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Kinesiólogos señalan que crecen las denuncias por ejercicio ilegal de la profesión

El cuerpo de colegiados mostró preocupación ante el incremento de pacientes que sufren lesiones tras ser atendidos por personas sin título habilitante ni matrícula. Trabajan con el Municipio para reforzar los controles.

Los centros de estética y spa, así como consultorios en diversos barrios de la ciudad, se han multiplicado y de la mano de ello también se ha incrementado la cantidad de personas que ejercen la profesión de kinesiólogo realizando masajes y tratamientos sin ningún título habilitante o matrícula como lo establece la ley. El número de denuncias de pacientes que terminan con lesiones o dolencias graves tras ser atendidos por no profesionales ha ido en aumento en los últimos tiempos y, con ello, el crecimiento de la preocupación por parte de los especialistas. 

Así lo indicó a Puntal el presidente del Colegio de Kinesiólogos de Río Cuarto, Luis Carpio, quien adelantó que ya trabajan con la Secretaría de Gobierno en una estrategia para reforzar controles tanto en centros de formación como en consultorios privados. 

“Se trata de la problemática de lo que llamamos el intrusismo. Es una situación que genera un gran riesgo para la población, porque está en juego la salud. Corre peligro la gente al someterse a tratamientos que no están avalados, que son hechos por personas que no están formadas profesionalmente, con los años que deben cumplir como cualquier estudio universitario”, explicitó.

-¿Hay una legislación que los protege ante estas situaciones de ejercicio ilegal?

-La ley nacional establece claramente que los únicos que estamos capacitados para ejercer determinados tipos de tratamientos somos los profesionales universitarios. Está claramente marcado en la legislación.

-¿Han recibido muchas denuncias de pacientes atendidos por personas no profesionales?

-Acá en la Regional de Río Cuarto estamos teniendo muchas denuncias de gente que ha sido atendida por pseudoprofesionales. La gente, con su inocencia, cae en ciertos lugares y los atienden personas que se hacen llamar masoterapeutas. Algunas de esas personas incluso también cayeron en lugares que se dicen formadores, de rápida salida laboral. Curso de masoterapeuta en 3 meses. Ahí hay un engaño al consumidor. No-sotros mismos hemos hecho denuncias a la Defensoría del Consumidor que depende de la Provincia y se han llevado a cabo determinados actos y multas, pero no se cierra totalmente el círculo. Se les manda carta documento, se les hacen multas y en muchos casos las pagan y siguen trabajando. Hay centros formadores donde esta gente va y les entregan un diploma con una supuesta matrícula con un número. Estos lugares no tienen la aprobación ni siquiera del Ministerio de Educación.

-¿Qué tipo de riesgo corren los pacientes?

- En muchos casos las denuncias son por parte de personas que han sufrido quemaduras, por ejemplo, por la atención de un pseudoprofesional que no sabía utilizar la aparatología. Eso no sería tanto como el hecho de que en algunos tratamientos hay contraindicaciones. Es decir, uno no puede hacer porque sí un masaje. Lo que hace el masaje es relajar el músculo y muchas veces el paciente siente una mejoría. Pero, si esa persona tiene una enfermedad en el músculo o un problema a nivel articular o un tumor en esa zona, en estos casos el masaje está contraindicado porque tal vez puede exacerbar el problema. Esto es grave, no tener conocimiento de la fisiología, cómo funciona el cuerpo humano y los alcances de cada aparatología. Hay aparatos que se usan en determinado estadio de una enfermedad, debe tener su tiempo y su forma.

- ¿La solución es reforzar los controles?

-Hemos empezado a trabajar a través de la vocalía de acción gremial con la Provincia y quienes habilitan consultorios. A su vez,  estamos en contacto con la Secretaría de Gobierno de la Municipalidad para ver si de alguna forma podemos ejercer algún control de policía con quienes realizan el ejercicio ilegal. Ver hasta dónde la ley permite trabajar. Por ahora, en muchos casos las denuncias se llevan al Tribunal de Disciplina que regula a nivel provincial el ejercicio de la profesión, porque nadie que no tenga el título y matrícula correspondiente está habilitado para ejercer la profesión, ni siquiera un alumno del último año de la carrera, que ya hizo todo.