Trabajo social, autocrítica y talleres formativos, debate del rugby ante las denuncias de discriminación

Sin embargo, ahí no terminaron los planteos ante un rugby cuestionado por “elitista y poco popular”, sino que se reflotaron tweets que 3 de sus jugadores (entre ellos, el capitán), habían escrito hace 9 años con repudiables mensajes discriminadores. Como pasó a comienzo de año con el crimen de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell, los valores que promueve el rugby se pusieron en tela de juicio y la sociedad toda exigió cambios dentro de la disciplina.

En este marco, fueron consultados sobre lo ocurrido tres referentes del deporte que se destacan por aportar algo más que conceptos técnicos de cómo jugar, sino que promueven desde su labor grandes herramientas para un cambio social desde el aprendizaje del rugby: desde el trabajo territorial, la psicología y la docencia.

Leandro Lobrauco es un exjugador de Los Pumas, pero además es el coordinador de Botines Solidarios en la ciudad santafesina, una ONG que es precursora a nivel nacional con lo que se denomina “rugby social”, es decir, la generación de espacios para la práctica del deporte en sectores vulnerables, entrenando jugadores pero también incentivando el desarrollo de valores en la formación de niñas, niños y adolescentes. El trabajo de Botines Solidarios ha sido reconocido a nivel internacional y tomado de ejemplo en todo el país por organizaciones que siguieron su trabajo.

Respecto de lo ocurrido esta semana con Los Pumas, Lobrauco consideró que “se desencadenaron las cosas desde el tibio homenaje a Maradona, aunque es necesario tener en cuenta el contexto en el que se hizo, pensando en que falleció el jueves por la mañana de Australia, cuando Los Pumas ya estaban preparando su partido y sabiendo que hacía dos semanas le habían ganado a los All Blacks y que no sería un partido sencillo”, y agregó: “No es que los jugadores no hayan sentido a Maradona, de hecho pidieron hacer la entrada en calor con las canciones que lo homenajeaban. Decidieron hacer lo de la cinta y los dejó chicos el gesto del seleccionado de Nueva Zelanda, y no tuvieron poder de reacción”.

Por otro lado, el referente del rugby rosarino consideró que “se pusieron a buscar los tweets de hace 9 años con la intención de desprestigiar y generar odio, con una cortina de humo a cosas que pasan en el país que son mucho más graves”, y completó: “En un momento en el que las cosas no están bien, salir a generar odio en lugar de la unión de los argentinos, creo que es lamentable. Obviamente que las cosas que dijeron estos chicos hace 10 años son totalmente repudiables, y uno que trata de transmitir los valores del rugby, que sabe los miles de argentinos que voluntariamente trabajamos en los clubes por pasión, tratando de educar, con sacrificio y esfuerzo, con ganas de compartir en equipo, todo se ve empañado por algo que pasó hace 9 años. No digo que el rugby sea perfecto, hay que seguir trabajando”.

- El rugby es una de las disciplinas en las que más ha crecido el deporte en sus formatos femenino, inclusivo, social y de reinserción en penales, ¿considera que esto no se contempla a la hora de hacer la valoración del deporte?

- Todo el tiempo el rugby genera acciones para progresar. Cuántos clubes durante la pandemia realizaron acciones para ayudar a quienes más lo necesitaban, cocinaban en los barrios, pero a quien lo ve desde afuera le cuesta entenderlo. Pero es la situación de Argentina, no es algo del rugby, porque si vas a otro país es un deporte tan popular como otras disciplinas. Incluso dentro del mismo país, en muchas provincias todo el mundo practica y te habla del rugby, es algo que depende de la idiosincrasia de cada lugar. Es muy difícil poder hacerlo notar al que lo mira desde afuera.

En este sentido, Lobrauco destacó que resulta complicado generar conciencia que disocie a la disciplina de ciertos grupos socioeconómicos o ideologías, pese a que se realizan muchas acciones de trabajo territorial desde el rugby, “tratando de transmitir los valores, de llevar el deporte a lugares en los que no hay posibilidades de jugarlo”, consideró el exjugador de Los Pumas.

Fuerte autocrítica

Sebastián Perasso es uno de los máximos educadores del rugby a nivel nacional y latinoamericano. Sus charlas sobre el desarrollo del juego y el trabajo con los valores del deporte son referencia para todo el mundo del rugby y también para cualquiera que realiza actividad física. Con sus libros “Rugby Didáctico”, ha llegado a cada rincón de Argentina y conoce en detalle todo lo que hacen las uniones del país, desde espacios federados y con cualquier iniciativa inclusiva o social.

