Los familiares de José Luis Sosa, el estudiante fallecido en un colegio de Laboulaye hace un año, reclamaron ayer frente a los tribunales de esa ciudad.
“Recién, después de un año, pusieron dos peritos para hacer una pericia. Tres pedidos se le realizó al Ministerio de Educación en este último tiempo y nunca respondieron”, afirmó Patricia Calderón, mamá del alumno de 18 años.
La convocatoria fue realizada por “Madres y padres unidos en lucha por una justicia justa y equitativa de Laboulaye”. A media mañana de ayer se realizó la convocatoria en San Martín e Independencia, para luego colocar carteles con la imagen del adolescente en el edificio de tribunales.
Se informó que el próximo viernes se iniciará la tareas de los peritos Ricardo Alberto Manzino y Norberto Mendez para determinar las circunstancias del grave hecho registrado en el IPETYM N° 257 “Dr. René Favaloro”.
El joven estudiante falleció en la tarde del 12 de junio del año pasado, en el interior del colegio.
“Me lo dejaron abandonado, ni siquiera botiquín tenía el colegio”, consignó la mamá, quien agregó: “Hace un año que espero que llegue también un informe sobre una posible pérdida de gas en el edificio”.
Planteo
Familiares y amigos de Sosa concentraron cerca del mediodía de ayer frente a la sede de tribunales para que se acelere la investigación del trágico suceso caratulado como “muerte de etiología dudosa.
El 12 de junio del año pasado, el estudiante se descompensó en el interior del colegio.
Calderón indicó que fueron varios los pedidos de la Fiscalía de Instrucción, a cargo de Georgina Osella, al Ministerio de Educación, entre los que mencionó: cuál era el protocolo de emergencias, si había existido capacitación docente frente a estos imprevistos, si la escuela contaba con un desfibrilador y si los números de contactos del servicio de emergencias estaban visibles.
“Nunca hubo respuestas. Después nos enteramos de que ni los números de emergencias estaban visibles”, denunció la madre en medio del dolor por la pérdida de su hijo.
La mamá de José estuvo acompañada por Mariela Flores, mamá de Joaquín Sperani, quien fue asesinado por un compañero.
La madre del joven explicó que cuando se desvanece su hijo, uno de sus compañeros llamó a la Policía para que convoque al servicio de emergencias, ya que no había respuestas de los directivos del establecimiento educativo.
“Este compañero tuvo que llamar él a la Policía viendo que los directivos no hacían nada. Mi hijo se descompuso a las 13.40 y a las 13.56 llamaron a la Policía”, puntualizó Carranza.
Agregó que los directivos tendrían que “haberlo reanimado, pero lo dejaron abandonado”.