Lo dijo en la homilía que dio en la misa por los trabajadores en el Santuario de Reducción, el 1 de mayo, Día de San José Obrero, en un contexto de “dolor pero lleno de esperanza, por la partida de Francisco, quien entregó su vida hasta el último instante”.
“Comprobamos con dolor que en la Argentina aún se den altos índices de desocupación. ‘En una sociedad donde las medidas de política económica no permitan a los trabajadores alcanzar niveles satisfactorios de ocupación, no puede conseguir su legitimación ética ni la justa paz social’, expresa la Doctrina Social de la Iglesia”, sostuvo Uriona.
Y añadió:“Recemos a fin de que todos los que detenten una responsabilidad más directa en nuestro país se ocupen con inteligencia y sensibilidad social en la consecución de medidas a fin de superar esta situación que perjudica a tantas personas. Que el Jesús de la Buena Muerte y San José Obrero bendigan a nuestra Patria”.
Y también expresó: “Todos nosotros somos peregrinos. Sabemos que la vida es un caminar sin detenerse, a no ser para descansar un poco y así retomar fuerzas para continuar sin desfallecer el camino hacia la Casa del Padre”.
“En nuestra época, en la que el trabajo parece haber vuelto a representar una urgente cuestión social y el desempleo alcanza niveles impresionantes resulta necesario comprender el trabajo que da dignidad”.
Al respecto, señaló que Francisco “nunca se detuvo, siempre caminó guiando a su pueblo, a veces adelante marcando el rumbo, a veces detrás alentando y sosteniendo, muchas veces en el medio acompañando”.
Y recordó: “El Jueves Santo, en medio de sus sufrimientos, quiso visitar la cárcel de Roma y el Domingo de Pascua se dispuso a dar la bendición al mundo entero y pasar entre la multitud, casi como una despedida”.
También reflexionó: “San José era un carpintero que trabajaba honestamente para asegurar el sustento de su familia. De él, Jesús aprendió el valor, la dignidad y la alegría de lo que significa comer el pan que es fruto del propio trabajo. En nuestra época actual, en la que el trabajo parece haber vuelto a representar una urgente cuestión social y el desempleo alcanza a veces niveles impresionantes resulta necesario, con una conciencia renovada, comprender el significado del trabajo que da dignidad y del que nuestro santo es un patrono ejemplar. El trabajo se convierte en ocasión de realización no sólo para uno mismo, sino sobre todo para ese núcleo original de la sociedad que es la familia. Una familia que carece de trabajo está más expuesta a dificultades, tensiones, fracturas e incluso a la desesperada y desesperante tentación de la disolución. ¿Cómo podríamos hablar de dignidad humana sin comprometernos para que todos y cada uno tengan la posibilidad de un sustento digno?”.
Por último, monseñor Uriona resaltó “una vez más al Jesús de la Buena Muerte en este Santuario de Reducción para traerle nuestros anhelos y necesidades e implorarle su protección, en un contexto de dolor pero lleno de esperanza, por la partida a la Casa del Padre del querido Papa Francisco, quien entregó su vida hasta el último instante sirviendo incansablemente a la Iglesia”.
“Tucho” criticó a los que malinterpretaron a Jorge Bergoglio
En la sexta misa de “Novendiales” en homenaje al papa Francisco, ceremonia religiosa que fue presidida por el cardenal Víctor Manuel “Tucho” Fernández,este criticó a los que malinterpretaron a Jorge Bergoglio y reivindicó su legado en su defensa de los trabajadores. “Francisco fue un trabajador. Para mí era un misterio entender cómo podía soportar, aun siendo un hombre tan grande y con enfermedades, un ritmo de trabajo tan exigente”.