Para sacarse de encima la pesadilla de los créditos ajustables por UVA, ya hay varios deudores locales que optan por cancelarlos en forma anticipada. Como sea. O, mejor dicho, como se pueda. En algunos casos, decidieron desprenderse de la casa que habían logrado comprar con el instrumento financiero y, en otros, echaron mano de un nuevo endeudamiento, menos gravoso que el que puso en marcha el gobierno anterior. Muchos de ellos sufrían una verdadera asfixia económica, con desembolsos mensuales que llegaban a los 70 mil pesos, y aumentos del 100 por ciento anual. Sin embargo, incluso salirse del sistema es costosísimo, por la aplicación de multas y por el “descongelamiento” de las cuotas.
Fernando Aguilar es uno de los deudores hipotecarios riocuartenses que tomaron créditos bajo el sistema de ajuste por Unidades de Valor Adquisitivo (UVA), creado por la administración de Mauricio Macri en 2017.
Oficiando de vocero del grupo de Autoconvocados UVA Río Cuarto, Aguilar trazó un panorama desesperanzador, con deudores ahogados por cuotas exorbitantes y sin respuestas del gobierno de Alberto Fernández, que alguna vez prometió soluciones pero que no avanzó más que en paliativos temporales.
“La perspectiva no ha mejorado. Y sobre todo, lo que no se puede lograr es la esperanza de que esto tenga una solución. Los hipotecados seguimos apostando a buscar las vías, movilizarnos, accionar y hay presentaciones que se hicieron ante entidades internacionales para que se hagan eco de nuestros reclamos”, indicó.
“Empecé con $ 8 mil por mes y hoy pago $ 36 mil”, indicó Fernando Aguilar.
En contrapartida, describió un escenario más que preocupante: “Muchas familias llevan muchos años en esta angustiante situación, y llegan al extremo de que ya han vendido su casa. Y no solo que vendieron su casa, sino que además tuvieron que sacar otro crédito para pagar el préstamo UVA de su vivienda”, apuntó.
“Absurdo”
-¿Cómo es eso? No parece para nada lógico.
-Más allá de la situación dramática que representa haber vendido la casa para aquel que la compró con toda la ilusión de una familia, tiene que endeudarse nuevamente para pagar una deuda. Es una cuestión absurda. Ya no les alcanza con vender la casa, sino que tienen que tomar otro crédito para cancelarlo y evitar que el préstamo hipotecario UVA los siga asfixiando. No es para mejorar la economía familiar. El valor de la cuota es tan alto que no pueden sostenerlo. No es accesible. Y esto es una muestra del fracaso del crédito, porque cuando se lo otorga, se hace un análisis y una de las variables es la capacidad de pago. En muchos casos, la afectación de los ingresos termina superando el 30 por ciento. Mes a mes, los deudores se encuentran con sorpresas y la verdad es que los bancos no suelen utilizar un criterio lógico, porque cuando se quiere hacer un reclamo, implica un proceso de burocratización muy grande. Todo esto nos habla de una política de vivienda que ha fracasado. Y el Gobierno no se hace cargo de esto.
-¿De cuánto fue el aumento de la cuota en su caso?
-Nuestra cuota comenzó en 8 mil pesos por allá en el 2019, y hoy está en 36 mil. En el último año, tuvimos un incremento muy grande, del orden del 100 por ciento. Todos los meses, la cuota sube un pequeño porcentaje y esto, a lo largo de un año, hace un aumento muy importante.
¿Diálogo?
-¿Hay canales de diálogo abiertos con el Gobierno por esta situación?
-Siempre estamos intentando el diálogo. Cuando nos enteramos de la situación de estas familias, lo tomamos con la idea de seguir denunciando, para que esta problemática se conozca. En su momento, nosotros hicimos una presentación en la Defensoría del Pueblo, que elevó una resoluión, y también hay presentaciones en organismos internacionales. Siempre analizamos la posibilidad de movilizarnos, a través de acciones locales, provinciales y nacionales para defender un derecho y que estas políticas habitacionales -que solo sirven para enriquecer a los bancos- no se aprueben nunca más. Recordemos que hay 14 proyectos que trataban de poder revertir estos créditos UVA, pero ninguno fue tratado. No hay decisión política para cambiar esta situación.