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La radiofonía argentina hoy celebra sus 100 años de vida: "Llega a su centenario en condiciones impecables"

El investigador Ricardo Haye y el subdirector de Radio Nacional, Gustavo Campana, analizan la actualidad de la radio tras un siglo de existencia. La compañía que ofrece, su "magia" y la particularidad de reinventarse constantemente la presentan como "eterna"

Se cumplen hoy 100 años desde la primera emisión radiofónica, en la que los recordados “locos de la azotea” transmitieron la ópera Parsifal, de Richard Wagner, en 1920. Enrique Susini, César Guerrico, Luis Romero Carranza y Miguel Mujica eran cuatro jóvenes del mundo de la medicina que además compartían el gusto por la radiofonía y pensaban en su uso en servicio de la cultura. Un siglo después, el medio no para de crecer y adaptarse constantemente, reinventándose y llegando a cada casa, para ser parte clave en la vida de los argentinos.

Aquí, dos referentes de la radio en el país analizan este trayecto y la importancia ha tenido siempre en la sociedad. El investigador Ricardo Haye y el periodista Gustavo Campana destacan esa particularidad de la radio de ir modificándose para llegar en perfectas condiciones a sus primeros 100 años de vida.

El doctor en Comunicación Audiovisual Ricardo Haye, investigador y autor de libros como “Hacia una nueva radio”, consideró que “la radio llega a su centenario en condiciones impecables, se mantiene vigente, con una alta dosis de penetración popular y con cotas muy importantes de credibilidad social. Llega a estas circunstancias, tras un siglo de vida, sin haberse desgastado porque se ha reformateado constantemente, es un medio que nunca fue igual a sí misma por un largo tiempo”. Y agregó: “Las distintas circunstancias la fueron obligando a modificarse, transformarse, adecuarse, incluso algunos de esos cambios tienen que ver con propios aprendizajes, de su lenguaje, su discurso”.

Haye recuerda cómo la radiodifusión comenzó con la transmisión de obras teatrales, “e inmediatamente se dio cuenta de que eso no alcanzaba, que había cosas que se le escapaban al oyente y colocó un narrador que pudiera ir aclarando lo que no llegaba a la comprensión. Así fue cómo en su crecimiento empezó a trabajar sobre textos originales ajenos para adaptarlos al medio, de cuentos y novelas, “hasta que adquirió cierta destreza y se lanzaron a escribir obras propias, dramaturgia original para la radio. Allí ya estábamos en la época dorada de la radio, entre los 30 y 50”, dijo el investigador.

- Luego debió modificarse ante el surgimiento de otros medios.

- Después apareció la televisión, que se llevó a los cuadros de actores y los escritores, seducidos por la promesa de mejores salarios y mostrar la cara, por lo que la radio se vació de relato y se reformula a formatos de tipo periodístico, informativos, con argumentación, con análisis. El nuevo pico de transformación llega en los 70, un poco más tarde en las provincias, cuando aparece la modulación de frecuencias, y surge un dial nuevo, en su origen destinado a la difusión de música, hasta que gente talentosa como Juan Alberto Badía descubre que se estaba malgastando esta señal y se empieza a llenar la FM de otros contenidos.

- ¿Cómo fueron los cambios desde aspectos de la vida social?

- Los altos en la historia de la radio tienen que ver con la modificación de los hábitos sociales, y estructuración de la propia familia, de las numerosas que habitaban las casas “chorizo” de antaño y compartían un único receptor de radio, ahora tenía cada uno la posibilidad de escuchar lo que quería en sus propios receptores, con los transistores japoneses, la radio que se hizo pequeña, portable, la posibilidad de llevarla adonde fuéramos, y se empezó a cambiar la conducta de compartir la escucha en grupos a una individual, tanto que se comenzó a oír, como en los primeros años, con auriculares. Todas estas modificaciones lo que hicieron fue poner de manifiesto una increíble versatilidad para readecuarse a cada circunstancia. Hoy, la nueva transformación viene dada porque el lenguaje de la radio se ha expandido más allá de las onda hertzianas y se ha manifestado en la radio online, en el trabajo de los podcasters.

En este sentido, Haye consideró que la discusión sobre si eso es o no radio, “es absolutamente bizantina, no lleva a ningún lado, porque están todos trabajando con el mismo lenguaje radiofónico”. Y aseguró: “Se puede escuchar radio mientras se maneja el auto, o mientras cocina, incluso mientras lee, pero no puede hacerlo mientras escucha un podcast, se anulan entre sí. Lo que hay que imaginarse hacia el futuro es cómo nos ajustamos oyentes y realizadores, para convivir en un escenario de convergencia, donde además de la radio se incluye la figura del diseñador gráfico, que acompaña desde la pantalla muda de las computadoras. Del mismo modo, tenemos que pensar en el diseño del sonido para que se ajuste a las necesidades de la época y sigamos trabajando aún cuando consideremos la complementariedad de las imágenes, respetando la centralidad del sonido como elemento comunicativo y expresivo”.

- Es clave cómo se ha mantenido, incluso potenciado, la credibilidad de la radio, el lugar que ocupa en la gente.

- Sin dudas es así. Durante mucho tiempo la radio, en especial en su horario de la mañana, se dedicó a un ejercicio bastante parasitario, a leer los diarios. Creo que hay que trabajar para erradicar esa tarea de holgazanería, y dedicarnos a la generación de contenidos propios, que además si son originales y tienen por detrás inteligencia y talento, tendrán rebote en el resto de los medios.

Haye destacó que para el trabajo en la radio es fundamental ser “un gran lector y un buen escritor, porque lo que forja estructuras de pensamiento es la lectura y escritura, porque aunque se piense que la radio está marcada por el espontaneismo, me pregunto cuántas personas tienen el talento de ser originales y creativos durante 4 horas 5 días a la semana, para eso la única forma es con el trabajo en equipo y la preproducción que implica volver a la práctica del guión”, señaló.

