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¿Cuáles son los 11 lugares del mundo que necesitan una mayor atención en 2023?

Un nuevo informe de Unicef advierte sobre once lugares once emergencias que requieren de apoyo durante este año de manera urgente

El primer párrafo del informe comienza diciendo: “Hoy día hay más niños y niñas necesitados de ayuda humanitaria que en ningún otro momento desde la Segunda Guerra Mundial. En todo el mundo, la infancia y las familias se enfrentan a una mezcla letal de crisis que van desde conflictos y desplazamientos de población hasta brotes de enfermedades y altísimas tasas de malnutrición. Por su parte, el cambio climático está exacerbando estas crisis y desencadenando otras nuevas”. Publicado por Unicef, detalla la realidad de las regiones más críticas del mundo.

Lo positivo es que desde la organización saben cómo llegar a los niños y niñas en mayor situación de riesgo y necesidad. “La financiación flexible de aliados y donantes es esencial para que podamos responder con rapidez, donde y cuando las familias lo necesiten, al tiempo que nos preparamos para futuras amenazas”, indicaron desde Unicef.

A continuación las 11 emergencias en las que los recursos han sido insuficientes, en todas ellas Unicef trabaja diagnosticando la situación, trabajando contra la desnutrición y las mejores condiciones de vida:

Sudán del Sur

Las inundaciones sin precedentes en Sudán del Sur han tenido consecuencias devastadoras para las familias: los cultivos están destruidos, las zonas de pasto para el ganado y otros animales han quedado sumergidas y las familias se han visto obligadas a abandonar sus hogares. Actualmente, debido al aumento del hambre y la malnutrición en las regiones inundadas, es probable que algunas comunidades se vean abocadas a la inanición si no disponen de una ayuda humanitaria sostenida.

Yemen

Tras ocho años de conflicto, los sistemas de los que dependen las familias yemeníes siguen estando al borde del colapso total. Más de 11.000 niños han sido asesinados o mutilados desde 2015, mientras los conflictos, los desplazamientos masivos de población y las perturbaciones climáticas recurrentes han dejado a más de 2 millones de niños y niñas gravemente desnutridos y con dificultades para sobrevivir.

Haití

Inestabilidad política, disturbios en la población civil y violencia de pandillas, pobreza extrema y desastres naturales: la combinación letal de todas estas amenazas ya planteaba un enorme desafío para las familias haitianas. En 2022, un brote de cólera vino a sumarse a los riesgos para la salud y la vida de los niños y niñas haitianos.

A pesar de tratarse de un entorno extremadamente inestable, UNICEF ha estado trabajando con en este lugar junto con aliados.

República Democrática del Congo

La escalada del conflicto armado y los brotes recurrentes de enfermedades mortales están teniendo un alto costo para millones de niños y niñas de la República Democrática del Congo. El país alberga el segundo mayor número de población desplazada interna del mundo. Las condiciones de hacinamiento en los campamentos en los que viven las familias conllevan numerosos peligros para los niños y las niñas, los cuales se enfrentan a un mayor riesgo de violencia y enfermedades.

Pakistán

Puede que las lluvias que provocaron inundaciones históricas en gran parte de Pakistán en 2022 hayan terminado; la crisis para la infancia, sin embargo, continúa. Meses después de que las inundaciones devastaran el país, grandes extensiones de tierras de cultivo y aldeas siguen bajo el agua, mientras millones de niños y niñas siguen necesitando apoyo inmediato para sobrevivir. Unos 8 millones de personas están todavía expuestas a las aguas de crecidas o viven cerca de áreas inundadas. Muchas de estas familias aún viven en tiendas improvisadas junto a la carretera o cerca de los escombros de sus hogares, a menudo a la intemperie y justo al lado de aguas contaminadas y estancadas.

Burkina Faso

Es un país sin litoral de África Occidental que limita al noroeste con Malí, al este con Níger. La fragilidad política, los impactos del cambio climático y las crisis económica y sanitaria han provocado el desplazamiento interno de alrededor de 1,7 millones de personas en Burkina Faso, el 60 % de las cuales son niños y niñas. La ansiedad, la depresión y otros problemas relacionados con el estrés y asociados con los desplazamientos pueden afectar gravemente y de por vida a la salud emocional y física de la infancia.

Myanmar

La intensificación del conflicto civil en Myanmar sigue afectando a la infancia y a las familias y eleva a unos 5,6 millones el número de niños y niñas que necesitan ayuda humanitaria. En el país se siguen produciendo ataques contra escuelas y hospitales a niveles alarmantes, al tiempo que se denuncian graves violaciones de los derechos de la infancia en conflictos armados. El conflicto ha socavado la prestación de servicios de salud infantil, incluida la inmunización sistemática, lo que amenaza con causar estragos permanentes en la salud y el bienestar de los niños y las niñas.

Estado de Palestina

Los niños y niñas de Palestina siguen siendo objeto de una persistente crisis de protección y una ocupación continua. Alrededor de 2,1 millones de personas, más de la mitad de las cuales son niños, requieren en estos momentos ayuda humanitaria.

Bangladesh

La crisis de los refugiados rohingya entra en su quinto año, mientras Bangladesh acoge todavía a cientos de miles de refugiados de esta etnia que se instalaron en el distrito de Cox’s Bazar tras huir de la violencia extrema en Myanmar. Pese a que se han proporcionado servicios básicos en los campamentos, los niños y niñas siguen enfrentándose a los brotes de enfermedades, la desnutrición, la falta de oportunidades educativas y otros riesgos como la explotación y la violencia.

Siria

Más de una década de crisis humanitarias y hostilidades ha dejado a los niños y niñas de Siria ante una de las emergencias más complejas del mundo. Dos terceras partes de la población requieren asistencia debido al empeoramiento de la crisis económica, las continuas hostilidades localizadas, el desplazamiento masivo de la población e infraestructuras públicas destrozadas. El conflicto ha generado una de las mayores crisis educativas de la historia reciente en la que toda una generación de niñas y niños está pagando un precio devastador.

Kenya

Tras cuatro estaciones consecutivas de lluvias fallidas, Kenya registra su peor sequía en 40 años. Sin agua los cultivos no pueden crecer y los animales y el ganado mueren. La consiguiente pérdida de alimentos nutritivos, además de un saneamiento deficiente, ha provocado que cientos de miles de niños y niñas necesiten tratamiento para la emaciación. Las niñas y niños con emaciación son demasiado delgados y sus sistemas inmunitarios están debilitados, lo que los expone a retrasos en el desarrollo, así como a enfermedades y a la muerte.

Por Fernanda Bireni