La Oficina de Presupuesto del Congreso difundió la Tasa de Asistencia Efectiva que es un indicador que busca cuantificar el nivel de asistencia que cada actividad económica recibe producto de la intervención fiscal y comercial por parte del Estado, en relación al valor agregado que genera.
Del total de 40 sectores analizados, 37 tuvieron una intervención positiva, es decir, se vieron beneficiados por el Estado en alguna de las dos variables o en ambas. El más beneficiado de todos, que coincide además con el ranking del año previo, fue la fabricación de aparatos de radio, TV y comunicaciones; especialmente explicado por el régimen de Tierra del Fuego.
Las tres excepciones fueron fabricación de Alimentos y bebidas, Agricultura, ganadería y caza, y extracción de carbón, gas y petróleo, a los que la intervención Estatal les representa una extracción. Estos sectores terminaron en consecuencia con una TAE negativa por el impacto de los derechos de exportación.
Puntualmente Agricultura, ganadería y caza retrocedió 17 puestos entre 2022 y 2023 en asistencia efectiva: es decir, terminó aumentando su aporte.
En línea con esa información surgida de las planillas de la Oficina de Presupuesto del Congreso, el Índice FADA, que muestra el peso del Estado en la renta agropecuaria, mostró que en septiembre alcanzó un valor del 61,5%.
Comparado los meses de septiembre de años anteriores, el Índice en 2019 fue del 56,4%, en 2020 se ubicó en 62%, para septiembre de 2021 en 63,6%, en 2022 61,3% y 76,1% en 2023. En este último estuvo afectado por la sequía, situación que ya no impacta para la medición de septiembre de este año. Es decir, la cifra actual muestra valores en línea con el de los últimos años para la misma época, en gobiernos distintos. Por último, el índice de septiembre es 1,6 puntos porcentuales más alto que el de junio de 2024, que había marcado 59,9%.
El otro dato, esta vez surgido del Indec, muestra que el Estimador Mensual de Actividad Económica arrojó una caída interanual del 1,28% en julio, respecto a igual período del año previo. Pero allí hubo una vez más un amortiguador que evitó que ese número negativo no sea aún peor: el sector agropecuario. Como vino ocurriendo en los últimos meses, el agro está rebotando gracias a su comparación contra un año de extrema sequía que dejó baja la vara. Concretamente, en julio el agro creció 23,6% y cumplió 10 meses consecutivos en alza, lo que permitió al actual Gobierno disimular le severa recesión.
En los meses previos, el agro aumentó su nivel de actividad un 79%, 97% y 64% en junio, mayo y abril respectivamente. A pesar de eso el EMAE cayó en junio un 4%, logró un valor positivo en mayo del 1,3% y había retrocedido en abril, un 2,4%.