Amparo Salazar tiene 8 años y le detectaron un tumor cerebral. En el país, los médicos le daban una esperanza de vida de solo unos meses. Sin embargo, los papás no se rindieron y encontraron una alternativa: una terapia que se realiza en México. Así, empezaron una cruzada para juntar los fondos para viajar y poder empezar el tratamiento. Gracias al gran apoyo que tuvieron tras lanzar una campaña solidaria, la niña y su familia ya están en la nación del norte. No obstante, la colecta continúa, ya que la medicación que requiere la pequeña ahora es sumamente costosa.
La nena es oriunda de Villa Mercedes (provincia de San Luis) y su mamá, Leticia Gatti, es nativa de Huinca Renancó. Junto al papá, luchan con todas sus fuerzas para cambiar este difícil momento que atraviesa su hija.
La cruzada por Amparito comenzó a viralizarse a través de las redes sociales y el apoyo masivo no tardó en llegar desde diferentes puntos del país. Desde rifas en el colegio primario Instituto Nuestra Señora del Carmen, al cual asistía la niña en Villa Mercedes, hasta una carrera de regularidad y exhibición de autos antiguos en Huinca, para recaudar fondos y ayudar a la familia. Todo sumó a la causa.
La buena noticia es que se logró recabar el dinero y los Salazar ya están en México a fin de realizar el tratamiento que ha tenido muy buenos resultados en niños que fueron tratados con patologías similares. Sin embargo, vale aclarar que aún falta llegar al monto necesario para cubrir el alto costo de la medicación alemana que se requiere. Una de las pastillas cuesta 265 euros y Amparo necesita tres por semana para frenar el avance del tumor, por lo cual la campaña solidaria continúa.
Los gastos son muy onerosos y en dólares, ya que implican viaje y estadía en México de aproximadamente un mes, más la consulta con un especialista y la probabilidad de una terapia que cuesta unos 12 mil dólares.
Cabe señalar que la obra social no les otorgó cobertura alguna, “ni siquiera el kinesiólogo”, señalaron desde la familia. Leticia Gatti es ama de casa y su marido, Tomás Salazar, trabaja como operario en una fábrica.
En medio de este panorama, hay algo que ayuda y mucho, quienes conocen a la niña coinciden en caracterizarla de la siguiente manera: “Amparo tiene una fortaleza y voluntad impresionantes”.
El duro momento del diagnóstico
En junio de este año la mamá comenzó a percatarse de algunas situaciones en la salud de su hija que no iban bien, por lo cual decidieron acudir a un Hospital en Córdoba, donde recibieron el peor resultado: un tumor cerebral ubicado en una delicada zona. Decidieron entonces realizar una segunda consulta en Buenos Aires, donde el resultado fue el mismo.
Sin bajar los brazos, los padres de Amparo se lanzaron a hacer lo posible para mejorar la calidad de vida de la niña y allí comenzaron a recibir información sobre la posibilidad de tratamientos en México y Alemania.
La principal intención de la familia es darle más tiempo a su hija con la esperanza de que, en los próximos años, se desarrollen nuevas terapias que puedan mejorar su condición.
Para colaborar, podés ingresar a Mercado Pago: todosporamparo a nombre de Leticia Inés Gatti.