El potencial argentino vinculado a la agroindustria no tiene detractores en la esfera pública, más allá de la importancia que se le asignó al sector o el lugar en el que cada gestión lo colocó en las últimas décadas. En términos concretos representa uno de cada tres dólares que ingresan al país y en su balanza comercial es absolutamente superavitario, lo que implica que es uno de los conductos más directos hacia las desvastadas arcas del Banco Central.
Pospandemia: 45 entidades del agro, con un plan para el rebote
Plantean la necesidad de tener "reglas claras y perdurables" para fomentar la inversión y el agregado de valor en el interior del país. "Argentina tiene que consolidarse como una potencia exportadora", remarcan
Pero además de producir alimentos para los argentinos, el sector exporta a decenas de países, tanto materias primas como productos con valor agregado. Y esto último es lo que quiere profundizar un grupo de entidades vinculadas a las cadenas agrondustriales que se encontraron en lo que llaman, desde hace una semana, el Consejo Agroindustrial Argentino que esta semana se presentó ante el gobernador Juan Schiaretti y parte de su gabinete productivo para exponerle los principales ejes de su propuesta que busca generar 700 mil puestos de trabajo y 100 mil millones de dólares de exportación en 10 años. La intención, explican, es lograr un desarrollo integral del país, hacer foco en la federalización y generar hasta una contramigración desde los grandes centros urbanos hacia localidades más pequeñas, donde haya oportunidades laborales e infraestructura.
José Martins oficia de vocero de ese gran paraguas que es el Consejo y rápidamente aclara dos cosas: no se constituye como un factor de poder ni le interesa alcanzar vinculaciones partidarias. Tampoco, dijo quien además preside la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, los mueve la actividad gremial empresaria, que seguirá corriendo por cuenta de cada entidad que conforma este nucleamiento.
“El Consejo nació hace dos meses cuando daba la impresión de que la Argentina podía abandonar el Mercosur, un tema que ocupó la agenda informativa de ese momento y que de alguna manera nos alertó. Eso generó luego un excelente intercambio con las autoridades de Cancillería, tanto con el ministro como con el vicecanciller, en donde nos aclararon de que no era como se estaba interpretando y además nos abrieron las puertas para hacer algunas propuestas. Este grupo que estaba conformado en un principio por 34 o 35 cámaras e instituciones, siguió trabajando y avanzando en otros temas”, recordó Martins sobre los primeros pasos que un grupo de entidades comenzó a dar juntas.
“En otro momento nos preocupó el tema de los vandalismos en el campo y generamos una reunión con el ministro de Agricultura de la Nación y con la ministra de Seguridad, sumando a ministros de varias provincias. Y lentamente fuimos pensando en la necesidad de elaborar una propuesta a las autoridades que posicione a nuestro país de manera diferente, que nos ayude a salir de esta crisis. Y por eso nació esta propuesta. Sumamos otras cámaras y finalmente alguien nos sugirió que nos reunamos bajo un nombre y así surgió la semana pasada el Consejo Agroindustrial Argentino que cuenta actualmente con unas 45 entidades”, explicó Martins a este medio.
¿Qué busca el Consejo?
El grupo pretende ser un conjunto de entidades totalmente horizontal en el que me toca ser simplemente un vocero, el coordinador. No hay cámaras más imoportantes que otras, si bien cada una tiene un peso fuerte dentro de la economía argentina. La gran idea de esto es que no sea un espacio de poder sino que sea un lugar para generar consensos y propuestas al Gobierno, a la Legislatura y a la política argentina en general.
En ese recorrido fue el turno de explicarle el proyecto a Schiaretti, ¿cómo les fue en ese encuentro?
