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Los porqués de la nutrición

“Menos sal, más vida”, dice el Ministerio de Salud. Ahora, ¿qué pasa con la sal? El tema principal está en uno de sus componentes: el sodio, un elemento esencial para la regulación del volumen de la sangre, la presión arterial y otras funciones.

A diario recibimos recomendaciones de cómo deberíamos alimentarnos para estar saludables. Mucho se habla, en múltiples ámbitos, y no sólo cuando vamos al nutricionista.

Sin embargo, tratándose de nuestra salud no debemos dejar de inquietarnos y conocer los porqués para poder tomar medidas a conciencia.

Hoy vamos a conocer algunas de estas recomendaciones y por qué es necesario prestarles atención.

“Menos sal, más vida”, dice el Ministerio de Salud. Ahora, ¿qué pasa con la sal? El tema principal está en uno de sus componentes: el sodio, un elemento esencial para la regulación del volumen de la sangre, la presión arterial y otras funciones. Sin embargo, cuando es consumido en exceso puede provocar distintas repercusiones en la salud, como aumento de la tensión arterial, daño renal, a nivel de los vasos sanguíneos y otras.

Actualmente, con el consumo de productos industrializados, en los que el sodio es utilizado, entre otras cosas, como conservante, ha aumentado drásticamente el uso de este elemento por encima de lo considerado “saludable”. Por esto, es necesario reducir el agregado de sal a nuestras comidas. Algunas formas de hacerlo son: usar mayor variedad de especias y hierbas para condimentar (orégano, pimienta, provenzal, ajo, laurel, nuez moscada) y agregar la sal, en cantidad medida, en el plato ya servido (no en caliente, porque no se percibe bien el sabor).

“Hay que reducir el consumo de azúcares simples”, ¿lo han escuchado? ¿Será simplemente un capricho esta recomendación? Para nada. La Organización Mundial de la Salud insiste en que es necesario bajar la ingesta de azúcares libres que se añaden a los alimentos y las bebidas durante su elaboración y también de aquellos presentes naturalmente en alimentos como miel, jarabes, jugos de frutas y concentrados de jugos de frutas.

Un consumo elevado de estos se relaciona con una pobre calidad nutricional en la dieta, ya que aportan calorías vacías de nutrientes. A su vez, el incremento progresivo en su consumo, que se viene viendo a lo largo de los últimos años, se asocia con problemas de sobrepeso y obesidad, con las repercusiones que generan en la salud: diabetes, hipertensión arterial, hígado graso, enfermedades cardiovasculares, dislipemias.

Ahora… reducir ¿significa eliminar? No. Como siempre, moderar es la clave. Debemos saber que cualquier exceso o extremo es malo y buscar el equilibrio es necesario para poder tener una buena calidad de vida en todos los aspectos.

Lo esencial es ser conscientes de que nuestros hábitos hacen a nuestra calidad de vida. Optar por preparar las comidas en casa es un gran paso, ya que nos permite que seamos nosotros quienes decidimos qué ingredientes usamos y cómo.



Hoy, volvemos a poner manos a la obra y preparamos un BUDÍN INTEGRAL DE CAFÉ Y NUECES que es una delicia. No tiene harinas refinadas ni azúcar y… ¡es riquísimo!

¿Qué vas a necesitar?

250 g de Harina integral fina

1 cucharada de polvo para hornear

45 ml de aceite neutro (ej.: de coco o girasol)

Edulcorante apto para cocción (2 cucharadas soperas aproximadamente)

1 cucharadita de extracto de vainilla

120 ml de café preparado

Un puñado generoso de nueces

1/2 vaso de leche descremada

2 huevosSencillísimo de preparar…

Primero, comenzamos batiendo los huevos hasta espumar un poco. Luego, vamos agregando el resto de los ingredientes líquidos y el edulcorante.

Finalmente, agregamos la harina y las nueces. Integramos bien todo y vertemos la preparación en un molde previamente enmantecado y enharinado.

Llevamos a horno 180°C, durante unos 30 minutos. Esperamos unos minutos que se enfríe y desmoldamos

¡Probá e incorporalo como parte de tus desayunos o meriendas!

Lic. Bárbara Collosa MP.: 4081

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