Consultado sobre los polémicos tweets que involucraron a jugadores del seleccionado nacional, y si se podía generalizar sobre lo ocurrido hacia toda la disciplina, sostuvo: “En absoluto. Yo diría que ni siquiera alcanza para poner en tela de juicio los valores de los involucrados. Los 3 son muy buenas personas y estoy convencido de que esos twetts no representan el sentir ni la opinión de esos jugadores (Pablo Matera, Guido Petti Pagadizábal y Santiago Socino, los tres fueron suspendidos por la Unión Argentina de Rugby, aunque luego se levantó la sanción). En el caso puntual de Petti Pagadizábal, a quien conozco por ser de mi club e hijo de un amigo con quien jugué (en el San Isidro Club), es aún más notorio. Guido es brillante dentro de la cancha y también fuera de ella. Un chico humilde y respetuoso que se equivocó muchos años atrás”, dijo.

- El rugby es uno de los pocos deportes que ha crecido exponencialmente en sus disciplinas femenina, social, adaptado, en penales, ¿por qué cree que se sigue cuestionando su carácter de inclusivo?

- Los que los cuestionan es porque lisa y llanamente no lo conocen y se alimentan de los prejuicios con los que convive y ha convivido el rugby desde hace casi dos siglos. Es tal el carácter inclusivo del rugby y la magia que tiene que por naturaleza todos pueden jugar y sentirse útiles y valiosos en el equipo.

- ¿Cree que es necesario hacer una autocrítica y replantear espacios de enseñanza y formación de personas más allá de lo deportivo?

- Si, de hecho la estamos haciendo de manera muy responsable y organizada. Hace unas semanas participé de unos foros de diálogo y reflexión organizados por la URBA (Unión de Rugby de Buenos Aires) y había 126 participantes de casi todos los 90 clubes de nuestra unión. Más allá de esa autocrítica yo creo que debemos hacer hincapié en la enseñanza de los entrenadores en aspectos más vinculados a la persona y no al jugador. Desarrollar nuestro rol de formador y educador como punto de partida y sólo después como desarrollador de jugadores. Darle una formación integral que implique entregarle conocimientos al jugador, pero también valores a la persona es el principal desafío.

- Se le cuestiona al rugby su carácter de "elitista", y por ello se lo enfrenta con lo popular; en el medio queda mucha gente que no se identifica con esos prejuicios, ¿cuánto afecta eso la verdadera práctica del deporte?

- Lo afecta en gran medida en términos de difusión del juego y en cuanto a los valores que representa. Por ignorancia o por rencor la gente común asocia al rugby con las elites adineradas o acomodadas. Esa concepción que podía ser válida muchas décadas atrás no se compadece con el rugby actual. Hoy al rugby lo juegan todos y en todas partes. He sido testigo privilegiado de la multiplicación del rugby en cada rincón del país y, además, me genera mucho orgullo que nuestro deporte se haya expandido a las mujeres, a las cárceles, a lo social y a las personas con discapacidad. Todo ello gracias al aporte desinteresado de mucha gente que, en medio de adversidades de toda clase, antepone su misión y sus sueños de rugby con el objetivo de lograr una mejora en la comunidad en la que viven.

Formar a los formadores

Fernando Saccone es un psicólogo especializado en el trabajo con deportistas, y ha creado numerosos talleres de formación para los entrenadores de todo el país en relación a temas sociales: discriminación, consumos problemáticos, los bautismos, entre otros. “El problema de la situación pasa por varias aristas, teniendo en cuenta el crecimiento que ha tenido la disciplina, cómo se ha masificado en los últimos años, cómo los entrenadores no tienen herramientas como formadores, por más que tengan muchos conocimientos del deporte, por lo que creo que deben tener esas herramientas para contener a los chicos, saber cómo es el crecimiento madurativo de los individuos, y en función de eso enseñar rugby”, dijo el especialista, y agregó: “No se trata de un discurso de valores, sino cómo incorporarlos con acciones y comunicación”.

Por otra parte, consideró que en un contexto en el que los agentes socializadores tienen dificultades para transmitir valores, como puede suceder en las familias o los espacios educativos, “el club ha pasado a tener un rol mucho mayor que antes, cuando sólo era un complemento de la educación”, señaló Saccone, autor de libros como “Rugby Mental”. “El entrenador debe demostrar con acciones para enseñar conceptos como la humildad o solidaridad, hay que aprender a desarrollar estos valores y tiene que haber autocrítica, comunicación, un ida y vuelta para generarlo, al igual que lo que pueda ser la técnica deportiva”, completó el psicólogo.

- ¿Sirve sumar a la familia o la escuela en este trabajo para reforzar el aprendizaje?

- Es fundamental, se debe invitar a las familias y los referentes escolares, pero con un grupo de entrenadores formados que lleven a todo el país estos conceptos, aparte de lo que pueda hacerse a modo de difusión por las redes, creo que debe hacerse un trabajo en todo el territorio. En varios de los clubes este año hicimos talleres y contamos con mucha presencia de los padres, preocupados por hechos que han sucedido.