La defensa de la joven de 22 años que roció con alcohol y prendió fuego a su suegra solicitó al fiscal Pablo Jávega la libertad bajo tratamiento psiquiátrico, mientras se esperan los resultados de las pericias que determinarán si comprendía la criminalidad de sus actos.
Sandra Carro fue sorprendida por su nuera Leonela Hidalgo en la habitación de su casa del barrio Pueblo Nuevo, de Sampacho, en la noche del martes 10 de noviembre cuando se encontraba en una sesión de reiki, al rociarla con alcohol y arrojarle un fósforo, por lo que se vio envuelta en llamas.
El fuego le afectó el 35 por ciento de su cuerpo y la mujer de 50 años se encuentra internada en la terapia intensiva del Hospital San Antonio de Padua de nuestra ciudad con respiración asistida y su pronóstico es reservado.
Por el violento hecho familiar, Hidalgo fue detenida a las pocas horas y quedó alojada en la alcaidía de la jefatura departamental de Policía.
La Fiscalía de Instrucción de Primera Nominación agravó la imputación de la joven a homicidio calificado por ensañamiento en grado de tentativa.
La medida fue tomada el jueves, luego de que la acusada se abstuviera de declarar.
Los abogados Jacqueline Cattaneo y Matías Ceballos asumieron la defensa de la nuera y, entre las primeras acciones, presentaron un escrito en la Fiscalía “solicitando el recupero de su libertad bajo tratamiento psiquiátrico”.
“Al tratarse de una persona con serios trastornos psicológicos, se llevaron adelante pericias psiquiátricas y psicológicas para determinar si al momento de cometer el hecho comprendía la criminalidad del mismo y dirigir sus acciones”, indicaron los abogados.
“Nos encontramos a la espera de esos resultados y de las copias del expediente. Una vez que tengamos eso, vamos a poder analizar qué postura defensiva vamos a adoptar”, afirmó Cattaneo.
De algunos testimonios de la investigación, surgen datos que indican que Hidalgo hacía unas semanas que no estaba tomando la medicación en forma regular.
Carro se encuentra internada en el Hospital local y su estado es delicado, por la gravedad de las heridas que afectaron rostro, cuello y la parte derecha del cuerpo.
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