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Jorge Vaca: "Va a ser una pretemporada de exigencia, de carácter duro"

Mañana a las 18 horas Estudiantes comenzará los trabajos de cara al próximo torneo de la Primera Nacional. Para el experimentado preparador físico, será la oportunidad de darle su impronta en las nueve semanas de duración

A Jorge Vaca le tocó asumir como PF en medio de un campeonato que ya transitaba la recta final, sin la posibilidad de comenzar de cero con los trabajos. Fue acompañar y mejorar lo realizado durante la competencia.

A partir de ahora la situación cambia y sabe que tiene entre nueve y diez semanas para darle desde cero su impronta a un equipo que apunta a mejorar la última campaña.

En diálogo con Puntal comenta lo que va a venir a partir de mañana:

“Es una posibilidad que tenemos de empezar de cero, nosotros nos subimos a este barco con algunos miembros del cuerpo técnico ya andando y nos acoplamos, con la dificultad que eso tiene. Los que ya venían, con el cansancio y saturación que traían, y los que nos subimos tuvimos que adaptarnos a todo lo que había, esa sensación de fastidio por no conseguir resultados, con una expectativa muy alta de lo logrado y conseguido anteriormente, entonces creemos que terminar el torneo con Temperley y darle un cierre del todo era lo más conveniente. Liberar, descomprimir, descontracturar a muchos jugadores que necesitaban ese descanso que no tuvieron en calidad, porque fueron sólo cinco días y después una pretemporada muy rápida la que hicieron en 2021. Pensamos que estamos de cara a una gran posibilidad porque tenemos un buen descanso y una pretemporada que nos va a permitir ir de a poco escalando e ir consiguiendo todo lo que necesitamos para hacer un trabajo de exigencia”.

-¿Cómo se planifica un trabajo de esta naturaleza?

-Se planifica a dónde se apunta, teniendo en cuenta cuáles son las expectativas y necesidades que tiene el club, cuál es el horizonte al cual se quiere mirar y se arma con un carácter exigente por la institución en la que se está. Estudiantes es igual a exigencia y uno tiene que estar acorde a la misma. Va a ser una pretemporada de exigencia, de carácter duro, con dos fiestas en el medio (Navidad y Año Nuevo), con viajes, con cambios de escenarios permanentes para no generar que se vuelva monótono porque es larga, van a ser entre nueve o diez semanas. La fluctuación de los lugares va a permitir que la monotonía no invada el entrenamiento, porque cuando pasa, genera una meseta, lo que te imposibilita generar picos de intensidad. Hemos diseñado dobles y triples turnos, va a haber montaña, arena, ríos, habrá Buenos Aires, partidos de carácter A, B o C que son diferentes tipos de niveles, entrenamientos muy intensos que son los que apuntamos desde que llegamos y vamos a intentar sostenerlos.

-Atrás quedaron los años en los que las pretemporadas eran casi sin la pelota. ¿Cómo ves hoy el presente en cuanto a la planificación?

-Nosotros nos paramos y adherimos a una metodología integrada, esa es lo que vamos a utilizar. En el armado de la misma nos paramos en una posición medial, entre lo global, que es el juego, lo analítico que implica la repetición, pero también en el medio de lo ortodoxo o lo que sería “viejo” o no se usa. No desestimamos nada, la pelota siempre está, al jugador lo motiva, lo mantiene vivo pero no descartamos métodos analíticos viejos, ortodoxos que nos dan resultados.

-Llegan en una situación difícil, ¿con qué estado anímico te encontraste?

-Creo que la emocionalidad que se vivía era de desconcierto, porque el plantel estaba comprometido con el cuerpo técnico anterior, había conformidad con Gerardo en cuanto a su trabajo. Sí encontramos un déficit de intensidad de juego quizá por una cuestión de que el equipo entendía que para no ser lastimado la mejor forma era conservar la pelota, aún así jugando mucho para atrás y que sea una virtud que el equipo tenía, a lo cual nosotros intentamos, cuando llegamos, buscar otra cosa, pasar más tiempo atacando, ser más vertical, directo y eso implica intensidad. Nos encontramos con un plan de trabajo que apuntaba a mucho tiempo, pero poco tiempo vivo de tarea, es decir que estamos dos horas en el entrenamiento pero entrenamos sólo una y la restante es todo pausa, tiempo muerto, explicaciones largas. Lo que intentamos es comprimir, acumular, que se trabaje mucho más tiempo vivo de entrenamiento. El grupo fue cambiando ese desconcierto por convencimiento, empezar a saber que era la manera, se empezaron a sentir mejor desde lo físico, a terminar los partidos más enteros y no metidos atrás y por momentos seguir buscando los partidos. En esa conjunción que hay entre lo que vos me das y yo creo está el convencimiento, y eso hizo que el equipo terminase bien dentro de lo que teníamos, conforme con lo que los chicos daban.

-Te pregunto por Pardo, ¿te sorprendió su rendimiento y físico habiendo jugado casi todos los minutos del torneo?

-Muchos me sorprendieron, a Franco Pardo lo conozco de Belgrano, no me sorprende el rendimiento, es un jugador que está evolucionando en su juego y maduración como futbolista. Después me sorprendieron jugadores como Maffini en cuanto a su trayectoria y conservación en el juego; Padilla también, que es un jugador que tiene una trayectoria y una desgaste metabólico muy alto y, sin embargo, él siempre se exige y compromete para completar entrenamientos y partidos. Bottino, que siempre es admirable por la predisposición para entrenar. Además de aquellos que no venían jugando y son excelentes personas. Dutari o Formica, por ejemplo, que ya no están en el plantel; podría nombrarte muchos, inclusive aquellos que no tuvieron posibilidad de jugar.

-Y el caso de Maxi Padilla, ¿cómo lo analizás?

-Hay físicos que son funcionales al juego y otros que lo son a la estética colectiva. En Maxi como terminó es funcional al juego porque le permitía rendir de una manera óptima en la posición de central, si él tuviese que jugar de lateral debería reducir su composición porque tiene mayor desgaste y recorrido. En la posición de marcador central a Maxi le sobra. Después está esto de que necesito mostrarme para fuera de una manera que convenza al de afuera pero que a mí no me sea beneficiosa y se entra en una disyuntiva, el jugador empieza a sentirse en una duda y esas dudas suelen caer en la ansiedad y te lleva, por lo general, a que caigas en la comida. Por eso siempre digo esto del peso funcional y el peso estético colectivo, ahí me trato de manejar como para dejar al jugador una cierta tranquilidad. Es decir dos kilos de más no te dejan afuera de nada, si te limitan capaz a completar 90 minutos o te comprometen a una lesión. En eso tratamos de manejarnos porque estamos hablando de personas y muchas veces canalizan sus situaciones por la comida, la mala alimentación, el desorden o muchas otras variables.

-Desde tu lugar, ¿qué expectativas te genera este nuevo campeonato?

-Las mejores expectativas, que radican en la posibilidad de poder diseñar y amalgamar una pretemporada y armar un buen grupo de jugadores, darles una intensidad que sea propia de Primera División y poder generar un equipo competitivo que se meta en un octogonal y nos dé la posibilidad de conseguir un ascenso. En lo particular, me tocó decir que no a posibilidades de Primera que me llegaron con el cuerpo técnico que estaba anteriormente y apostar por este proyecto, mis expectativas son grandes al respecto.