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Un Llaryora que está más lejos de Milei

El gobernador profundizó anoche sus críticas al Presidente. “Nunca imaginé que el gobierno nacional se iba a desentender tanto”, dijo. Además le reclamó que deje “de sembrar odio”

Martín Llaryora se puso anoche, justo cuando arranca el año electoral, más lejos de Javier Milei. El gobernador, que ya venía explorando una veta de diferenciación, no sólo cuestionó al Presidente por hacer que el Estado se desentienda de sus obligaciones sino que, además, le reclamó que reflexione y deje de sembrar odio y divisiones y que no amenace con perseguir al que piensa distinto.

En un año de elecciones intermedias, Llaryora inició anoche la campaña y anticipó por dónde irá su discurso. Será más crítico, pero sin dejar de reconocerle a Milei lo que la mayoría de los cordobeses apoyan:el recorte de los gastos y la baja de la inflación.

“Nunca me imaginé que el gobierno nacional se iba a desentender tanto”, dijo el gobernador en un tramo de su discurso. Y le recriminó a la Casa Rosada haber dejado a Córdoba, por primera vez en la historia, sin un solo peso para financiar la Caja de Jubilaciones. Además, enumeró las otras ramas en las que la Nación casi desapareció en el último año:en el financiamiento a la salud, a la educación y a la obra pública.

“Miren si yo hubiera hecho lo mismo:si hubiera tenido superávit, pero a costa de abandonar a los intendentes y a los cordobeses”, azuzó el mandatario.

La diferenciación que está ensayando Llaryora apunta a operar en un doble sentido: a remarcar los efectos negativos que tiene la retracción del Estado nacional, pero a la vez a ponderar el modelo cordobés que él ahora encarna y que, según señaló anoche, contempla que se pueden combinar el ajuste de gastos y la eficiencia administrativa con la prestación de los servicios públicos y la realización de obras de infraestructura. Una vez más, pero con mayor vehemencia que en otras ocasiones, el mandatario provincial remarcó que una tercera vía es la mejor alternativa que puede pensarse para Córdoba y para el país. “Tanto mercado como sea posible, tanto Estado como sea necesario”, volvió a citar, tal como hacía Juan Schiaretti, al excanciller alemán Willy Brandt.

Llaryora insistió anoche con que el ajuste cordobés fue más profundo que el nacional, no sólo porque alcanzó el 7,8 por ciento del PBI contra el 7,2 de Milei, sino, además, porque los recortes representaron el 28 por ciento del presupuesto, una meta que, señaló, aún está lejos de cumplir el presidente libertario.

El gobernador presentó al modelo cordobés como un esquema que se pone al medio de los dos extremos que representó en un momento el kirchnerismo y que ahora ejecuta Milei. “No caemos ni en el modelo estatista, que fracasó terriblemente, ni tampoco en el de libre mercado. Nosotros, sin restringir los servicios, porque así sería mucho más fácil, logramos un superávit que no fue magia, sino que se logró por una reducción integral del gasto”, manifestó Llaryora. Así, le respondió a un reproche con el que la oposición cordobesa -y también el mileísmo- insistió en las últimas semanas:que Córdoba ejerce una fuerte presión fiscal porque no sigue el mantra nacional de reducción del gasto. Ayer mismo, antes de la sesión, el diputado Rodrigo De Loredo volvió a acusar al gobernador de gastar sin miramientos. Llaryora utilizó un tramo de su discurso para refutarlo y mandó a leer el informe de la calificadora Moody’s, que elevó la nota de Córdoba, para hablar con fundamentos. Además, anunció exenciones impositivas ante las críticas que despertó en los últimos días la magnitud de algunos aumentos tributarios.

También habló, contraponiéndose al discurso y a las maneras de Milei, de una concepción de gobierno que se centra en lo humano: en la salud, la educación y el desarrollo armónico.

Hasta ahí, una diferenciación que ya venía expresando, pero que anoche se intensificó. Pero, además, apuntó contra Milei en otro sentido, en uno que tuvo especial significado ayer, cuando miles de argentinos marcharon en las calles por el discurso retrógrado y provocador que el Presidente de la Nación pronunció en Davos. Llaryora acusó al líder libertario de atacar, desde la Primera Magistratura, los cimientos de la democracia. “Hace unas horas me expresé en favor de la democracia.Tenemos que cuidarla cuando vemos que se atacan algunos valores centrales. Cuidar la democracia es cuidar la libertad de opinión y no decir que porque pensás distinto te vamos a perseguir o te vamos a censurar”, manifestó Llaryora. Se refería, por supuesto, a la desafortunada frase de Milei, que expuso internacionalmente su veta autoritaria cuando prometió ir a buscar a los zurdos hasta el último rincón del planeta después de que osaran tildar a su amigo Elon Musk de nazi.

El gobernador señaló que son cuestiones que no deben dejarse pasar. “Hay que levantar la voz aunque haya consecuencias. Nuestra responsabilidad es defender la democracia que tanto costó conseguir. Como gobernador, voy a defender la libertad. La libertad de poder opinar libremente. Cuando te dicen que a la libertad la tenés que ejercer dentro de su casa, eso no es libertad. Los valores de la democracia se defienden teniendo posturas firmes. Sé que algunos, si estás buscando un lugar en una lista, por ahí no pueden criticar tanto, pero yo sí cuestiono la actitud de sembrar odio y división. Hay que bajar la tensión social:no podemos estar todo el día generando odio, que no conduce a ningún lado”, arengó Llaryora, mientras las cámaras enfocaban, de vez en cuando, a De Loredo y a Juez, que miraban desde uno de los palcos. A ellos había sido dirigido el dardo de los que se callan porque pretenden un cargo.

En ese punto, el discurso de anoche también se distinguió de los anteriores. Porque Llaryora no solamente la emprendió contra los aspectos que lo distancian de Milei, sino también contra quienes pretenden ser sus representantes en Córdoba. Tanto el diputado radical como el senador del Frente Cívico ansían ser los candidatos bendecidos por Milei -uno para 2025, el otro para 2027- y contra ellos también se dirigió directamente el mandatario provincial. Llaryora, hasta ahora, casi no había tenido un discurso de confrontación con sus principales opositores porque le era más cómodo proponer un modelo para Córdoba y el país en vez de entrar en disputas netamente provinciales con quienes son sus rivales. Pero anoche ese elemento cambió:no sólo disparó contra Juez y De Loredo por no expresarse claramente en contra de la predisposición autoritaria de Milei, sino que, además, los acusó de tener un doble discurso. Les reprochó, sobre todo, que constantemente se declaren preocupados por los índices delictivos, pero que hayan instruido a sus legisladores para que no dieran el debate cuando Córdoba discutió su nueva ley de seguridad.

Llaryora aprovechó, en ese punto, para meter una cuña:le agradeció a Patricia Bullrich el trabajo en conjunto. A Juez le molesta enormemente -incluso lo ha expresado en público- que el gobierno nacional y el provincial colaboren en materia de seguridad. En ese enojo se mezcla un doble rencor:contra Llaryora y contra el ministro de Seguridad, Juan Pablo Quinteros, exmiembro importante de su partido.

El gobernador no se limitó anoche a describir el estado de la administración y lo que ha hecho su gobierno durante el año que pasó. Aprovechó el discurso para anticipar por qué andariveles transitará este año la política de Córdoba y con qué herramientas piensa encarar el oficialismo provincial un capítulo electoral que se le presenta en un terreno empinado.