El impacto de la pandemia en los sectores más vulnerables fue devastador. Quienes vivían de un empleo informal debieron hacer las mil y una para poder salir adelante. Familias que dependían de un solo sueldo conseguido por changas la sufrieron feo y sin dudas el Covid-19 dejó expuestas numerosas desigualdades que sin el aporte de las organizaciones sociales hubiesen llevado a un escenario mucho peor.
Para los 235 años de la ciudad Puntal recurrió a los referentes de algunas de estas organizaciones, vinculadas al trabajo social desde la salud, el deporte, la cultura, el voluntariado y la asistencia comunitaria. El análisis de Río Cuarto en la actualidad, con un mejor contexto tras la pandemia, fue coincidente entre las ONG : el aporte del sector de la salud fue fundamental.
En tanto, alertan sobre lo costoso que fue para las familias de los sectores periféricos poder enfrentar al Covid y las medidas que se tomaron.
Nydia Farhat, responsable de la ONGNADia, consideró: “Para hablar de cómo se está saliendo de la pandemia, primero debo analizar cómo se gestionó y creo que se lo hizo con solvencia y con responsabilidad profesional”, dijo y agregó:“Consideremos que nadie en el mundo tenía experiencia en esto y Río Cuarto supo estar a la altura de las circunstancias”.
Aclaró, no obstante: “Lo que quedó en el tintero fue el tiempo en el que se tuvo una cuarentena plena con el falso médico, es una zona gris que me queda en cuanto a la gestión”.
Farhat destacó la importancia de mantener los cuidados y acompañar las campañas de vacunación. “Veo a una gran mayoría que usa barbijo y toma las medidas preventivas sanitarias estipuladas, pero lamentablemente hay varios que no cumplen con esto o con las distancias sociales necesarias”, sostuvo la referente de la ONG que trabaja en la lucha contra la diabetes.
Sobre lo que son las vacunas, dijo: “Puedo hacer un parangón con lo que fue la insulina, que cuando salió también generó mucha desconfianza. La diabetes era una enfermedad mortal y con el descubrimiento de la insulina, que este fin de semana se cumplen 100 años del hallazgo, mucha gente con diabetes tipo 1 se negó a usarla y murió. En la actualidad pasa lo mismo, por desconfianza y desconocimiento, muchos se niegan a la vacunación, pero desde NADia podemos decir que confiemos en la ciencia y será lo que nos va a salvar”.
Por su parte, Rocío Darder, del Ateneo Juvenil de la Sociedad Rural, analizó la experiencia que tuvieron en campañas solidarias realizadas entre 2020 y 2021. “Pudimos colaborar con los merenderos, pero en ambas la respuesta de la sociedad no fue la misma. El primer año había una sociedad más involucrada, quizás porque estuvieron en sus casas y se permitieron compartir esas cosas que no sumaban en sus vidas, pero eran familias más comprometidas y shockeadas con la situación”, dijo.
En este sentido, sostuvo sobre la actualidad: “No es que no colabore la gente pero, tras un 2020 encerrado o muy limitado por las normativas, tuvimos un año más duro para todas las familias trabajadoras que no contaban con esa reserva del 2019. Esta situación lastimó en todos los sentidos:económico, social y familiar”.
Pensó hacia futuro y destacó: “Ahora se busca una nueva normalidad, recuperar lo que más puedan de lo que quedó de su cotidianidad de marzo del 2020. Como Ateneo presenciamos dos actividades que la gente extrañó mucho en este tiempo:la Expo Rural que pudimos vivir este fin de semana que pasó y el Congreso Nacional de Ateneos CRA”.
Para concluir, Darder señaló que, “cuando se empezó a hablar de que volvían, había incertidumbre, pero nunca estuvo la duda de que la gente lo pedía. Fue un encuentro distinto, pero la respuesta fue muy positiva como todos los años”.
Salir de esta juntos
Sonia Ocampo, coordinadora del centro cultural “Santiago Maldonado”, en barrio Alberdi, destacó que lentamente se fueron retomando las actividades culturales del espacio de acuerdo con las normativas que permitían más presencia en los espacios. “Tenemos un taller de mosaiquismo, otro de artesanías y dibujos, filosofía para niños, guitarra y un taller de percusión”, dijo la referente.
