Inspectores de la Dirección General de Bromatología del Ente de Prevención Ciudadana y Gestión Ambiental, en conjunto con la Policía de la Provincia, decomisaron más de 230 kilos de pollo que eran transportados sin cumplir con los requisitos sanitarios de acuerdo a la reglamentación vigente.
El vehículo que transportaba el alimento no tenía la correspondiente habilitación municipal y no disponía del sistema de refrigeración adecuado para el traslado de la materia prima.
Al no estar apto para el consumo humano, se realizó un entierro sanitario del alimento decomisado.