La COP27 es una nueva edición de la Conferencia por el Cambio Climático que se está desarrollando en Egipto hasta el 18 de noviembre. En ese contexto la OMS considera que la conferencia debe concluir con avances respecto de los cuatro objetivos clave de mitigación, adaptación, financiación y colaboración para hacer frente a la crisis climática.
La COP27 será una oportunidad crucial para que el mundo se reúna y vuelva a comprometerse a mantener vivo el objetivo de 1,5 °C del Acuerdo de París.
“Nuestro objetivo principal será situar en el centro de los debates la amenaza para la salud que supone la crisis climática y los enormes beneficios para la salud que se derivarían de una acción climática más enérgica. El cambio climático ya está afectando a la salud de las personas y seguirá haciéndolo a un ritmo acelerado si no se toman medidas urgentes”, indicaron desde la organización mundial.
“El cambio climático está haciendo que millones de personas enfermen o sean más vulnerables a las enfermedades en todo el mundo, y la creciente destructividad de los fenómenos meteorológicos extremos afecta de manera desproporcionada a las comunidades pobres y marginadas”, dice el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS y por ello “es crucial que los líderes y los responsables de la toma de decisiones se reúnan en la COP27 para situar la salud en el centro de las negociaciones”.
Señales del impacto
La invasión cada vez mayor de los hábitats animales está aumentando las oportunidades para que los virus perjudiciales para el ser humano hagan la transición desde su huésped animal. Entre 2030 y 2050, se espera que el cambio climático provoque unas 250 000 muertes más al año por malnutrición, paludismo, diarrea y estrés térmico.
Los costos de los daños directos para la salud (es decir, excluidos los costos en sectores determinantes para la salud como la agricultura y el agua y el saneamiento) se estiman entre US$ 2000 millones y US$ 4000 millones al año para 2030.
El aumento de la temperatura a nivel mundial que ya se ha producido está provocando fenómenos meteorológicos extremos que traen consigo olas de calor y sequías intensas, inundaciones devastadoras y huracanes y tormentas tropicales cada vez más potentes. La combinación de estos factores significa que el impacto sobre la salud humana está aumentando y probablemente se acelerará.
Pero hay lugar para la esperanza, sobre todo si los gobiernos toman medidas ahora para cumplir los compromisos contraídos en Glasgow en noviembre de 2021 e ir más allá en la resolución de la crisis climática.
31 millones de personas de la región del Cuerno de África sufren hambre aguda y 11 millones de niños padecen malnutrición aguda en un periodo en que la región se enfrenta a una de las peores sequías de las últimas décadas. El cambio climático ya está repercutiendo en la seguridad alimentaria y, si las tendencias actuales persisten, esto no hará más que empeorar. Las inundaciones en el Pakistán son resultado del cambio climático y han devastado vastas franjas del país. El impacto se dejará sentir durante años. Más de 33 millones de personas se han visto afectadas, y casi 1500 centros de salud han resultado dañados.
La política climática debe situar ahora la salud en un lugar central y promover políticas de mitigación del cambio climático que aporten simultáneamente beneficios para la salud