que parece talco blanco es como mucho de arranque. Es imponente. Pero más me parecieron las Pirámides del Sol y la Luna, el Templo de Quetzalcóatl, las Pirámides de Puebla y la de Chichén Itzá o las ruinas de Tulum y pensaba mientras caminaba en esos lugares tan llenos de una energía mística (no sé si todos la sienten, pero la sentí): qué carajo vinieron a hacer los españoles. Viendo semejante civilización, por qué no se volvieron como vinieron!!! Y mis alumnos en España se quejan de los romanos, en fin...
-¿Cómo ven los mexicanos en la actualidad a la música argentina?
-A la gente que visité la conoce y muy bien. De la gente común y de a pie, es muy loco, pero te tomás un Uber y te sorprenderías si te digo que en sus playlist aparecen L-Gante, Vilma Palma, Los Enanitos, y Bizarrap, ni folklore ni tango. En Colombia y Ecuador igual, pero son más tangueros, eso sí. Quizás la respuesta está en tu misma pregunta. Como la ven a la música y no cómo la sienten y escuchan.
-¿Cómo surgió la invitación para que abrieran con Víctor Rapetti el histórico recital de la Trova Rosarina en el mítico anfiteatro de La Falda? Y ¿Cómo lo vivieron sobre tablas y qué sintieron al ser ovacionados?
-Ufff fue un sueño del que no despertamos aún. Mario Luna fue el organizador de La Trova en La Falda en 1982 y ahora para los 40 años nuevamente. Víctor hizo notas en aquel '82 a los jóvenes rosarinos, así que la amistad con Mario ya viene de aquellos años y Luna al enterarse de nuestro dúo, quería que estuviéramos. Los tres teloneros teníamos media hora cada uno mientras se iban acomodando las 4000 personas en el anfiteatro. Nos tocó ser los terceros ya con el anfiteatro a tope, la gente nos pidió dos bises, cuando tocamos Utopía de Serrat en los tres solos que me deja hacer Víctor nos aplaudieron de punta a punta. Y a la salida ni te cuento, éramos unos rockstars tremendos (risas), nos pedían fotos, discos, tarjetitas y autógrafos!!!. Cuando llegamos al restaurante a cenar con la Trova, la misma ovación cuando entramos y después la cena con semejantes músicos, muchos de ellos amigos de tantas idas mías por allá, no tiene precio. A muchos los vengo entrevistando en mi Canal de YouTube.
¿Cómo viene tu Ciclo de Entrevistas por YouTube?
-Curiosamente no caigo que me hayan dado entrevistas artistas como Juan Falú, Jorge Fandermole, María del Carmen Aguilar, Ricardo Moyano, Jorge Cardoso, Carlos Moscardini, Myriam Cubellos, Eduardo Baranzano, Nora Buschmann, Lucho González, Víctor Villadangos, Sebastián Zambrana, Adrián Abonizio, Julio Lacarra, Ernesto Snajer, Rudi Flores, Pica Juárez, Alberto Rojo, Oscar Herrero, María Esther Guzmán, Néstor Gómez, Eduardo Guajardo, Juancho Perone, Willy González, Marcelo Dellamea, entre cientos más. Todas las semanas, los lunes y los miércoles en vivo a las 21hs. por Jesús Amaya Guitarra en YouTube.
-¿Cómo está el trabajo para los músicos actualmente en Río Cuarto?
-Creo que si sos deportista en esta ciudad te apoyan mucho más. Al ser músico tenés que remarla, muchísimas veces en silencio y bancándote todo. El disco que grabó Gonzalo Antuña con arreglos propios de Alberto Ginastera para guitarra no lo hizo nadie en el mundo y es un delirio que en Europa y Japón se están volviendo locos. El Octeto que armó Pablo Baggini con el que interpretan sus temas es increíble también, pero... ¿todos los escuchamos, los vamos a ver, descargamos sus temas? los medios muy poca bola, por eso creo que el trabajo más importante de los músicos riocuartenses está en el silencio en el que trabajan y a veces les toca moverse, porque ya sabemos que cuando hay mucho ruido, hay pocas nueces.