Venimos en un proceso en el que nos habíamos propuesto despertar el interés de todo el abanico político argentino. Empezamos con los ministros, seguimos con los gobernadores, queremos estar con los presidentes de las cámaras legislativas de la Nación y los bloques políticos. Dentro de esa ruta, nos tocó el gobernador Schiaretti y no podemos decir que hubo sorpresa porque sabemos perfectamente lo que Córdoba viene haciendo en términos de agroindustria y el impulso que le da. Pero sí nos reconfortó muchísimo saber que estamos en una comunión de ideas, coincidir en que hay que desarrollar con reglas de juego claro y un marco legislativo a largo plazo que nos permita seguir creciendo. En ese sentido hay provincias que ponen rápidamente a sus equipos a trabajar, como es el caso de Santa Fe con Perotti y en Entre Ríos con Bordet. En el caso puntual de Schiaretti nos sorprendió un poco más porque en la reunión virtual que hicimos participó todo su equipo productivo, lo que muestra ese sentido de pertenencia para la agroindustria argentina.
¿Y cómo piensan alcanzar los objetivos?
Lo primero que queremos cambiar es la metodología de cómo se vienen haciendo las cosas. Tenemos una oportunidad y tal vez sea de las últimas porque la pandemia nos pega muy fuerte, tenemos que renegociar la deuda externa. Hasta aquí, los gobiernos por impulso propio venían dando un marco a la economía argentina, al mercado interno y externo. Lo que pretendemos es salir de esa dinámica y generar un consenso de base previo. Y por eso es lo que estamos haciendo con una visita a cada uno de los funcionarios, legisladores, presidenta de la Cámara del Senado; ya estuvimos con el presidente de la Cámara de Diputados. Queremos hablar con los líderes de la oposición. Necesitamos que de una vez haya un consenso que nos permita, en articulación público-privada, lograr un paquete de leyes para proyectarnos a 10 años, reglas de juego claras que no se cambien, impuestos que permitan invertir en el país. Y lo bueno es que venimos encontrando eco. No queremos decir ‘este es el plan’, preferimos decir ‘esta es la oportunidad y tenemos estas ideas’ para ver qué opinan desde la política.
Proponen un plan de largo plazo...
Hablamos de un plan a 10 años que va a trascender 3 gobiernos. Es un proyecto ambicioso y estamos totalmente consustanciados y por eso hablamos de trabajar por proyectos y creemos que este es el camino. Yo estoy optimista y veo algunas señales para serlo. El diputado Massa rápidamente reaccionó, nos envió un anteproyecto que tiene que ver con esto. Pero seguimos avanzando con nuestra base para que no se crea que esto tiene alguna influencia política. No las tiene de ningún tipo, es solo agroindustrialista, federal. Aquí hay pymes, medianas empresas y grandes de todo el país, por eso creo que tenemos una oportunidad.
¿Van a servir de canalizador de planteos sectoriales?
Dentro del marco de la agroindustria hay intereses contrapuestos, hay tensiones, hay chispazos porque hay viejas picas como las del productor con el exportador, el acopiador contra la cooperativa. Por eso nos hemos propuesto trabajar por lo que nos une, para lograr estímulos para exportar asegurando el mercado interno. Y las demandas individuales tienen que seguir corriendo por las propias cámaras e instituciones. Este Consejo no va a entrar en el ámbito gremial. Simplemente nos une la discusión de este proyecto y alcanzar un marco normativo que pueda ser aprobado este año en la Nación.
Siempre se insiste en el agregado de valor y las exportaciones argentinas continúan muy primarizadas, ¿ahí hay parte del trabajo que se proponen?
Sin ninguna duda que parte del trabajo tiene que ser agregar valor a nuestra producción. Argentina tiene que convertirse en líder mundial de exportación, no sólo de materia prima para alimento humano o animal, sino también hay que poner mucho foco en valor agregado y exportar tecnología, insumos y conocimiento. Demostramos ser un sector muy dinámico. Sin dudas tenemos que salir de la dicotomía y dejar la primarización para ir a un esquema de valor agregado porque nos va a permitir generar empleo, sobre todo en el interior que es nuestro gran objetivo. Y no solo detener esa corriente migratoria que hay del interior a las grandea urbes, sino también pensar en una contramigración.