“¿Qué aumentó el 2.500% en este año? El dólar: no, la inflación: no, las paritarias: no, los aranceles: no”, se pregunta y se contesta Mario Piastrellini, director médico de Instituto Médico Río Cuarto (IMRC) al mismo tiempo que muestra un listado de precios de medicamentos de referencia, publicados mensualmente que detalla, por ejemplo, el valor de la ampicilina + sulbactam 1,5 gr. Fco, que en abril de este año costaba $152,94 y en diciembre $3996,00 (+2.513 %).

“Es una cuestión que no solo está atada a la inflación y a la devaluación, también es especulativa, es uno de los motivos principales, junto al atraso de actualización de aranceles por los cuales las instituciones están en crisis”, dijo el reconocido profesional de la salud a Salud & Ciencia.

El sector de la salud lleva 20 años en crisis. Podría decirse que esta es una más, sin embargo Piastrellini plantea la necesidad de un replanteo del sistema de salud y de su financiación, de una alianza público-privada, de un sinceramiento de todos los sectores. “Porque está el paciente del otro lado demorado en la atención de su patología, atendiéndose con lo que hay y poniendo en riesgo su calidad y expectativa de vida”, señaló.

Son varios los problemas que se pueden detectar en el sistema de salud, uno es el atraso en los aranceles prestacionales, pero además los costos de los medicamentos e insumos sin precio y sin disponibilidad y tiempos de pago.

Los problemas descriptos impactan en las distintas modalidades de pago de prestaciones que son tres. Una es por módulos, donde muchas veces los insumos están incluidos por ejemplo dentro del acto quirúrgico (anestésicos, descartables, sueros, etc). Otra modalidad es por prestación cuando se paga por honorario, por derecho de uso del quirófano, por día de internación, y se facturan los medicamentos por fuera. Y hay una tercera manera es por cápitas donde se paga una cantidad de dinero por la población de personas que cubre la institución pero sin discriminar los costos dentro cada insumo incluido en la prestación.

“El atraso de precios y la indexación de los costos se llevaron puesta todas las posibilidades de adaptación que nosotros tenemos como instituciones médicas a este modelo de financiamiento”, agregó Piastrellini. “Las prepagas este año aumentaron un 135% su cuota a los afiliados, pero trasladaron a aranceles, en el mejor de los casos, un 125%. Por lo tanto, nosotros no solamente perdimos un porcentaje sobre lo que el gobierno, a través de la superintendencia dijo que las prepagas tenían que aumentar, sino que también hay pérdidas ocultas, porque si me pagan a los 30 días, ya perdimos del 15 al 25% más”, graficó.

Esta crisis no es nueva…

Hace 20 años que las instituciones nos venimos enfrentando a estos conflictos por disbalance de costos versus aranceles.

¿A qué acudieron las instituciones?

-A no pagar los impuestos. Es algo histórico, la ley de Emergencia Nacional de Salud ampara a las instituciones de las deudas impositivas y provisionales, es una ley promulgada año 2003 que nunca la derogaron porque la crisis del sector de salud nunca terminó, (si hoy la derogaran quebraría el 95% de las instituciones de salud privadas). En todos los gobiernos desde su creación, nunca cesó, porque nunca se blanqueó ni se resolvió de raíz el permanente déficit del sub sector.

-Diferir o “patear hacia adelante” los pagos de insumos, hoy que pagar los insumos anticipadamente, sino, no te los bajan.

-Pagar mal y tarde los servicios y honorarios a profesionales.

-Generar atrasos en la renovación tecnológica.

Hoy ya no hay más tiempo ni posibilidad de maniobras, todos los recursos para sostener al sistema están a punto de colapsar.

Del otro lado hay un paciente…

El paciente viene con un pesar y con necesidades de servicios que satisfacer, pero se encuentra con un sistema de salud que no está al 100% para dar los servicios como corresponden, tiene muchas necesidades también, no hay accesibilidad a los insumos tecnológicos y a los comunes, a los que se acceden son a precios totalmente especulativos, los pagos de sus prestaciones están licuadas frente a sus costos y a los tiempos en que se efectúan. Las sucesivas políticas de salud nunca entendieron que ‘La salud no tiene precio, pero tiene costos’.

¿Cuál sería el camino?

No hay forma de evitar esta crisis. Creo que entre Estado Nacional, Provincial, prepagas, obras sociales, instituciones, tiene que haber un sinceramiento y adecuación de los ingresos a los costos. Tiene que haber una intervención del Estado definiendo políticas que generen los recursos humanos (desde las universidades), las condiciones para que el financiamiento sea adecuado para generar infraestructuras, tecnologías, adquirir insumos médicos que permitan que los recursos humanos estén estimulados a hacer el esfuerzo que hacen con resultados seguros para el paciente. Del nuevo Gobierno, esperamos que se expida en cuanto a las políticas de salud, aun no hay una señal clara, pero estamos esperanzados como todos que sus lineamientos darán solución a esta larga crisis.

¿Cómo lo enfrentan desde IMRC?

Las instituciones sanatoriales tuvimos que asumir un 160% de aumento de sueldos y en nuestra institución lo hicimos convencidos y pensando que siempre es poco, porque las personas que trabajan en salud la están pasando mal, trabajan con el dolor humano y encima tienen sueldos que no alcanzan. Luego de trabajar arduas horas en los sanatorios deben llegar a casa y enfrentar la crisis económica general. Creo que la unión estatal-privada es una necesidad urgente. En ese sentido IMRC es coherente. Salimos de la pandemia con un plan de ser un Grupo, que dé soluciones a las demandas de salud de la región, articulando un nuevo sistema de gestión integrado, con nuevas clínicas locales (Urológico) y regionales (IEM de Laboulaye y clínicas de comunidad en Carlota y Berrotarán) y nuevos centros ambulatorios satélites, acreditando calidad y seguridad (ITAES), formamos profesionales, aportamos a la investigación científica, cooperando con el sistema de salud público.

“Estamos tendiendo puentes hacia la gente, estamos listos para el nuevo modelo de salud que propone el nuevo gobierno provincial, con todas las ganas de contribuir al bienestar de la sociedad, pero necesitamos que coincidan todas las fuerzas para resolver entre todos esta crisis de décadas”, cerró el profesional con una clara mirada esperanzadora.

Redacción Salud & Ciencia