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La maestra que transformó el jardín en un infierno

Mariela Ríos se convirtió en la peor pesadilla para 15 niños y para sus padres. Fue condenada por corrupción

Los días lunes, miércoles y viernes la directora del jardín de infantes “Domingo Faustino Sarmiento” de la localidad cordobesa de Viamonte se ausentaba y quien tomaba el control de las salas donde iban los chicos de 5 y de 6 años era otra maestra “foránea”, Mariela Ríos, la suplente que llegaba de La Carlota.

La mujer delgada y de cabellos lacios, de 43 años, fue juzgada este año por la conducta pervertida que mantuvo con los niños durante el ciclo lectivo de 2018 y el 17 de noviembre de 2020 la Cámara Segunda del Crimen, a cargo de Emilio Andruet, le aplicó 15 años de cárcel por una larga lista de delitos que incluyó abuso sexual y corrupción de menores, ambos delitos agravados por la condición de educadora, a los que se sumó el de exhibiciones obscenas y producción de imágenes de pornografía infantil.

Prácticas perversas

Lo que sucedía puertas adentro del jardín escapaba a todo control y fue descubierto cuando los padres de los niños empezaron a advertir conductas inapropiadas en sus hijos o se topaban con sus negativas rotundas a volver al jardín. La investigación que inició la Fiscalía de La Carlota demostró que la maestra suplente fotografiaba y filmaba desnudos a sus alumnos, mientras los incitaba a que bailaran o desfilaran en poses eróticas. A cambio, les regalaba chocolates y les hacía prometer que mantendrían en secreto lo que allí pasaba.

Las víctimas fueron 15 niños y niñas de 5 y 6 años, quienes, gracias a la protección que les dio el sistema de testimonios tomados en cámara Gesell, pudieron narrar las prácticas pervertidas que la docente les obligaba a desplegar en horas de clases.

Los alumnos coincidieron en afirmar que eran llevados a la dirección, al baño y al patio del jardín de infantes, donde la maestra los hacía desnudar y, en ocasiones, ella misma se quitaba la ropa, y manoseaba a los varones. Todo eso quedó registrado en el celular Motorola de Ríos e iba destinado al novio de la maestra, un striper que presuntamente vivía en La Plata y al que los chicos conocían como “Jordan”.

Al juicio asistieron numerosos padres que anhelaban ver a la mujer entre rejas.

Después de leerle la condena a Ríos, el juez ordenó que se investigue al novio de la docente y a la directora del jardín de infantes.