Pero sobre ese contexto, vale destacar un telón de fondo que es estructural y que atraviesa al sistema como una de sus máximas debilidades: 7 de cada 10 docentes tienen asignada una carga horaria de apenas 10 horas semanales; son los que cumplen una “dedicación simple” dentro de la estructura. Naturalmente son los que menos ingresos tienen, pero son la gran mayoría.
En ese punto, la Universidad Nacional de Río Cuarto es una excepción porque tiene un nivel inferior de docentes afectados con la menor carga horaria. En la casa de altos estudios local, el 24% de los profesores tiene dedicación simple y el 32%, semiexclusivos (20 horas semanales).
Por ejemplo, dentro del sistema nacional, un profesor adjunto (segunda categoría luego del titular de cátedra) con dedicación simple, 10 años de antigüedad y una maestría, terminó recibiendo en su bolsillo unos 300 mil pesos mensuales en agosto luego de los descuentos. En ese caso, el sueldo básico fue de 246 mil y percibió un adicional del 50% por sus 10 años de antigüedad. Un título de posgrado en ese ejemplo le suma apenas 8%: poco menos de 20 mil pesos por mes.
Con 20 años de antigüedad, ese mismo profesor duplica el salario básico mencionado y si tiene un doctorado en lugar de una maestría, reemplazaría el 8% por un extra del 18%. En ese caso alcanzaría un neto de $421.500.
Un profesor adjunto (segunda categoría luego del titular de cátedra), con dedicación simple, 10 años de antigüedad y una maestría, recibió en su bolsillo unos 300 mil pesos en agosto.
De acuerdo a las últimas planillas salariales, en el otro extremo, el profesor titular con dedicación exclusiva y 24 años de antigüedad puede aspirar a 2,3 millones de pesos brutos, a lo que deben descontarse aportes y otros ítems y podrían sumarse, en caso de corresponder, los títulos de posgrado. Si tuviera un doctorado, recibiría, neto de bolsillo, $2.064.211.
Según los datos oficiales surgidos de la Secretaría de Educación del Ministerio de CapitalHumano, hay un total de 147.821 docentes en las universidades nacionales que cubren 220.581 cargos. De esta manera, y siempre según los datos oficiales, hay unos 103.500 docentes con dedicación simple en el sistema y luego quedan 44.347 con dedicaciones entre semiexclusivas y exclusivas.
Lo cierto es que tanto los rectores como los gremios docentes vienen insistiendo en ese punto estructural del déficit universitario que hoy está lejos de ponerse en discusión, ante la urgencia planteada sobre los aspectos salariales.