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Unas 400 personas en la toma de la UNRC en defensa de la educación

Estudiantes, docentes y graduados sostienen la medida desde la última hora del jueves. Podría profundizarse si se concretan los anuncios de achicamiento del Estado de Macri

En el tercer día de toma, la Universidad Nacional de Río Cuarto sigue en estado de efervescencia de la mano de los estudiantes. Alumnas y alumnos son el núcleo de una medida de acción directa que busca advertir a la sociedad que la educación pública está en riesgo por las políticas y la orientación que ha adoptado el gobierno nacional. Entre 300 y 400 personas duermen y pasan el día en el campus, participando de numerosas asambleas y talleres. Allí comen, duermen y colaboran con la logística.

La imagen de la Universidad distaba mucho de la de un fin de semana habitual: había un continuo movimiento de gente, fogones y retenes estudiantiles en los ingresos, asambleas masivas y discusiones políticas por todas partes. 

Esteban Viú, vocero de la comisión de Comunicación de la toma, recordó que la medida es “contra las políticas neoliberales del Gobierno”. 

“Si bien acompañamos el reclamo de los docentes, también pedimos por un presupuesto universitario acorde, el que se votó en el Congreso pero que este año fue recortado en 3 mil millones de pesos, que hizo que la Universidad Nacional de Río Cuarto se quedara sin 16 aulas”, manifestó Viú. 

En el mismo sentido, sostuvo que la idea del gobierno de Macri es un Estado reducido a su mínima expresión. 

“Ya hubo despidos en Agroindustria, ya están circulando versiones de que entre 10 y 13 ministerios se van a disolver y pasar a ser secretarías. Estamos viendo cómo nos organizamos en el día a día,  para articular también con las otras 19 universidades que están tomadas”, apuntó. 

Por su parte, Sofía Serafini, vocera de la comisión de Contenidos de la toma, insistió en que la acción “es en defensa de la Universidad Pública, para que no se la desfinancie, además de acompañar a los docentes en su reclamo de salarios dignos”. 

Además, explicó que no se definió aún cuánto va a durar la toma de la Universidad, pero aclaró que están en una situación de asamblea permanente. 

“Todos los días, todos los compañeros de los claustros estudiantil, docente, no docente y graduados, discutimos qué hacer”, señaló. 

La toma implica además un gran esfuerzo organizativo, y una comisión específica -la de logística- se ocupa de resolver los problemas cotidianos. 

Josefina Garcés, vocera de esa comisión, explica que básicamente se encargan de los alimentos y la limpieza. “Hay que dar el desayuno, almuerzo, merienda y cena. Se necesitan muchas manos, porque estamos haciendo comida para 250 o 300 personas”, detalló.

Luciana Arbini, de la misma comisión, se mostró muy conforme con la ayuda de parte de la comunidad. “La gente respondió muy bien, y nos llegaron donaciones de muchos vecinos, de organizaciones sociales y políticas. También se acercan muchos vecinos, que nos traen algo de comida”.

Por otro lado, puntualizó que aún les faltan cosas como garrafas, anafes y ollas grandes. “También nos haría falta alguien que nos ayude con el tema del transporte, porque muchas veces tenemos que ir hasta el centro para buscar donaciones y se nos complica. Los que quieran colaborar, pueden comunicarse al 388-4130976”. 

Ignacio Navarro, vocero de la comisión de Cultura, detalló por su parte que llevan adelante actividades como batucada, stand up, obras de teatro y otras. 

Sofía Besso, de la misma comisión, destacó que la idea es que la gente se acerque a la Universidad y que pueda ver que la toma no tiene nada de malo, que no encierra ningún peligro. 

“Queremos que la mayor cantidad de gente posible visite la toma y vea que no hay ningún riesgo”, señaló.