A los cordobeses se les suman Mario Poli y Vicente Bokalic Iglic.
Todos ellos fueron designados por Francisco.
En tanto, quedan afuera por tener más de 80 años Estanislao Karlic, Leonardo Sandri, Luis Villalba y Luis Dri.
Según se informó, el cardenal Rossi viaja al Vaticano para participar de la elección del futuro Sumo Pontífice.
¿Cuál es el perfil de los cuatro cardenales argentinos?
- Víctor “Tucho” Fernández. El cordobés de 62 años fue elegido arzobispo titular de Tiburnia el 13 de mayo de 2013 por Francisco. El 15 de diciembre de 2009 asumió, por decisión del entonces Jorge Bergoglio, el rectorado de la Universidad Católica Argentina. En junio de 2018, el papa Francisco lo nombró arzobispo de La Plata y el 1 de julio de 2023 lo designó prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe. En el consistorio del 30 de septiembre de 2023, Víctor Manuel Fernández fue creado cardenal.
- Ángel Sixto Rossi. Es una de las piezas clave de la Iglesia Católica en Argentina. Integra la decisiva vicepresidencia primera de la Conferencia Episcopal, que está a cargo de las tareas más ejecutivas del organismo que reúne a los obispos. De 66 años, fue elegido arzobispo de Córdoba en 2021 por el papa Francisco. Fue creado y proclamado cardenal con el título de Santa Bernadette Soubirous por el papa Francisco en el consistorio del 30 de septiembre de 2023.
- Mario Poli. Nacido el 29 de noviembre de 1947 en Buenos Aires, fue ordenado sacerdote en 1978. En 2002, el papa Juan Pablo II lo nombró obispo auxiliar de Buenos Aires, y posteriormente, en 2008, el papa Benedicto XVI lo designó obispo de Santa Rosa. En marzo de 2013, tras la elección del cardenal Jorge Bergoglio como papa Francisco, Poli fue nombrado arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina.
- Vicente Bokalic Iglic. De 72 años, tiene una importancia significativa. No sólo porque Francisco lo puso como cardenal, sino porque también lo colocó como arzobispo de Santiago del Estero (2013) y primado de la Iglesia Católica Argentina (2023). Se trató de una decisión de enorme impacto, debido a que reemplazó a la poderosa Buenos Aires.
En diálogo con Puntal, el cardenal “Tucho” Fernández expresó: “La muerte del papa Francisco es algo que quizás los argentinos no dimensionamos del todo. Yo me encuentro muchas veces con gente de distintos países acá y veo cómo lo perciben como un gran símbolo en este mundo de hoy, donde hay tan pocos referentes y a él lo sienten como un padre de la humanidad, como alguien que sabe percibir el dolor profundo de esas inmensas multitudes de gente que escapa de las guerras, de los migrantes, de los barrios más pobres y abandonados, de tanta gente que sufre en formas que a veces uno ni se imagina. Y este hombre ha tenido siempre ese corazón que percibe el dolor y lo siente como propio. Yo tantas veces lo he visto reaccionar ante el sufrimiento ajeno, pero con un dolor profundo como el padre frente a su hijo”.
“Y estando frente a su cuerpo a la mañana temprano, muerto, donde pude estar un momentito solo, allí, con él, empecé a recordar tantas cosas y a darme cuenta de lo que ha significado él para esta tierra. Por eso digo, a los argentinos nos cuesta dimensionarlo y lo miramos desde perspectivas políticas o cosas muy pequeñas, lo metemos en nuestros esquemas, pero él está bastante por arriba de todas esas cosas”, señaló.
“Y creo que con el tiempo lo vamos a poder valorar un poco más. Yo podría contar tantos detalles de cosas que he visto, que he sentido, que me han tocado profundamente cerca de él, cosas que no son públicas. Pero a partir de eso puedo decir que doy testimonio de que éste ha sido un hombre con un corazón inmenso. Corazón inmenso que a veces no sabe cómo responder, cómo resolver los problemas que son tantos y a veces tan inmensos. Pero que se siente siempre herido por el dolor humano. El mundo perdió realmente a un padre y no hay muchos padres en esta tierra”, reflexionó.
Por su parte, el cardenal Rossi afirmó:“Su pontificado fue gestual. Gestos que no los inauguró con su pontificado, los heredó Francisco de Jorge Mario Bergoglio. Fue gestual porque con sus gestos nos hizo saber que otro mundo es posible, que el sistema económico basado en la idolatría del dinero enriquece a pocos y convierte a la mayoría en masa sobrante. Que la actitud de los países ricos frente a los emigrantes, muchos de los cuales mueren intentando llegar a las costas europeas, es una vergüenza. Vivimos en una burbuja de consumo y con el corazón anestesiado ante el sufrimiento humano”.
“El Papa decía que no hay que teorizar desde el laboratorio, sino experimentar la realidad del pueblo. Fue audaz, por más que intentaron voltearlo”, aseguró.