Un plano de hormigón parece apoyarse sobre una piel de vidrio. Un techo vuela varios metros suspendido por una estructura metálica de considerable sección. La madera aporta su calidez al interior que en horarios diurnos adquiere dinamismo con el ingreso del sol por los cerramientos cenitales y laterales.
“Vivienda bruta” es la denominación que en el estudio IASE Arquitectura le asignaron a un proyecto ejecutado en el barrio privado Las Cañitas, en un predio emplazado a la vera de la autopista Córdoba-Carlos, en inmediaciones de la ruta que conduce a Falda del Carmen. Y la propuesta nació para dar solución al requerimiento del cliente, quien pretendía una casa moderna, de bajo mantenimiento y en una sola planta, sin desniveles, considerando que a su edad ya no quería tener que utilizar escaleras en su casa.
El arquitecto Lucas Asensio, uno de los promotores del proyecto, explica que la definición de los materiales en cuestión obedeció justamente a reducir al máximo la demanda de un posible mantenimiento a futuro, al tiempo que combinados entre sí permiten aportar plasticidad al conjunto.
“Queríamos explotar al máximo el material, en su máxima expresión, y en este caso, nos basamos en el hormigón y el acero. Desde el inicio la idea fue mostrarlos sin ningún tratamiento agregado ya que se trata de materiales. Fue así que hicimos una investigación previa para conseguir la materialidad solicitada y de ahí surgió la idea de base”, explica a Puntal ADC el arquitecto.
Respecto de la funcionalidad, Asensio señaló que se le solicitó una vivienda personalizada de un solo nivel de bajo mantenimiento.
“Teníamos el temor de que al trabajar la vivienda en hormigón fuera muy pesada, por ser muy cúbica, por lo que decidimos jugar con la plasticidad en los planos de esos materiales rígidos, proponiendo esta suerte de entrantes y salientes, con voladizos. Hicimos mucho hincapié en el ingreso de la luz, lateral y cenital, y siempre acompañado con el vidrio como tercer elemento”, explicó el arquitecto.
La piscina como eje del proyecto
Otra característica que tiene la vivienda es que pese a que el terreno no es muy grande, se solicitaba también hacer una piscina, y que a la vez fuera protagonista. “Pusimos la piscina como eje estructurador de la vivienda. Como elemento que está en el centro del proyecto y divide a dos áreas: la social, por un lado, y la privada y de descanso, por el otro”, señaló.
En ese contexto se planteó una piscina poco convencional de apenas 2.5 metros de ancho por 13 de largo, que a la vez “se mete” en lo que es la vivienda y hace las veces de remate visual del ingreso principal de la casa. “De noche, cuando se encuentra iluminada, realmente luce muy linda”, consideró Asensio.
Para agregar: “Tuvimos mucha libertad al momento de poder proyectar la casa y eso es muy valorable. No es común tener la posibilidad de diseñar libremente como en esta oportunidad y realmente quedamos muy conformes con el resultado”.
Lo pesado, liviano
Una cualidad que distingue el diseño de la casa está signada por la capacidad de convertir “lo pesado, en liviano”. Ejemplo de ello es el techo metálico en voladizo se suspende de la estructura de vías aceradas sin la necesidad de apoyarse en columnas, dando lugar al espacio de estacionamiento de la vivienda.
“Para no ocultar la fachada ni obstaculizar la arquitectura de fondo fue que quisimos hacer una estructura lo más liviana posible, suspendida, con unos perfiles metálicos que vuelan mucho. Nos pareció también que de alguna forma le daba personalidad a la fachada frontal”, señaló.
Tan portentosa fue la incorporación de la estructura metálica, que para su construcción fue necesario el uso de una grúa, lo que llamó la atención en los vecinos del barrio que no acostumbraban a construcciones residenciales con maquinarias de este tipo.
Javier Borghi