- ¿Cuáles considera que son los desafíos de la radio hacia futuro?

- Tenemos una radio de muy buen nivel, que cuenta con buenos planteles técnicos y profesionales. Para complementarla, hay cuestiones que deberían volverse prioritarias, como pensar de qué manera vamos a expandir las agendas temáticas de la radio, no para que hablen de todo porque es imposible, pero sí aumentar los núcleos temáticos. Hay que pensar en la diversificación estilística y expresiva para que la radio vuelva a tener variedad de formas y estructuras de producción, como los documentales radiofónicos. Además, hay que pensar en algunas variables en las aulas para que los futuros profesionales salgan capacitados, uno es trabajar sobre los niveles de sensibilidad en los comunicadores, que les permitirá establecer compromisos con las necesidades sociales que no siempre están debidamente atendidas. Finalmente, se debe pensar en la conquista de nuevos públicos, comenzando en edades tempranas, porque sólo es fruto del azar que los chicos descubran la radio, y es algo que vemos cuando a nuestras cátedras llegan los estudiantes con un casi nulo apropiación del medio.

“La radio es eterna”

Por su parte, el periodista y escritor Gustavo Campana, subdirector de Radio Nacional, consideró que este centenario encuentra a la radio de festejo, aunque aseguró: “La radio promete eternidad, desde 1951 tiene como una sentencia de muerte implícita de la televisión, y se fue reinventando con el paso del tiempo, mientras que en el siglo XXI con tanto soporte nuevo y tanta oferta audiovisual, la verdad que no pensábamos que hubiera tanta radio en tantos formatos distintos”, indicó, mientras que aseguró que “mientras la palabra existe hay radio, por lo que festejamos 100 años sabiendo que es eterna”.

El periodista consideró que hay “un amor eterno con la radio, por lo que no hay forma de que desaparezca, es más, muchos programas de televisión como los de panelistas, son programas de radio, la imagen juega un rol de segunda guitarra y lo único que importa son las ideas y las palabras, por lo que son programas de radio televisados”, dijo y sostuvo: “El formato radial está más vivo que nunca en todas las modalidades que se nos ocurra, y este festejo llega en un momento en el que mucha gente creía que estaría muerta, pero no es que está más viva que nunca, sino que está en una condición de eternidad, de clásico”.

- La radio tiene la particularidad de ser una gran compañía, incluso del que va a la cancha a ver el partido y escucha el relato de su locutor favorito, tiene una presencia constante y pasa a formar parte de uno.

- De eso no me cabe duda, es fundamental para tener en cuenta que allí está la banda de sonido de nuestras vidas, no sólo en la palabra, en la música, el entretenimiento, el humor. La radio solamente requiere de un sentido, y eso genera que uno pueda estar haciendo cualquier cosa mientras te acompaña.

En tanto, a la hora de referirse al trabajo informativo de la radio, Campana remarca que es un espacio en que se reinventa a fines de los 60, “sobre todo con el rol fundamental de Cacho Fontana, que plantea lo nuevo de sacarla del atril y llevarla a una mesa con columnistas, sino que también propuso el móvil, de sacarla a la calle. Así, la radio cubrió un lugar que no tenía la televisión, al no estar por la mañana. La radio se reinventó ocupando un espacio que no ocupaba su verdugo. Llegaba antes que ninguno, pensando también en los tiempos, considerando que apenas llegaba se ponía a trabajar, pero incluso hasta mediados de los 90 el móvil televisivo tardaba 20 minutos para preparar todo antes de transmitir desde el mismo lugar que la radio”.

- ¿Cuánto ha facilitado el crecimiento del medio, con la creación de nuevos espacios de radio, el avance de la tecnología?

- Han aparecido recursos que permiten armar una radio con costos muy bajos, como lo son las radios online, pero hay que acostumbrar a mucha gente a este formato nuevo. Pero hay algo que es inalterable, la radio es siempre la misma, es palabra, sonido, por lo que todo lo nuevo se adapta a eso eterno que creo que hay que valorizar por encima de cualquier revolución tecnológica.

- ¿Cómo se vive la famosa “magia” de la radio?

- Lo que se agudiza del relato, ya sea que se esté comentando un partido de fútbol o una sesión en el Congreso, es el lenguaje descriptivo, es la necesidad de contar lo que no se está viendo. Eso genera un lenguaje muy particular, desde un mundo muy personal que algunos encaran con mucha poesía, otros con muchos datos, pero siempre intentando que se vea lo que no se ve. Además hay que pensar en el clima en el que se lo hace, no es lo mismo hacerlo en la mañana que en los horarios de regreso, todo tiene un tiempo, muchas cosas que te da el oficio, pero que se debe traer como oyente, es imposible hacer radio si antes no fuiste oyente.

- ¿Quiénes considera que son los históricos referentes de la radio argentina?

- En la radio contemporánea son fundamentales 3 personas, con Antonio Carrizo como su gran inventor, Cacho Fontana y Héctor Larrea. En el caso de las FM creo que hay una estación impresionante antes del estallido de la revolución “Rock and Pop”, y que marcó a fuego el sonido FM, que fue Omar Cerasuolo con “Un tren fantasma”, en radio Rivadavia. Cada uno en su rubro fue importante, obviamente que la llegada de Víctor Hugo Morales en el relato futbolístico implicó que había otro sonido que se animaría a terminar con lo conocido. Tantos otros compañeros, como el mismo “Turco” Wehbe, que como decía Víctor Hugo: “Qué suerte que se quedó en Córdoba sino nos quedábamos todos sin laburo. Son creadores de un patrón radial que no tiene paralelo.