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La decisión de proteger a los jubilados

Marcelo Casaretto*- Diputado nacional (FdT)

Una comisión especial, conformada por diputados, senadores y funcionarios del Poder Ejecutivo, comenzó a trabajar para crear un nuevo índice de actualización de los haberes previsionales.

El Gobierno del presidente Alberto Fernández, con una serie de medidas tomadas desde diciembre, busca fortalecer los ingresos de los jubilados, especialmente los de menores ingresos. En ese marco, se dispuso un aumento del 6,12 por ciento para todos los jubilados y pensionados a partir de junio. El 80 por ciento de ellos le ganará a la inflación en el primer semestre de 2020.

Los jubilados y pensionados recibirán en junio un aumento del 6,12% en sus haberes. De esta manera, la jubilación mínima pasará a ser de $ 16.864, y la máxima de $ 118.044 pesos. Los aumentos acumulados de junio y de marzo significa que las jubilaciones mínimas crecieron un 19,9%. Las proyecciones de inflación para el primer semestre se estima en un 14,4%, por lo que el incremento de las mínimas es en términos reales del 5,1%. Más del 80% de los jubilados le van a ganar a la inflación.

Desde la asunción de la actual administración, los jubilados y pensionados también han obtenido un ingreso indirecto producto del congelamiento de tarifas de los servicios públicos y el regreso de los medicamentos gratuitos que otorga el Pami. Además no se les hicieron los descuentos de los créditos tomados ante la Anses.

Si consideramos la evolución desde noviembre de 2019, podemos ver que las jubilaciones mínimas acumulan un aumento de 30,4%, y superan en 12,3% a la inflación, que se estima en 18,1% en ese período.

En noviembre de 2019, último mes completo de la administración anterior, la jubilación mínima era de $ 12.937,22. En diciembre de 2019 pasó a $ 14.067,93, pagaderos ya en la administración actual. En marzo de 2020 pasó a $ 15.892. En junio pasó a $ 16.864. La inflación del primer semestre de este año se estima en 14,4%.

La crisis de la pandemia afecta a la actividad económica. El FMI estimó en abril que la economía mundial caerá más del 3 por ciento. También está afectando a la Argentina, donde se estima una caída del PBI para este año, que se suma a la caída del 2018 y 2019. La consecuencia inmediata son las caídas de las recaudaciones de impuestos en términos reales y de aportes patronales y personales al sistema previsional. Los acuerdos entre UIA y CGT tratan de garantizar un mínimo del 75% de los salarios de los trabajadores activos, en los sectores más afectados por la pandemia. Esto significa que algunos trabajadores en actividad podrían tener una baja salarial de hasta el 25% en estos meses. El Gobierno ha suspendido los despidos y suspensiones de trabajadores, y hace el gran esfuerzo de aportar hasta un 50% de salario complementario a través de los ATP, más los créditos al 24% para las empresas, y a tasa 0% para monotributistas y autónomos.

Es un esfuerzo muy grande del Gobierno otorgar, en este contexto, con los recursos de todos los argentinos, estos aumentos a los jubilados. Por supuesto algunos opositores que gobernaron hasta hace 5 meses pretenden dar una receta a la actual administración, después de haber bajado un 20% las jubilaciones con la reforma previsional de fines de 2017. Ellos estimaron crecimiento de la econo- mía, aumento de los recursos fiscales, y una baja de la inflación.

Por supuesto, los resultados de sus políticas económicas, totalmente contrarios, perjudicaron a los jubilados. Pero eso ya es historia, donde ya no cuenta tanto mi opinión, sino la del conjunto de los argentinos que en octubre votaron a Alberto Fernández y a Cristina Fernández de Kirchner.