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Del Campillo: con 12 años ya tiene su emprendimiento de artesanías

Agustina Jazmín Magallan posee su taller, donde confecciona diversos productos con los que ya ha participado en varias ferias. En su localidad, las ventas no paran de crecer y la creación no se detiene

Agustina Jazmín Magallan tiene 12 años y es de Del Campillo. Quien la conoce no puede dejar de sorprenderse porque a su corta edad tiene su propio emprendimiento y cuenta con un taller de artesanías y manualidades que funciona en su cuarto. La pequeña realiza pulseras, collares, sujeta barbijos y también decora botellas y vasos. Sus productos ya fueron presentados en varias ferias, en las que consiguió excelentes ventas.

Su historia con las manualidades comienza desde hace años. Desde muy chiquita le gustaba pintar latas, botellas y hacer collares de fideos; fue algo innato, según comentó su madre, Soledad Guevara, quien aseguró que “lo lleva en los genes”.

Los Magallan son nativos de Del Campillo y residen en el barrio Quirno, sobre calle Patricias Argentinas.

Lógicamente, la niña tiene cautivada a su familia con este incipiente pero exitoso emprendimiento que ya tiene nombre: “Artesanías Agustina” y no para de crecer y de tener más demanda de parte de vecinos que se enteran en el boca a boca y por las redes sociales de lo que es capaz de hacer la niña. “Es mi lugar favorito”, afirmó Agustina, que ya tiene precios minoristas y mayoristas para sus productos.

El espíritu emprendedor de la pequeña sorprende a todos y su familia la acompaña en lo que hace y la apoya. “Para su cumple, para los Reyes o en ocasiones especiales, ella siempre pedía que le regaláramos lápices de colores, plasticola, tijera, porcelana fría y cosas con las cuales pudiera hacer manualidades”, comentó la mamá.

Y agregó que su hija “siempre tenía el sueño de poner una feria y mostrar las artesanías que ella hace, pero no se animaba, hasta que un día se animó”.

En este sentido, detalló: “Hace 2 años, con 10 recién cumplidos, Agustina empezó haciendo pulseras y las vendía, vaya que se vendían. Con su papá (Fernando Magallan) la apoyábamos en todo para que ella pudiera hacer lo que ama”.

Asimismo, explicó que luego la niña se dedicó a “decorar botellas para el agua, el jugo, la leche, vasos también empezó hacer y los salía a vender. Le iba rebién con las ventas; ella, superfeliz”.

Esta actitud activa y creativa de Agustina también llamó la atención en la escuela, donde las docentes se admiraban de su capacidad. Fue Jesica Díaz, una de sus maestras, quien destacó ante este medio el talento de la pequeña para producir y emprender. “Ya en la escuela hacía manualidades, pulseras, accesorios de todo y resulta que ya se puso un local”, resaltó la docente a Puntal.

Por su parte, la mamá recalcó que la niña tuvo en el colegio un amplio ámbito de desarrollo para esta actividad. “El año pasado empezó sexto grado y conoció a su seño Jesica. Siempre Agus le llevaba una manualidad que hacía y ella le propuso hacer una feria en su local de tienda para que pudiera mostrarle a la gente lo que hacía. Sin dudarlo dijo que sí, le fue rebién ese día y me dijo que su seño le había cumplido su sueño”, afirmó.

A partir de ahí todas fueron buena noticias, los productos salían como pan caliente, emprendió la confección artesanal. A cada producto lo subía a las redes sociales y así empezó a tener cada vez más encargues. Días atrás hubo una feria en su pueblo y fue a exponer con gran éxito.

Hace poco Agustina le manifestó a su mamá que cuando sea grande quiere ser maestra y tener su propio local. Ahora con sus propios ingresos, Agustina ya se compra su ropa y ahorra para poder tener su primer celular.

En su lugar favorito, así llama al taller-cuarto de manualidades, la niña pasa algunas horas, no tantas porque es consciente de que una también debe dedicarle tiempo a jugar, leer y ayudar con los quehaceres de la casa. Sin embargo, cuando cierra la puerta, se prende la luz y entra en su propio mundo, donde abundan las ideas y no falta la creatividad.