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Norma, hija de Gladys Comba: "Estaban ensañados con mi madre, pasó por secuestros, torturas y violaciones"

Norma Comba se refirió al hostigamiento del que fueron víctimas. Comentó cómo fue la noche en la que se llevaron a su mamá y cómo trabajaba el "Gato" Gómez.

“Sufrimos un hostigamiento terrible por parte de (Miguel Ángel) ‘Gato’ Gómez y sus secuaces”, cuenta Norma Comba, quien vivía con su madre en una pensión de la calle Rivadavia. Gladys es una de las tres personas que fueron secuestradas y asesinadas en Río Cuarto durante la última dictadura y cuyo caso forma parte de la causa “Gutiérrez”.

En su paso por la ciudad, Norma visitó la Casa de la Memoria, donde le entregaron un dossier con una investigación sobre los hechos vinculados al crimen de su madre. En diálogo con Puntal, relató cómo fue el tormento que vivieron en aquellos años por parte de la patota de Gómez y lo que fue el secuestro de Gladys, el 23 de febrero de 1978. Del mismo modo, la recordó como una “madraza”, no sólo de ella y su hermano Sergio (desaparecido y asesinado en el campo clandestino de La Perla), sino de todos los jóvenes que compartían la militancia.

“Mi hermano realizó un importante trabajo social aquí y después se fue a Córdoba a continuarlo, y en 1975 fue desaparecido, y desde entonces hasta febrero de 1978 fue un hostigamiento constante que vivimos con mi madre, pero ensañados con ella; era terrible lo que pasó por aquellos años: secuestros, torturas, violaciones, todo le pasó”, indicó Norma en un duro relato.

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Señaló que de muchas de estas situaciones no había conocido detalles por ser ella muy joven todavía, pero que salieron a la luz en los juicios que se desarrollaron por delitos de lesa humanidad en los últimos años.

- Por lo que narran otros compañeros, Gladys era reconocida como una madre para todos.

- Totalmente, de todos, me han dicho que todos estaban muy enamorados de ella, porque era un ser de luz, era una adelantada para su época y era una compañera más. Cuando desapareció tenía 43 años, era muy joven, y participaba de las reuniones, los acompañaba durante largas horas. Yo era chica, cuando todo empezó tenía entre 14 y 16 años, pero no participaba de esas charlas, mi madre nunca me incluyó y eso, en cierta manera, me salvó.

Norma indicó que todo este hostigamiento ocurrió en Río Cuarto:“A mí me citaba el ‘Gato’ Gómez a cualquier hora a la Policía, y yo entraba ahí sin saber si salía o no”, sostuvo la hija de Gladys sobre cómo era el funcionamiento de las fuerzas de seguridad riocuartenses en aquellos años.

Y continuó: “Agradezco que no me haya pasado nada, pero era todo muy perverso, entraba a la Policía, me encerraban en un cuarto con el ‘Gato’, sentado en un escritorio y con armas, me miraba con los ojos fijos y a veces ni me hablaba, era una situación muy difícil”, sostuvo.

Comentó que por las oficinas pasaban muchos agentes que continuaban con las conversaciones que mantenían sin que su presencia los alertara. Hablaban de operativos en otras localidades y Gómez se mantenía jugando con las armas frente a ella, que ya por entonces tenía 16 años. “De repente me tiraba un papel y una lapicera y me pedía que dibujara la estrella del ERP, le decía que no sabía hacerla, pero me replicaba que cómo no iba a saberla si mi hermano pertenecía al ERP”, comentó.

En la noche del 22 de febrero, previo al secuestro de Gladys, Norma estaba con su madre compartiendo en la pensión. Ella tenía 18 años en ese momento y recuerda que era una típica noche de calor veraniego, de la que se acuerda “absolutamente todo”, dice.

- ¿Cómo fueron los hechos que se desarrollaron esa noche?

- Mi mamá esa noche me comentó que quería irse en un viaje al sur del país, deseaba llegar a Ushuaia en moto, ella era muy aventurera. Yo me prendía en todo lo que ella proponía. Esa noche nos quedamos hablando como hasta las 2 de la mañana, programando cómo sería el viaje. Estábamos las dos solas y dormíamos en la misma habitación. Pero tipo 3, escuchamos un terrible golpe en las puertas, vidrios que se rompían y entraron no menos de 5 personas.

