Vale recordar que en muchos lotes del norte y noreste provincial las pérdidas fueron superiores al 80% y en ocasiones llegaron a ser totales.
Frente a ese cuadro de situación y a partir de información provista por colaboradores de la Bolsa durante mayo, aún con incertidumbre respecto a estrategias de control de la chicharrita, se realizó la primera estimación de superficie para la próxima campaña estival 2024/25 y con un resultado dramático: “Se sembrarían 2,2 millones de hectáreas de maíz, 30% menos que la 2023/24”, remarcó la Bolsa de Cereales.
Ese dato implica un recorte de más de 900 mil hectáreas respecto de la campaña actual. Esa superficie que se recortará de los planteos maiceros se concentrarán mayormente en las áreas más afectadas por la chicharrita durante esta campaña, en particular el noreste. Un escalón más abajo se ubica el centro-este de la provincia y finalmente el sur, donde se darían los menores recortes en la próxima campaña, coincidiendo con la menor afectación en este ciclo que ingresa en la recta final.
La chicharrita se desplazó masivamente hasta el norte provincial afectando los cultivos de maíz, en una línea divisoria que los especialistas dibujan en la ruta 19. Hacia el norte de ese trazado se vio lo peor. Luego hay una franja hasta la altura de Río Tercero y el este, que llegó con menos masividad; y finalmente al sur, donde la afectación fue menor.
Los técnicos de la Bolsa resumieron esa referencia geográfica al señalar que “mediante el análisis de la distribución espacial de intención de siembra de maíz para la campaña 2024/25, se evidencia que los departamentos con mayor caída en la superficie de este cultivo se concentran en la región centro norte de la provincia. Esta zona coincide con una mayor proporción de superficie sembrada con maíz tardío en la campaña 2023/24 y es a su vez donde se reportaron los más altos porcentajes de lotes afectados por el complejo de achaparramiento”.
En la actual campaña de maíz, hay un avance de cosecha del 24% con un rinde promedio de casi 72 quintales. Se habían sembrado 3,19 millones de hectáreas en la provincia.
Cuando la Bolsa preguntó a los productores las razones por las cuales no iban a sembrar maíz en la próxima campaña, el 56% de los que ya decidió otras opciones dijo que fue por el temor a los efectos de la chicharrita. “Frente a la incertidumbre asociada a este contexto sanitario, se presenta como posible mejor alternativa destinar parte de los lotes de maíz a la siembra de soja y de sorgo, esta última limitada por la disponibilidad de semillas”, remarcó la Bolsa.
Una razón no menor por el volumen de respuestas alcanzadas fue la referida al precio y la rentabilidad esperada para el grano de maíz, que sumó el 24% de los productores. Más atrás, el pronóstico climático también tuvo peso con el 18% de las respuestas. Algo más marginal aparece luego la intención de rotación y el costo de los fertilizantes.
Vale recordar que a pesar del fuerte impacto del Spiroplasma causado por la chicharrita, Córdoba superará los 18 millones de toneladas de maíz esta campaña, un 58% más que en 2023 cuando la sequía fue determinante.
La soja gana espacios
En cuanto a la soja, la superficie de aumentaría un 22%, alcanzando 5 millones de hectáreas, mientras que el sorgo ocuparía 104 mil, un 37% más que la campaña actual. Respecto a maní y girasol, se calcula que la superficie no variará significativamente, destacó la Bolsa de Cereales en su primera estimación de cosecha gruesa.