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Un estudio reciente de la UNRC detectó parámetros habituales en los peces del río

Es un relevamiento de la Facultad de Agronomía y Veterinaria, realizado el 10 de febrero, que analizó ejemplares de bagre blanco y sábalo. No valoró la mortandad de esas especies, ocurrida hace un mes, a principios de enero

Un flamante estudio de la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la Universidad detectó que los peces del río Cuarto presentan parámetros fisiológicos “esperables”, en cuanto a su condición corporal, presencia de parásitos y madurez sexual. Se realizó el pasado 10 de febrero y los resultados se dieron a conocer ayer, por medio de un comunicado. Las autoridades aclararon que el relevamiento no estuvo orientado a evaluar las causas ni las circunstancias en las que se produjo la mortandad de diferentes especies ictícolas, hace poco más de un mes, durante los primeros días de enero.

“Tras numerosas consultas de varios medios de comunicación, desde la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la Universidad Nacional de Río Cuarto y el Instituto de Ciencias Veterinarias estudiaron peces del río luego de la mortandad del mes de enero. El estudio no habla específicamente de ese evento, ya que se hizo con posterioridad, pero consideró el estado general de salud de dos especies que habitan en el río Cuarto”, señala el comunicado que se dio a conocer.

Los ejemplares de bagre y sábalo fueron analizados el 10 de febrero por el área de servicio de la ecología y acuicultura, dependiente de Agronomía y Veterinaria.

“Estos resultados indicarían que las poblaciones de sábalo y moncholo tienden a restablecer sus características habituales”, indica el comunicado.

El estudio fue coordinado por el doctor Miguel Mancini, junto con los veterinarios Víctor Salinas y Juan Marzouli. Valoraron el estado general de “dos especies de peces: moncholo o bagre blanco (Pimelodus albicans) y sábalo (Prochilodus lineatus)”.

Los especialistas evaluaron la condición corporal de los peces como indicador de su estado fisiológico, la presencia de parásitos internos y el grado de madurez sexual.

La longitud mínima y máxima de los moncholos fue de 32 y 45,5 centímetros, con un peso medio de 463,1 gramos.

Los índices sobre el grado de gordura y desarrollo gonadal exhibieron valores esperados en función del comportamiento reproductivo y talla de los peces.

Presencia de parásitos

Algo que llamó la atención, en tanto, fue el porcentaje de moncholos parasitados, el 66,6 por ciento de los ejemplares analizados, con un promedio de 21 parásitos por pez. Es un dato a tener en cuenta, sobre todo para las personas que los consumen.

La condición de los sábalos se encuadró dentro de los valores propios de la especie. Los ejemplares no exhibían signos de enfermedad.

“De acuerdo a lo expresado por pescadores que realizan prácticas en diferentes tramos del río Cuarto, la conducta de los peces de diferentes especies y la cantidad ejemplares capturados son normales en la actualidad”, señala el comunicado de Agronomía y Veterinaria.

“Estos resultados indicarían que las poblaciones de sábalo y moncholo tienden a restablecer sus características habituales”, agrega el texto difundido ayer.

Además, aclara que, dadas algunas controversias sobre el diagnóstico de la mortandad, desde la Facultad de Agronomía y Veterinaria “no opinarán al respecto, debido a la imposibilidad de intervención en la evaluación del cuadro”.

Agronomía y Veterinaria viene realizando relevamientos de este tipo en el río Cuarto, el lago Villa Dalcar y otros cursos de agua, en el marco de trabajos de investigación y a requisitoria de diferentes instituciones.

Vale recordar que cientos de peces aparecieron muertos durante el fin de semana del 8 de enero en las orillas del río Chocancharava, 150 metros corriente abajo de la planta de tratamiento de líquidos cloacales.

Dictamen oficial

El 26 de enero la Policía Ambiental de la Provincia daba a conocer el informe final de la mortandad de peces en el río Cuarto, en el que asegura que murieron por las altas temperaturas que había en esos días en el sector, como consecuencia de la ola de calor, y por el bajo caudal del curso de agua.