Norma señala que apagaron las luces y cerraron la ventana que daba a la calle, para que quedara todo a oscuras, pero por la poca claridad que quedaba se notaba el uniforme que usaba la Policía.

“Me tiraron al piso, y allí vi a mi madre por última vez, que la tenían contra la pared y la estaban encintando”, comentó Comba, mientras que señala que a ella también la ataron. Completa:“Después pensé en cuánto debe haber sufrido pensando en qué me podían hacer a mí, porque ellos jugaban siempre con ese dolor, cuando la secuestraban para torturarla a la Policía le decían que me tenían en otra habitación”.

Esa noche del 23 de febrero se llevaron a Gladys; como pudo, Norma fue hasta la ventana para ver cómo subían a su madre a uno de tres autos en los que la patota había llegado hasta la pensión. “Yo quedé sola y empecé a pedir ayuda. Tres chicas que estaban en otra habitación de la pensión me escucharon y luego de un rato abrieron la puerta y me llevaron con ellas”, recuerda Norma.

Sostuvo que esperaron las 4 jóvenes hasta que se hiciera de día, y con mucha ingenuidad fueron a la Policía a hacer la denuncia por el secuestro. “Estábamos muy nerviosas, yo ni sabía adónde iba, nos recibió un solo policía que nos preguntó a qué íbamos”, dijo Norma, y agregó que tras decirle que estaban allí para hacer la denuncia de lo que había ocurrido con Gladys, el agente se retiró a otra habitación: “Empezamos a escuchar risas desde el otro salón, y ahí caí de dónde estábamos”.

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Los siguientes días y por varios meses el acoso a Norma fue constante. Era citada constantemente a la Policía y la sometieron a numerosas sesiones de indagatoria en las que buscaban saber cuánta información recordaba de lo que había sido el operativo.

Ella siguió viviendo algunos meses en la pensión de la calle Rivadavia, donde día y noche había oficiales de civil controlando en la puerta sus movimientos. “Caminaban de esquina a esquina durante todo el día, hasta que me fui a vivir a Berrotarán, después de que apareció el cadáver de mi mamá”, indicó Norma.

El cuerpo de Gladys fue encontrado camino a Gigena, carbonizado, días después. Ella fue con un tío a la morgue para reconocer el cuerpo, en lo que describe como una situación muy dura. “Pedí que me mostraran el cuerpo, pero lo fueron destapando por partes, vi que le habían quebrado el brazo y que le faltaba un diente, todo por los golpes que había recibido mi madre”, relató.

Luego, comenzó un largo recorrido para la identificación del cuerpo, porque no se podía hacer un estudio de ADN. Incluso hizo una intensa búsqueda para ver dónde enterraron sus restos. Intententó dar con unos registros de un cuerpo que fue depositado en el cementerio de Río Cuarto como NN, pero en un comienzo le negaron la existencia de esos huesos, y cuando consiguió el acompañamiento de la Justicia y abrieron la fosa no se encontró nada. Luego supo que lo que allí había había sido llevado al osario del predio.

“Quise saber dónde habían encontrado en la ruta el cuerpo de mi mamá, siempre intentando dar un cierre a esta historia, pero siempre me lo dificultaron”, concluyó.

Reconocen a Comba en la Casa de la Memoria por su labor en la lucha por los derechos humanos

En el marco de su visita a Río Cuarto, desde la Comisión Municipal de la Memoria y la subsecretaría de Derechos Humanos de la Municipalidad reconocieron a Norma Comba, hija de Gladys, por su labor en la lucha por los derechos humanos. En un encuentro que realizaron referentes de estos organismos, entre los que se encontraron Daniela Miranda y Daniel Olartecoechea, se hizo entrega de un cuadro y del dossier que la comisión realizó a partir de su investigación sobre Gladys Comba para la causa “Gutiérrez”.

“Entregamos información de una investigación que se había hecho desde Hijos para que se incorporara a la causa, para visualizar la importancia de este trabajo”, indicó Miranda, quien agregó que se ha hecho el aporte a la Fiscalía que lleva la investigación y con este dossier se puede conocer más la historia de Norma, su madre y su hermano Sergio, también víctima de la dictadura.

“El dossier tiene su historia y documentos referidos a todo lo ocurrido desde la desaparición de Gladys”, comentó.