Desde hace casi tres décadas, Laura Sánchez es profesora de la cátedra de Climatología e Hidrología continental, del departamento de Geografía de la Facultad de Ciencias Humanas, en la Universidad Nacional de Río Cuarto. Junto a su equipo, estudian temáticas vinculadas al cambio climático, calentamiento atmosférico global, efecto invernadero natural, riesgos meteorológicos extremos y el fenómeno El Niño, entre otras.
"El Niño se da en una quinta parte del planeta pero transforma el clima global"
Laura Silvana Sánchez, docente de la cátedra de Climatología de la UNRC, sostiene que el fenómeno se registra dentro de un complejo sistema climático terrestre que se encuentra en un permanente estado de equilibrio dinámico
Consultada por Puntal respecto de las posibles manifestaciones que pueda tener el anunciado fenómeno sobre nuestra región, la profesional considera importante primero contextualizar la situación y tener en cuenta que el Niño se da en un complejo sistema climático y que, como tal, cualquier alteración en uno de sus componentes implica modificaciones en el estado de los demás.
“Se debe tener en cuenta también que la climatología analiza patrones climáticos y cómo influyen en la actualidad, por lo tanto, es una ciencia retrospectiva; a diferencia de la meteorología, que, si bien trabaja con los mismos elementos, es prospectiva, porque pronostica. Todos los estudios se basan en modelos de simulación del sistema climático terrestre, mediante los cuales se establecen pronósticos a corto, mediano y largo plazo”, precisa la profesional.
Para añadir: “Es mucho más fácil hacer un pronóstico del aumento de la temperatura media global que establecer un pronóstico a escala regional. Por eso es tan complejo hacerlo y sobre todo en nuestra región, por encontrarnos en una zona de alta perturbación atmosférica (zona de frentes, encuentro de masas de aire frío y cálido)”.
“El calentamiento atmosférico global está intensificando los eventos meteorológicos extremos. Está comprobado que desde los años 70, se han registrado eventos de Niño con mayor frecuencia e intensidad”, dijo.
De ese sistema que define al clima en el planeta, Sánchez pone el foco en dos variables claves a considerar en los modelos y que determinan resultados diferentes: las nubes y los océanos.
“El planeta cuenta con 12 kilómetros de altura de atmósfera por donde se desplazan distintos tipos de nubes, y en cuanto a los océanos, el 70 por ciento del planeta es agua, que registran movimientos que regulan, modifican y alteran el clima de la Tierra”. “Estas dos variables determinan un alto grado de incertidumbre en la modelación del clima”, indica.
Para agregar: “Existe un acoplamiento entre el océano y la atmósfera, y ese acoplamiento o interacción da lugar a uno de los fenómenos conocido como El Niño Oscilación del Sur (Enos)”.
¿Qué es el Enos?
La profesional explica que se conoce con este nombre a un fenómeno atmosférico causado por el calentamiento gradual del océano Pacífico oriental que provoca intensas precipitaciones y que se da en intervalos de entre cuatro a siete años.
“Cada determinado tiempo, los vientos alisios se debilitan o incluso desaparecen. El patrón usual de la presión del aire se invierte en un fenómeno llamado Oscilación del Sur, lo que provoca que las lecturas de los barómetros en Australia sean más altas que las del Pacífico central-oriental. El patrón resultante conocido como Enos (que significa El Niño Oscilación del Sur) abarca solo una quinta parte del planeta, pero transforma el clima alrededor del globo”, precisa la docente.
Para agregar: “Sin los vientos alisios, la capa superior del Pacífico oriental no se mueve hacia el oeste, sino que permanece allí, se expande, conforme aumenta la temperatura. Durante El Niño del año 1997-1998, los niveles del mar cerca de América del Sur aumentaron 25 centímetros arriba del nivel normal y las temperaturas superficiales alcanzaron casi los 30ºC. Cuando esto sucede, el agua en la atmósfera superior se condensa y se precipita como lluvia torrencial sobre la costa oeste del continente americano.
E indica: “Debido a que El Niño lleva hacia el continente americano las lluvias que normalmente caerían en el Pacífico Occidental, lugares como Australia, Indonesia e India pueden experimentar sequías severas”.
“Los pronósticos indican para nuestra región, un Niño moderado, con mayor probabilidad de tormentas de desarrollo vertical y mayor cantidad e intensidad de precipitaciones. Y respecto a las temperaturas, menor amplitud térmica diurna, debido al elevado porcentaje de humedad atmosférica”, señala.
Vientos y presión atmosférica
Es importante conocer la presión atmosférica, porque si se mantuviera estable en todo el planeta no existiría el viento, entendido como aire en movimiento. El aire va de una zona de alta a una de baja presión, para compensar los desequilibrios atmosféricos. Existe una relación directa entre la temperatura del aire y la presión, ya que las mismas son inversamente proporcionales.
“Los centros de alta presión en los océanos, por ejemplo, el del Atlántico sur, emiten vientos en sentido antihorario, cargados de humedad y producen precipitaciones que disminuyen de este a oeste, en nuestro país”, señala Sánchez. En eventos Niño, las precipitaciones aumentan en cantidad y en intensidad.
Volviendo al océano Pacífico, por razones a establecer, en determinado momento se frenan los vientos alisios, el agua se acumula, se calienta, se expande, aumenta el nivel del mar, produce mayor evaporación y, por lo tanto, mayor precipitación. Esa temperatura más alta determina una presión más baja respecto a la presión alta que se instala en el oeste del pacífico o del sureste asiático”, comenta.
¿Cambio climático o calentamiento?
La profesional se refirió a los tiempos que transcurren, en los que la idea de cambio climático es cada vez más frecuente en cada conversación referida al medioambiente. “En mi opinión, cambio climático es lo que ocurrió en el pasado, en escalas temporales más amplias, por ejemplo, las glaciaciones. El hombre no vivía y hubo 10 grados menos de temperatura media a la actual. Cambio climático implica un cambio total en el ecosistema y se da en periodos de tiempos geológicos. En cambio, las alteraciones actuales, la variabilidad climática y el calentamiento atmosférico actual, y que está comprobado que se acentúa desde la primera revolución industrial, se dan en escalas temporales menores, o tiempos históricos”, precisa la investigadora. Para concluir: “En mi opinión, entiendo que, por ahora, es una marcada tendencia al calentamiento atmosférico por una intensificación del efecto invernadero natural, debido a la mayor emisión de dióxido de carbono a la atmósfera”.