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Son misioneros de la región y el Papa destacó su tarea en el norte

Se trata de jóvenes de Serrano y Monte Maíz quienes, acompañados por los religiosos de sus parroquias, visitan a comunidades de pueblos originarios desde hace 3 años. Francisco les envió un cálido mensaje de agradecimiento

Desde hace tres años, jóvenes misioneros de Serrano y Monte Maíz visitan a familias de pueblos originarios en Salta. Asisten al lugar con donaciones pero también ofrecen contención y apoyo espiritual a la comunidad. Días atrás, el papa Francisco destacó la tarea de este grupo a través de un mensaje de agradecimiento, que fue difundido mediante un video.

“Gracias por lo que han hecho, gracias por ese trabajo. Sigan adelante. Porque misionar es salir de sí mismo para dar lo mejor de sí mismo y lo mejor que Dios regala, y eso es una cosa muy bella”, recalcó el Santo Padre.

Gracias por lo que han hecho, gracias por ese trabajo. Sigan adelante. Porque misionar es salir de sí mismo para dar lo mejor de sí mismo y lo mejor que Dios regala, y eso es una cosa muy bella Gracias por lo que han hecho, gracias por ese trabajo. Sigan adelante. Porque misionar es salir de sí mismo para dar lo mejor de sí mismo y lo mejor que Dios regala, y eso es una cosa muy bella

El último viaje a Santa Victoria Este, ubicada en la Diócesis de Orán, se realizó el mes pasado y unos 40 chicos de la zona se plegaron a la misión. Fueron acompañados por los sacerdotes Mariano Cordeiro, de la parroquia Asunción de la Santísima Virgen de Serrano, y Martín Simonassi, de la iglesia de Nuestra Señora de la Merced de Monte Maíz.

En diálogo con Puntal, el padre Cordeiro aseguró que las palabras de Francisco generan un gran impulso y una fuerte motivación para continuar con el trabajo. “Es una experiencia muy linda y una tarea de la que nos traemos mucho más de lo que podemos brindar. Esto les hace muy bien a los jóvenes que son los protagonistas de la misión”, sostuvo el párroco.

Sobre la labor que realizan, explicó que dos veces al año los misioneros viajan para llevar donaciones que provienen de diversas colectas que se hacen en los pueblos del sur cordobés. No obstante, indicó que este no es el objetivo principal del trabajo, aunque admitió “que es una ayuda grande porque es uno de los lugares más pobres del país”.

Es una experiencia muy linda y una tarea de la que nos traemos mucho más de lo que podemos brindar. Esto les hace muy bien a los jóvenes que son los protagonistas de la misión Es una experiencia muy linda y una tarea de la que nos traemos mucho más de lo que podemos brindar. Esto les hace muy bien a los jóvenes que son los protagonistas de la misión

“Lo más importante que llevamos es el recurso humano: el compartir con la gente, el compartir con los niños de allá, visitar los hogares y las familias. Por supuesto que como un gesto les llevamos algunas cosas pero no vamos a hacer asistencialismo, sino que llegamos a compartir la vida. Una experiencia de misión te hace salir y dedicar tiempo a los demás. Lo más lindo que nos pasó es la alegría que sentimos los que vamos. Más que ayudar a otros, sentimos que es una ayuda a nosotros mismos”, subrayó el padre Mariano.

Al mismo tiempo, recalcó que esta vivencia es clave para los jóvenes porque “les muestra que la realidad es mucho más grande que lo que nosotros vemos acá en la pampa gringa o en medio de nuestros campos”. “Ellos pueden ver que hay otros lugares de nuestro país donde se vive con muchas necesidades y cuando ellos ven esas situaciones se humanizan y se sensibilizan. En muchos de ellos empieza a florecer la vocación y el compromiso social, esto de descubrir que nuestra fe nos compromete con el sufrimiento del otro. Es decir que cuando cada uno sea profesional el día de mañana podrá tener en cuenta la importancia de ayudar y de ser solidario”, enfatizó el religioso.

Ellos pueden ver que hay otros lugares de nuestro país donde se vive con muchas necesidades y cuando ellos ven esas situaciones se humanizan y se sensibilizan. En muchos de ellos empieza a florecer la vocación y el compromiso social, esto de descubrir que nuestra fe nos compromete con el sufrimiento del otro Ellos pueden ver que hay otros lugares de nuestro país donde se vive con muchas necesidades y cuando ellos ven esas situaciones se humanizan y se sensibilizan. En muchos de ellos empieza a florecer la vocación y el compromiso social, esto de descubrir que nuestra fe nos compromete con el sufrimiento del otro

Las visitas a Santa Victoria por parte de los jóvenes de la región se realizan en los meses de febrero y julio. Los chicos junto a los sacerdotes se hospedan en una escuela, y diariamente se internan en el monte del Chaco Salteño para poder llegar a cada familia que habita en el inhóspito y solitario lugar.