Diez meses después de que la noticia de ocupación de tierras en Holmberg sacudiera a la tranquila localidad, la Justicia Federal avanzó sobre el intendente de esa localidad, Miguel Negro, y su aliado y excandidato a sucederlo en el cargo, Ignacio Alaniz, al procesarlos por “instigación a la usurpación”.
No son las primeras malas noticias judiciales para ambos, ya que, desde que se conoció el hecho y luego trascendió un video de una reunión de Alaniz supuestamente con parte de los usurpadores de los terrenos del Ferrocarril, la situación judicial se les fue complicando. En ese encuentro, que algún okupa grabó, Alaniz pide dejar los terrenos con los alambrados puestos y simular un abandono de las familias a cambio de que después él se haría cargo personalmente de la gestión para comprar las tierras, simular alguna instancia administrativa y terminar adjudicándoselos de manera directa. Para eso, Alaniz debía ser electo en los comicios por la intendencia que después de 40 años dejaría libre Negro, su padrino político. Eso finalmente no ocurrió porque ambos perdieron las elecciones en manos de Maximiliano Rossetto, de Hacemos por Córdoba, que dio el batacazo. Esa fue la mala noticia política para el binomio oficialista.
A partir de allí y luego de recopilar pruebas y secuestrar incluso los celulares de ambos dirigentes, más documentación y hasta vehículos de la Municipalidad, la Justicia avanzó con la imputación del intendente y del entonces candidato. A renglón seguido debieron comparecer para prestar declaración ante el fiscal federal Rodolfo Cabanillas. Eso ocurrió en junio. Negro dijo al salir de las oficinas judiciales que no lograba entender lo que ocurría. El intendente había sido quien se había presentado originalmente en los Tribunales a realizar la denuncia. La Justicia, sin embargo, dejó en claro ayer que tiene argumentos para sostener que fue parte de la instigación a la toma. Sumado a ello, se supo que el propio Negro habría intercedido solicitando a través de nota enviada al Ersep (órgano regulador de servicios) la autorización para llevar al sector una red eléctrica y dotar del servicio a esos terrenos ocupados. Alaniz, en el video que lo ubica presuntamente con los okupas, incluso menciona a funcionarios del Ersep con quienes habría que hablar para agilizar los trámites.
En aquel momento fue la Gendarmería la encargada de liberar los terrenos sin que se generara ningún conflicto con las personas que habían decidido instalarse en los lotes del Ferrocarril. ¿Habría sido el desalojo pacífico consecuencia de la reunión con Alaniz? Eso es materia de investigación también.
Lo cierto es que se espera ahora conocer también qué pasará con las personas que estuvieron habitando esos terrenos, que fueron en definitiva las que cometieron el delito, instigados o no.
El 4 de junio se realizaron las elecciones municipales en Holmberg y ese día el intendente Negro perdió con su alfil Alaniz en manos de Rossetto.
Vale recordar que Negro permaneció al frente de la intendencia desde 1983 de manera ininterrumpida, constituyendo un caso único en el país. Y no pudo buscar un nuevo período no porque no haya tenido voluntad, sino porque en la Legislatura provincial no hubo consenso para habilitar a los intendentes reelectos a buscar un nuevo período en sus Municipios. Por eso Negro, un histórico del peronismo cordobés, debió desistir de la carrera y creó un frente con otras fuerzas para enfrentar a otros sectores del justicialismo bajo el sello de Hacemos Unidos por Córdoba, que impulsó a Maximiliano Rossetto, el verdugo de los planes políticos de Negro y Alaniz. En ese clima de confrontación política, Negro deslizó la posibilidad de que la toma de tierras haya sido una operación política en su contra. La Justicia cree que hay elementos para pensar que en realidad él y Alaniz fueron instigadores.
Luego, la derrota en las urnas significó además la imposibilidad de cumplir con las promesas sobre los terrenos que había vertido en aquel video el candidato para cuando le tocara asumir el cargo y reemplazar a su padrino político.