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Diego Cuesta Silva: "Lo del sábado en Sydney ha sido gigantesco"

El histórico jugador del San Isidro Club, que fue puma desde 1983 hasta 1995 y contabiliza tres mundiales -1987, 1991 y 1995-, dijo que la victoria marcó un hito absoluto. El hoy reconocido cardiólogo dialogó en exclusiva con Puntal

El mes de noviembre comenzaba con una efeméride deportiva muy fuerte: el 7 se cumplían 50 años de la histórica pelea de Monzón y Nino Benvenutti en el Palacio de los Deportes de Roma. De hecho, pudimos darnos el lujo de hablar con el propio Nino a los 82 años.

Al calendario hay que agregarle otra, no queda más que decirlo. Después de 30 partidos, contados desde 1976, Los Pumas le pudieron ganar a Nueva Zelanda.

Para comenzar a desandar ese camino, la palabra de un imprescindible para entender la historia puma como Diego Cuesta Silva.

El solo escuchar su apellido es transportarse no solamente a cancha del Zanjero (SIC), sino a las inolvidables épocas de un Ferro repleto vibrando con la garra y con el juego del seleccionado.

Hoy es un prestigioso cardiólogo y así nos cuenta de la hazaña puma del sábado.

“Ayer hacía una comparación: como cuando sos chico y toda tu vida jugaste al tenis con tu papá, por ejemplo, y tu viejo te peloteaba cada vez que jugabas, te ganaba, no te perdonaba nada, pero vos le tenías un respeto enorme porque era tu padre y era tu imagen y tratabas de hacer lo imposible siempre y nunca pudiste. Hasta que llegó el día que le pudiste ganar, y no lo digo en el típico significado de padre cuando te ganan siempre, ‘el tenerte de hijo’, sino por el respeto que uno le tiene al padre, por eso yo hacía esa comparación. Que haya llegado no significa que le perdamos el respeto, ojalá que se repita, pero para que se vuelva a dar se necesita de otro día perfecto. No sólo Argentina tuvo un desempeño sobresaliente, sino que ellos tampoco estaban en su mejor día, se dio el combo perfecto. Yo comparo lo que viví en el año 1985 (empate 21 a 21 en Ferro, Los Pumas estuvieron al borde del try final). Siempre cuento que cuando se termina el partido, siendo muy joven yo y festejo, saludo a los contrarios y veía que los más grandes se puteaban, entre Hugo Porta, el Flaco Ure (fue justamente quien cometió nock-on cuando estaba sobre las línea de in goal), eran caras largas en el vestuario y yo no entendía. Los más grandes sabían que ganarle hubiera sido increíble, pero sobre todo lo difícil que era. Pasaron 35 años y recién el sábado se pudo lograr. Yo sentí que terminó de entrar ese scrum que quedó trunco en ese año”, precisa.

-Como si al Flaco Ure no se le hubiese caído y hubiese apoyado...

-Exactamente. Pero recién ahora, pasaron tantos años (risas del doctor Cuesta Silva).

-Viendo este rugby de hoy tan profesional, escuchamos hablar de franquicias, de salarios, de entrenadores extranjeros como colaboradores externos, pero el sentimiento sigue estando siempre y los jugadores así lo demuestran. ¿Qué le sugiere ese panorama?

-Ahora hay un mejor nivel de entrenamiento, de instalaciones y de descanso, que era lo que no teníamos antes: era trabajar o estudiar y entrenar, no había tiempo para el descanso. Viéndolo desde el punto de vista médico, lo más relevante del profesionalismo es eso. Hay que tener en cuenta que estos chicos salen de clubes como lo hacíamos nosotros, con una pasión tremenda por tu camiseta, nacieron con un corazón amateur al que le tuvieron que armar una cabeza profesional, encima siguen siendo guiados por pumas que han jugado en el seleccionado, que han sido amateurs y después profesionales. Estando ahí Mario Ledesma, el Tano Loffreda, Juan Fernández Lobbe, Juan Fernández Miranda, no tengo la menor duda en cuanto al sentido de pertenencia que les han estado transmitiendo y se nota sin dudas. Feliz de la vida por este triunfo.

-Vemos jugadores de clase mundial como Matera, Kramer o Petti, ¿cómo los observó?

-Son animales, lo más lindo de todo es que un Kramer, Matera o Guido Petti son abanderados en el mundo y no te llama para nada la atención su nivel. El tema son los chicos nuevos, que se plantaron con una solvencia tremenda y como si tuviesen treinta partidos en Los Pumas y diez enfrentamientos contra los All Blacks. Eso es lo que a mí más me emocionó; los nuevos, que no conocían esto, aparte el estar tanto tiempo sin jugar, sumado a un Mundial que no fue bueno, en el que no salieron las cosas. Esto es un regalo tremendo y más por lo que estamos viviendo a nivel mundial con la pandemia, fue un regalo de lujo.

-A su criterio y disculpando la obviedad, ¿qué los hace tan buenos a los All Blacks puntualmente?

- Los neozelandeses tienen varios dones. Tuve la suerte de pasar bastante tiempo allí con giras con Los Pumas y el San Isidro Club. Ves que todo el país vibra con el rugby, sumado a la humildad de los tipos. Son muy humildes; es como si fuera un tema filosófico ser parte de los All Blacks y eso requiere un respeto tremendo a la camiseta por lo que representa para todo el país y por eso me llamó la atención, reviendo el partido, que Argentina no lo dejó hacer absolutamente nada. Parecían desfigurados, es de las primeras veces que los All Blacks no sabían por dónde ir, cuando siempre son los que mandan. Recuerdo que en la gira de 1989 con Los Pumas nos comimos sesenta puntos en aquel momento contra Auckland (fue el 8 de junio de 1989, con triunfo de los locales 61 a 6), que era un equipazo con varios All Blacks, y cuando el partido termina viene Zinzan Brooks a pedirnos un autógrafo en la revista del partido que tenía nuestras caras. Algunos pensábamos que nos estaban jodiendo, pero vimos después que no era así, sino que era producto del respeto que te tienen porque saben del esfuerzo que hacés. Creo que lo del sábado ha sido gigantesco.

-Ante tanta carga anímica y desgaste, ¿puede imaginar que se venga un bajón de rendimiento frente a Australia o será todo lo contrario?

-Mirá, conociendo quiénes manejan el equipo, que ya los nombré, sobre todo Mario Ledesma y el Tano Loffreda metiendo ficha desde atrás, van a redoblar la apuesta. No se van a confiar o desinflar porque creo que no han tenido real conciencia todavía de lo que han logrado. Cuando pasa el tiempo te das cuenta y ellos han estado muy concentrados durante todo el proceso y con la cabeza pura y exclusivamente en Nueva Zelanda. Saben que el potencial para una nueva etapa es tremendo, sobre todo con los jugadores nuevos que tuvieron su bautismo de batalla y ver que fue tan positivo, no se van a desconcentrar, sin dudas. No van a dar la menor oportunidad porque, como siempre nos pasó, cuando te confiaste un ratito te acostaron, y más los equipos grandes.