Hay un dato que puede servir de ejemplo: mientras en julio las marcas más elevadas de lluvias alcanzan los 10 milímetros en departamentos como Marcos Juárez o Roque Sáenz Peña, en septiembre esas cifras escalan hasta los 45 milímetros en Marcos Juárez o 51 milímetros en Unión. En estos dos departamentos, claves en materia agrícola, los registros del mes pasado quedaron en cero.
Es decir, el mes que debía empezar a revertir el déficit que se arrastra desde fines de la última campaña, lo que hizo fue agravarlo al extremo. Se suma un elemento más: el fuerte viento que se registró durante muchos días del mes pasado y que todavía persisten, lo que hace bajar fuerte la humedad ambiente y provoca voladura de suelos secos al extremo.
Pero ahora lo que también preocupa es hacia adelante, donde las expectativas no parecen ser las mejores. Hay pocas chances de que ese déficit se recupere, al menos en el corto plazo.
Según el pronóstico trimestral del Servicio Meteorológico Nacional, la zona central del país, y Córdoba en particular, tendría temperaturas por encima de las medias históricas y lluvias por debajo de las habituales para el último trimestre. Es decir, en términos productivos, un ambiente que ofrecerá pocas lluvias y demandará mucha agua.
Concretamente la que presenta los extremos de temperaturas y bajas lluvias como mayor probabilidad es la Región Centro: Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos. Se suma, con menores chances de lluvias, el centro y Este de Buenos Aires. Es decir que la zona productiva por excelencia y que además cuenta con la principal vía fluvial será la que tendrá las peores condiciones si el pronóstico se concreta.
Vale recordar que el sector productivo nacional hilvanó tres años de Niña consecutivos y en la última campaña, que prometía una recuperación, sorprendió el masivo avance de la chicharrita que afectó el maíz en gran parte del área sembrada, especialmente en el centro norte de la Argentina. Este último episodio hizo que para este próximo ciclo muchos productores desistan de apostar por ese cultivo y lo reemplacen por alternativas, mayormente la soja.