Alberto Morelli es el presidente de Maizar, la cadena de maíz y sorgo, y será uno de los animadores hoy de la 8° Convención del Maíz y segundo encuentro de la Región Centro que se desarrollará en la capital provincial. El directivo tiene a Córdoba como un ejemplo a seguir en materia de desarrollo agroindustrial y asegura que “hay otro clima para el crecimiento y la inversión”.
"Cerrar exportaciones es aumentar la inseguridad del que invierte"
El titular de Maizar, Alberto Morelli, insistió en que la agroindustria tiene mucho por crecer y de manera federal
Fue también uno de los participantes centrales del cierre de año de las cuatro cadenas de granos y allí compartió con el ministro Julian Domínguez, y sus pares de Acsoja, Argentrigo y Asagir. Morelli destacó que el funcionario habló de proteger al productor y crecer en volúmen de granos como punto de partida para una agroindustria más robusta.
“Lo que tenemos que lograr en el país es previsibilidad, ese debe ser el punto de partida. Vemos a Brasil como una potencia exportadora y eso, entre otras cosas, se debe a que en materia de comercio exterior se mantuvo con un norte firme, la diplomacia trabaja de la misma manera así esté Lula o Bolsonaro. Y por eso logran los mercados que logran y eso tiene una traducción directa en su economía doméstica. La gente que hizo grande la agroindustria en Brasil no es discutida y en ellos hay ministros de distintos gobiernos. Alysson Paulinelli, Roberto Rodríguez, hicieron cambios muy trascendentes en la Brasil agrícola y se transformó en agroindustrial. Y tuvieron una visión común de lo que tenían que hacer y hacia dónde iba el mundo”, consideró Morelli en diálogo con Tranquera Abierta.
¿Podemos hacer algo parecido?
Tenemos muchas chances para aprovechar nuestras potencialidades porque desde el sector privado hay una clara visión de hacia dónde va el mundo porque está inserto en el mundo real, de los negocios, del desarrollo y las tecnologías. Lo que necesitamos del Estado es que dé la certidumbre para que esos pasos se puedan dar. Y eso tiene que ver con un alineamiento claro con las primeras economías del mundo, alinear negocios, detectar los mercados y hacia adentro tener en claro un abanico de pincipios económicos, de la macroeconomía. Porque en el caso puntual de nuestra cadena, somos pura transformación y tenemos claro hacia dónde ir.
¿Cómo es eso?
Transformamos el 30% de lo que producimos de maíz y el resto lo exportamos como grano, y no reniego de la exportación sino que creo que tenemos que ir a mayor producción y mayor transformación local. Pero para eso es necesario que haya inversión y para eso debe haber una macroeconomía controlada. Si hay inversión hay más puestos de trabajo y entonces habrá un sector de la población que ya no tendrá que ir a los centros urbanos a vivir en la periferia, sino que podrá quedarse en su localidad con trabajo de calidad. Y cuando hablamos las cuatro cadenas estamos convencidos de cuál es el escenario, el país que nos gustaría tener; desarrollarnos.
¿El maíz es un camino?
En el caso del maíz, que según la Bolsa de Cereales es el cultivo más federal, se puede desarrollar desde Salta hasta Río Negro, Chubut, se pueden crear centros de transformación con agregado de valor. Al sur del río Colorado podemos explotar la carne vacuna libre de aftosa sin vacunación, podríamos ir a un corte de biocombustibles del 27% y tendríamos que generar inversiones por mil millones de dólares para ampliar las plantas que existen y montar nuevas; sumar producción porcina, trabajando en nuevos mercados. Eso es una Argentina con más desarrollo federal, mejorando la conectividad con rutas, vías.
Cerrar exportaciones entonces no sería la fórmula...
Cerrar exportaciones es aumentar la inseguridad de aquel que invierte. Si hay temor a que eso ocurra, no hay inversión. Eso ya lo probamos y de hecho el maíz tuvo cierre de exportaciones cuando existían los registros y asignaban cupos. En ese momento teníamos 3 millones de hectáreas sembradas y le decíamos al Gobierno que si quería más maíz había que liberar el mercado. Cuando hubo cambio de Gobierno se liberó el mercado y pasamos las 8 millones de hectáreas sembradas. No era muy difícil lo que proponíamos, era una cuenta sencilla. Por supuesto que tiene que estar acompañado por un precio que entusiasme al productor para tomar el riesgo, aunque el maíz tiene cada vez menos riesgo climático por la mayor ventana de siembra que tiene.
¿Por qué el maíz sigue creciendo en superficie?
Sigue creciendo en parte por esa ventana que mencionábamos, por la mejora genética y la utilización de organismos genéticamente modificados que dan resistencia a insectos que es el principal problema que tiene el maíz en siembras tardías. Por eso ahora se puede sembrar con total tranquilidad en diciembre, en la zona pampeana, que era impensado. Y en años en los que no hubo buenas lluvias, el maíz tuvo un comportamiento desde el rendimiento y resultado económico, superior a la soja que es con quien competimos por superficie, por la época de siembra.
¿Puede seguir creciendo?
Creo que nos estamos estabilizando en una superficie, pero no es el techo porque hay más para sumar. Pero se va estabilizando la rotación. Y también hay que ser justo y señalar que hablamos de un cultivo con 12% de retenciones frente a otro que tiene 35%.
El resultadode la mayor rotación es una buena noticia...
La buena noticia es que las gramíneas avancen: el maíz, el trigo, el sorgo. Pensemos que en la época más dura de restricciones, cuando estábamos en 3 millones de hectáreas había una relación de 6 hectáreas de soja por una de maíz y ahora estamos 1 a 1,2. El cambio fue muy grande.