Una banda integrada por seis riocuartenses, tres de ellos alojados en la cárcel de nuestra ciudad, irá a juicio por cometer estafas telefónicas en Villa General Belgrano, Río Tercero y también en otras provincias.
La causa, que incluyó allanamientos en el penal local y también en varios domicilios de nuestra ciudad, fue elevada a juicio ayer por el fiscal de Instrucción y Familia de Primera Nominación de Río Tercero, Alejandro Carballo.
La organización delictiva tenía como cabeza a Alejandro Agüero, quien se encuentra detenido en la Unidad Penitenciaria N° 6, aunque se valía de otros dos internos y tres personas que estaban en libertad que se encargaban de realizar las operaciones bancarias.
Agüero y sus compañeros de celda Cristian Oviedo y Eduardo Oviedo están imputados de asociación ilícita y estafas reiteradas. También integraban la organización Claudia Cuello, Nadia Lucero y Carlos Prette.
La investigación judicial se inició a partir de la denuncia realizada por un vecino de Villa General Belgrano, quien había publicado en Facebook que pretendía vender un Ford Falcon modelo 82. El 16 de junio de 2020 fue estafado en 96 mil pesos.
En la elevación a juicio, el fiscal Carballo detalla que “a través de un perfil falso creado en la red social Facebook, a nombre de Oscar Suing, se procedía a contactar a aquellas personas que hubieran publicado para la venta vehículos automotores y simulaban encontrarse interesados en la adquisición de dichos rodados. Conformaron una estructura delictiva que les permitió consumar numerosas defraudaciones”.
Según la investigación judicial, Agüero tomaba el primer contacto con los vendedores a través de Facebook y, empleando un perfil falso, solicitaba un número de teléfono para contactarse con las víctimas, y efectuaba los llamados telefónicos que fueran necesarios a fin de ganarse la confianza de ellas, mostrando interés en adquirir el rodado y realizar el mismo día una transferencia electrónica por la totalidad del monto solicitado.
“Siempre mediante el contacto telefónico previo del imputado Agüero y en algunos casos de Eduardo Oviedo, quien fingía ser contador del primero, solicitaban a las víctimas que concurrieran a un cajero automático y una vez en el lugar, Agüero las guiaba y les indicaba las supuestas operaciones electrónicas que debían efectuar, para recibir el monto dinerario solicitado para la operación”, agrega la acusación. “Así Agüero lograba que realizaran una transferencia electrónica a su favor por el monto que en ese momento tuvieran disponible en la cuenta”.
Según el fiscal, “con los datos obtenidos de las cuentas bancarias y las claves electrónicas, Agüero u Oviedo, de manera indistinta, gestionaban créditos inmediatos en nombre de sus víctimas o transferencias electrónicas, con lo cual lograban defraudarlos y perjudicarlos patrimonialmente”.
La maniobra se completaba con las cuentas bancarias de Cuello, Lucero y Prette.