“Javier Milei está así de ganar en primera vuelta”, dice Gustavo Córdoba y pone el dedo índice muy cerca del pulgar. El consultor político de Zuban Córdoba y Asociados señala que la performance que hoy muestra el candidato libertario en las encuestas se fundamenta en tres elementos: está fuerte en provincias donde el peronismo solía arrasar, gana en los distritos que constituían el bastión principal de Cambiemos y, fundamentalmente, predomina con claridad entre los menores de 35 años.
- ¿Cómo está viendo hoy el escenario electoral?
- Milei está cerca de ganar en primera vuelta. Así de cerca. Y es un dato objetivo, toda vez que los motivos que llevaron a una mayoría de argentinos a votar a Milei todavía persisten; es decir, el clima de castigo electoral no ha sido cambiado por un clima de optimismo respecto de Massa o de Bullrich. Además, muchos de los no votantes del escenario de las Paso, cuando se les pregunta a quién van a votar, una mayoría admite que votaría por Milei. Mientras tanto, esperamos a ver cómo las campañas se reconfiguran. Está claro en el caso de Patricia Bullrich que fue una victoria pírrica porque prácticamente todos los recursos económicos, políticos e intelectuales de su campaña se agotaron tras el triunfo contra Larreta y su performance electoral hoy es apenas lo que sacó más un poco de lo que obtuvo Larreta. Eso significa algo: cada punto que pierde Bullrich es un punto que está sumándose de manera íntegra a Javier Milei. En el medio queda Massa, que necesita, a mi entender, dos milagros: el primer milagro es evitar que Milei gane en primera vuelta; el segundo milagro es, habiendo logrado el primero, tratar de ganarle a Milei en segunda vuelta. El problema central que tiene Massa puede parecer que sea la economía, pero no. Vamos un poco más profundo: en el actual esquema, cualquier propuesta, cualquier dicho, cualquier posición que tome la campaña electoral de Sergio Massa requiere de algo que se llama credibilidad. Sin credibilidad los dichos de Massa, Bullrich, Milei carecen de sustento, de fundamento. Entonces trabajaría al mismo tiempo una propuesta como la que han tirado de eliminación del pago de Ganancias a los trabajadores y trataría de hacerle recuperar a Massa algo de la credibilidad perdida por él y por este gobierno.
- Hay un fenómeno muy llamativo en Milei: parece un candidato que puede decir cualquier cosa, cualquier barbaridad, sin que pague un costo por eso. Si lo dijera otro candidato, lo padecería en términos de caudal electoral.
- Dejame decirte que poco y nada le importa eso a la persona que hoy está dispuesta a votarle a Milei. Hay dos antecedentes: Jair Bolsonaro en Brasil y Donald Trump en Estados Unidos.Ambos, antes de ganar sus respectivas elecciones presidenciales, fueron sometidos a un desgaste de opinión pública tremendo, increíble y, además, dijeron cosas realmente vergonzantes y escandalizantes. ¿Qué resultado electoral negativo tuvo para ellos? Ninguno. Después, eventualmente sí tuvieron algún tipo de problemas.El dilema que hoy tenemos en Argentina, salvando las distancias con Estados Unidos y con Brasil, es que nosotros, la clase política, la sociedad estaba acostumbrada a una disputa de poder de dos espacios, de dos partes. El famoso bipartidismo radical-peronismo o el bicoalicionismo de Cambiemos versus el Frente de Todos. Hoy la irrupción de Milei cambia ese escenario, porque además tiene la característica muy actual de que el hiperpersonalismo domina la escena. Las tribus más ruidosas son las que tienen el dominio de la agenda de discusión y ya ahí hay dos elementos que describen de manera perfecta a Javier Milei.El dilema de Milei es que él no tiene un partido político institucionalizado, con un rodaje de años de funcionamiento, sino todo lo contrario. Hay un grupo, una parte de gente seria y otra de aventureros que lo están rodeando a Milei, que tienen distintos orígenes y distintas ideologías. ¿Qué puede salir de eso?No lo sabemos. Lo que estoy viendo es que gran parte de los votantes de Milei quieren romper el presente, dejar atrás este presente que para nada les satisface. Quienes votan a Milei creen que esto está todo mal, entonces encuentran en Milei una figura muy atractiva para expresar ese descontento. El dilema es que, destruyendo el presente, pueden destruir su propio presente y ya hemos visto, en estudios anteriores, que muchos de los que votan a Milei no están tan de acuerdo con las políticas que propugnaba Milei tiempo atrás. Habrá que ver si las mantiene en el transcurso de la campaña porque Milei se está moderando y está dejando atrás algunas cuestiones. Hay tres aspectos que marcan el porqué de Milei hoy: el primero es que está empoderado en las provincias en las cuales el peronismo sacaba porcentajes de 50 o 60 puntos; hoy es Milei el que está sacando porcentajes no tan altos pero sí cercanos, por ejemplo, en Tucumán, Salta, La Rioja, Catamarca. Está empoderado también en la región centro, otrora bastión de Juntos por el Cambio. Hoy si analizás de Mendoza a Entre Ríos, pasando por San Luis, Córdoba y Santa Fe, tiene pisos electorales en esas provincias de 30 o 35 puntos. Entonces, en la región donde el peronismo era más fuerte, Milei está empoderado. En la otra región donde Cambiemos era fuerte, Milei está empoderado. Y una tercera razón, que me parece la más importante, es que en el voto de menores de 35 años Milei obtiene una intención de voto de aproximadamente el 50 por ciento. Este es un dato extraordinario porque, si lo comparamos con el voto de Patricia Bullrich en el mismo segmento, Bullrich obtiene ahí el 5 por ciento. Entonces, estos tres ejes de análisis marcan a las claras que, salvo que ocurra un milagro electoral para Massa, que está más cerca de pelear en un balotaje, hoy la elección la tiene muy favorable Milei. Puede cambiar, sí. Porque si hay segunda vuelta hay que ver qué sucede, pero el panorama por ahora está planteado así.