Río Cuarto |

Entrevista a Diego Golombek “Las ciencias sufren una crisis con riesgos de que sea terminal”

El investigador y divulgador científico se refirió a la importancia de la enseñanza desde la exploración y del lugar de los polos de conocimiento. Alertó sobre la actualidad de centros como Conicet, aunque aseguró que se hará resistencia: “Tenemos un sistema fuerte”, dijo.

“Hay que analizar cuál es el lugar que cumplen las ciencias en el imaginario de un Estado; sin ciencia no se puede pensar en desarrollo, por lo que hay que pensar qué queremos”, aseguró el investigador Diego Golombek, miembro del Conicet y reconocido divulgador científico con sus programas televisivos, como “Científicos Industria Argentina”.

Golombek disertará en el 3er Congreso “Imagina, Sólo Juntos”, organizado por Fada (Fundación Agropecuaria por el Desarrollo de Argentina) esta semana en el predio de la Sociedad Rural.

 Consultado sobre qué características tendrá su presentación en las jornadas, el investigador destacó que su participación se dará en el panel de educación que compartirá con especialistas en tecnología educativa. “Yo brindaré una mirada más general de la educación, en particular lo que es la educación en ciencias, considerando que en algunas cosas le estamos errando”, dijo y consideró: “Yo no formo parte del sistema educativo formal, salvo en el universitario, pero puedo brindar algunas ideas para colaborar, para la preocupación que tienen muchos docentes y directivos, de lo que nos estamos equivocando para la enseñanza crítica y de las ciencias”. 

Del mismo modo, explicó que aportará ideas generales de neurociencias, “que pueden aportar algo al aula; si bien no es la panacea universal ni reemplaza a la educación formal, pero tiene algunas ideas que pueden colaborar con lo que necesitamos”, sostuvo.

- ¿En qué aspectos se está fallando en la enseñanza de las ciencias?

- Tendemos a una educación científica extremadamente disciplinaria. En la hora de física, química o matemática olvidamos un poco la idea de pensar científicamente, de cómo abordar cualquier problema que nos viene en juego. Esto tiene como objetivo fomentar la educación científica que mucho necesitamos en el país, aun cuando estamos atravesando una coyuntura terrible en cuanto a la promoción de las ciencias, y pensar científicamente es algo que se puede llevar a cualquier actividad humana.

- Con el uso de los nuevos medios de comunicación para la difusión de las ciencias, ¿se busca llegar de otro modo a los chicos?

- No se busca enseñar, pero la divulgación científica a través de estos formatos como mucho tiene el objeto de entusiasmar y de complementar algunas tareas docentes. Para nuestra grata sorpresa, muchos docentes usan material de divulgación televisiva o de libros para disparar algún tema de ciencia, generar alguna pregunta o ambiente que sirve para discutir, trabajar con el humor o la metáfora, pero sin dejar el rigor científico de lado. Luego viene la enseñanza formal, que es irremplazable, como lo son los docentes.

- Sucede que los niños se entusiasman con estos programas e intentan luego replicar lo que ven.

- Como Picasso decía que todos los niños nacen artistas, también nacen científicos; cuando hacen preguntas, cuando hacen experimentos y se enchastran, hacen un poco una exploración científica del mundo. De alguna manera, la educación formal no permite esa exploración, porque hay otras prioridades, porque no alcanza el tiempo o lo que fuera, pero es necesaria, porque es la única manera de tener esa mirada científica del mundo que tan bien nos hace.

- ¿Qué evaluación realiza de la situación actual desde las ciencias, como es el caso de Conicet?

- Es una crisis importante, con riesgos de que sea terminal, aunque no creo que sea así porque el sistema es fuerte, tenemos una historia fuerte en ciencia. Sin embargo, lo que está pasando en Conicet es trágicamente destacable. Esta semana renunció una de las directoras, cansada de la situación anómala que se vive al nivel del directorio. Tenemos una situación en la que muchos jóvenes aspirantes a la carrera de investigador quedan afuera del sistema y, si uno tuviera alternativas porque la industria absorbe científicos o las instituciones como universidades también lo hicieran, se podría relativizar este hecho, pero no hay alternativas. Qué pasa con los chicos que se formaron durante tanto tiempo y cuentan con un doctorado, que es la máxima distinción académica, es una pregunta que nos debemos hacer. Lo mismo pasa con el presupuesto, porque el sueldo de las instancias más bajas como becas son muy bajos, y los subsidios no alcanzan para investigar en ciencias naturales. 



