Más allá de las abundantes lluvias de enero, en la provincia hubo registros muy dispares en este 2021 a lo largo del territorio y eso llevó a que si bien en general Córdoba parece mejor posicionada en la recta final de la campaña gruesa nacional, hay productores que cerrarán un ciclo apenas regular.
Pero hay algo en lo que las principales proyecciones coinciden: la provincia fue mejor tratada por La Niña, especialmente cuando se contrasta con amplias zonas de Buenos Aires o Santa Fe.
Por eso no sorprende que en la última proyección realizada por la Bolsa de Comercio de Rosario se destaque que Córdoba va camino a convertirse en la principal productora de los dos grandes cultivos en este ciclo: soja y maíz. Sería un hecho muy destacado para la provincia que según ese informe alcanzaría las 20 millones de toneladas en maíz sobre un total nacional de 48,5 millones, y en soja sumaría 14,5 millones de toneladas sobre 45 millones en total. En este último cultivo, desplazaría a Buenos Aires, y allí es clave el comportamiento del clima porque incluso Córdoba tuvo menos hectáreas sembradas, pero se espera un rinde promedio de 32,1 quintales, que se mantuvo sin cambios entre el 10 de febrero y el 10 de marzo, pese a que en esa ventana temporal las lluvias se interrumpieron.
Recién regresaron ayer, con aportes de hasta 10 y 15 milímetros que son clave para detener el deterioro y comenzar a recuperar terreno porque la Bolsa de Cereales de Buenos Aires anticipó en su informe climático que en la próxima semana habrá lluvias generalizadas de entre 25 y 50 milímetros en la provincia, pero especialmente en la zona de Río Cuarto ese valor podría crecer hasta los 75 milímetros, lo que ya le daría una tendencia importante al resultado final de la campaña. Que como ya lo muestran los números, no será del nivel de los dos últimos años, pero seguramente cerrará mejor de lo que se pensaba durante la celebración de las fiestas de fin de año. De hecho, casi todas las lluvias registradas se concentraron en el primer mes de 2021.
La primavera y el primer tramo del verano se caracterizaron por la sequía, al igual que febrero y los 10 primeros días de marzo.
“Febrero y los primeros diez días de marzo no dejaron lluvias importantes a gran parte del área central, en especial el este. Hay pérdidas muy graves de rindes y de superficie sembrada. Aún no es posible estimar el piso de producción con la que terminará está campaña de soja de extenderse la falta de agua. Las imágenes de la anomalía de reserva de agua en el suelo al miércoles 11 de marzo y la de hace más de un mes son elocuentes y muestran el cambio de escenario y el avance de la desecación”, remarcó la Bolsa rosarina.
El impacto en los granos
Y agregó: “Se estima que por la falta de agua se perderán 850.000 hectáreas, que, en gran parte, se trata de cuadros de sojas de segunda. Tras el crecimiento del área triguera, la soja de segunda ocupa este año casi 5,3 millones de hectáreas en el país, o sea el 31% del total de la oleaginosa, que alcanza las 17,2 millones de hectáreas. Por eso, la caída de rindes se hace sentir sobre los promedios, sobre todo en la franja este de Argentina ya que en buena parte de la región pampeana se estima que los rindes en soja de segunda podrían testear el rango de 15 a 25 quintales. Con este nuevo panorama, el rinde nacional promediaría 27,5 quintales por hectárea, 1,7 quintales menos que en el informe anterior. Por lo tanto, la producción de soja se estima en 45 millones de toneladas” frente a las 49 millones calculadas en febrero. Por eso la Bolsa rosarina destaca que “Córdoba está sosteniendo la producción argentina, con un promedio de 32,1 quintales por hectárea”.
Para el caso del maíz, Los números de rinde de las siembras tardías siguen en vilo a la espera de nuevas lluvias y podrían afectar negativamente los guarismos provinciales en el este de Argentina. Los maíces tardíos transitan etapas críticas, pero, en el oeste de la región Pampeana, dónde tienen mayor participación, cuentan con mejores condiciones ambientales”, explica el informe de la Bolsa de Rosario.