Consideró que “la pandemia ha dejado muchas secuelas que tienen que ver con lo económico, con la falta de trabajo y en los sectores más vulnerables se vive más”, dijo y resaltó que, “si bien hubo ayudas que resultaron importantes, no ha sido suficiente, han sido paliativos, porque al que perdió su única changuita no le alcanzaba mantener con eso a toda su familia”, explicó.
Por otra parte, precisó que fueron cambiando la estructura del centro cultural, convirtiéndolo en un espacio para la entrega de bolsones para quienes quedaban por fuera de la asistencia del Estado. “Empezamos con las familias del centro y terminamos sumando a 60 familias, incorporando algunas ollas populares, pero ahora regresamos a nuestros objetivos culturales”, comentó.
Finalmente, Ocampo remarcó que la pandemia demostró lo mejor y lo peor del ser humano:“En los lugares en los que nos activamos en territorio se notó la solidaridad de la gente, de quienes tienen más pueden aportar con un jugo para los chicos o el que tiene una panadería puede brindar unas facturas; en este contexto, seguimos aportando a la cultura y lo social”, planteó la coordinadora del “Santiago Maldonado”.
Una de las ONG que más trabajaron en los barrios desde el deporte durante la pandemia fue el Rosario Fútbol Club, que acompaña a numerosas familias de todo Río Cuarto. Su presidente, Carlos Gariboglio, indicó a Puntal:“Creo que hemos vivido situaciones muy difíciles y complicadas, en un momento se pensó que todo colapsaría; gracias a Dios eso no pasó, gracias al trabajo que hicieron médicos y enfermeros. El Municipio trabajó fuerte para que no colapsara y ahora se sale por la responsabilidad de la gente que ha tomado conciencia de que la única forma de pasar esto es vacunándose y lo ha hecho”.
En este sentido, Gariboglio afirmó: “Se ven los frutos de ese esfuerzo y hay poca cantidad de contagios, pero no podemos descuidarnos porque en Europa y Asia se siguen viendo los rebrotes. Tenemos que seguir cuidándonos, no estamos exentos de eso y debemos seguir con la vacunación”. Y concluyó: “Gracias al esfuerzo de los organismos y la conciencia de la gente, ahora tenemos la posibilidad de estar más libres. Debemos seguir cuidándonos como corresponde”.
Finalmente, Lorena Toledo, coordinadora del comedor “Ilusiones”, que funciona en el barrio Cola de Pato pero que con sus acciones llega a muchos sectores vulnerables de la ciudad, subrayó que “desde el trabajo del barrio hay que reconocer que el regreso a los puestos de trabajo y haber permitido prácticamente toda la presencialidad resultó de una gran ayuda, porque la gente vuelve a tener acceso al dinero”.
No obstante, Toledo explicitó: “Tenemos el contrapunto de todos los aumentos que se han dado por la crisis que hacen que lo que se gana no alcance para cubrir las necesidades básicas de las familias”.
Por otra parte, marcó como importante la posibilidad de haber retomado la presencialidad en las escuelas, “lo que les permite avanzar en cuestiones que el año pasado desde la virtualidad no podían”, dijo y, del mismo modo, planteó como fundamental “tener en cuenta, ante la baja de los casos, poder retomar las atenciones en los dispensarios con todas las especialidades”. “Creo que es la base de la atención de la salud en los barrios”, recalcó.
Toledo, que desde su espacio brindó una importante asistencia a muchas familias del sector de la costanera del río, detalló: “En el trabajo comunitario se incrementó notablemente el número de personas que llegan pidiendo ayuda, el pedido de asistencia en mercadería, medicamentos, pañales, leche, y no hablo sólo por nuestro comedor”.
Sobre esto, la referente barrial aseguró: “En muchos de estos espacios vemos una demanda constante, pero debemos reconocer que la ciudad ha retomado su normalidad y que de alguna manera nos vamos recuperando de esta pandemia que nos tuvo un año y medio haciendo trabajos mínimos”.
“Vamos por buen camino, pero costará mucho, más si se mantiene esta crisis, y peor en los barrios carenciados”, concluyó Lorena Toledo.