Componentes de la crisis



Golombek consideró que esta realidad compleja tiene dos componentes: por un lado, hizo referencia a lo presupuestario,  ya que “estamos en un momento muy difícil y se debe entender que no es un gasto, sino que es una inversión”, dijo el investigador; por otro lado, mencionó una arista cultural y señaló: “Esta semana ocurrió un hecho muy grave, que fue que el ministro del Interior (Rogelio Ferrario) relativizó a la ciencia como actividad prioritaria; si bien no lo dijo con esas palabras, lo dio a entender con su forma de expresarse, queriendo manifestar que hay que rever cuáles son las prioridades del país hablando de ciencia y tecnología”, e indicó: “Es muy miope pensar que la ciencia no es un puntal del desarrollo, no hay otro, no se les puede agregar valor agregado a las cuestiones primarias como el campo o la industria, no se lo puede pensar fuera de la ciencia y la tecnología, es necesario tenerla en cuenta a la hora de resolver los problemas que tenemos de pobreza, salud y energía”.

- No obstante, es una línea de trabajo que se observa desde el inicio de la actual gestión nacional.

- Es posible, pero no hay que olvidar que una promesa de la actual gestión era llevar el presupuesto de ciencia y tecnología al 1,7% del PBI, ponerlo en un lugar destacado, incluso se mantuvo el ministerio con el mismo ministro. Uno quería ver una continuidad política, que claramente no fue.

- Se ha dado que muchos jóvenes buscan continuar su carrera en otros países y allí recibir el reconocimiento a todo su trabajo, ¿se genera así una nueva fuga de cerebros?

- Lamentablemente sí, aunque también es cierto que parte de la formación científica en muchos casos incluye ir al exterior para conocer cómo es el mundo con la ilusión de volver a casa y volcar aquí esos conocimientos. En este momento esa ilusión está desdibujada, así como hay falta de fuente laboral para muchos científicos muy formados. Es algo que recién empieza, esperamos ver cómo revertir una situación tan lamentable. Todavía hay que pensar en una mirada más federal, porque la mayoría de las ciencias se desarrollan en las grandes ciudades y hay muchas necesidades científicas que requieren de esa mirada federal para que la gente se instale en otros lados.

- Más allá del valor que se le da con un trabajo desde su interior, ¿cómo cree que es la consideración que el común de la sociedad tiene de la ciencia y la tecnología?

- Creo que hay un cambio muy grande en la percepción pública sobre las ciencias. Se ha hecho mucha tarea de promoción y los científicos pasaron a ser mirados distintos. Ya no son los mártires que hacen lo que quieren por dos mangos y les va bien o hasta tienen premios, esa mirada fue superada hace unos años por la idea de que es bueno que tengamos científicos y que les vaya bien, que estudien cuestiones básicas. Sin embargo, en este momento coyuntural tan complicado puedo entender que la sociedad no esté mirando con la misma esperanza a las ciencias cuando hay necesidades muy básicas que están siendo insatisfechas.

El investigador destacó que en las encuestas públicas de las ciencias el lugar cultural que se le otorga ha cambiado en los últimos 15 años. Consultado sobre cuánto influyó en esto el acercamiento de espacios académicos como las universidades a los barrios, Golombek precisó: “Sí, pero en las encuestas, ante el pedido a la gente de que nombren una institución vinculada a la ciencia y tecnología muchos no pueden hacerlo, no pueden mencionar a las universidades, que es un lugar donde principalmente se hace ciencia”. En este sentido, el divulgador científico sostuvo: “Debemos trabajar sobre esta línea, porque es cierto que las universidades, en especial las públicas, están haciendo más acciones de territorio para llegar a la sociedad”.