El inesperado salto de los combustibles que se dio ayer como consecuencia del final del acuerdo de precios con el Gobierno y luego de la devaluación del peso generó un cimbronazo en el transporte de pasajeros de todo el país porque afectó directamente uno de los costos centrales de su funcionamiento.
Las empresas advirtieron que el litro de gasoil pasó de 278 a 349 pesos y que el impacto es millonario por los miles de litros de consumo diario que tienen.
La abrupta suba, de $71 por litro, encendió todas las alarmas en el sistema de todo el país. “Hay un impacto millonario que deja a las empresas al borde del precipicio, sin margen y con una ecuación absolutamente en rojo. Es desesperante”, advirtieron fuentes del sector luego de recibir la nueva lista de precios de los proveedores.
Es que los incrementos llegaron primeros a los grandes consumidores, al canal mayorista. Para hoy se esperaba que las estaciones de servicio unificaran un alza que ayer sólo aplicaron Shell y Axion.
La ecuación de las empresas de transporte de pasajeros tiene dos vías de recuperar el equilibrio vía ingresos: a través de los subsidios que recibe de los distintos niveles del Estado o bien con recomposición del valor del boleto. Esta segunda alternativa la reconocen con un efecto nocivo secundario: el impacto sobre el bolsillo de los pasajeros que naturalmente son en su mayoría sectores medios o medios bajos. Por eso en cada una de las jurisdicciones hubo ya contactos con funcionarios mientras aguardan alguna respuesta de la Nación para conocer si tendrán o no mejora en los subsidios que fueron creados para amortiguar las subas del boleto.