La Fundación Bunge y Born entregará sus Premios Científicos 2023, este año, a relevantes investigadores dedicados a la Agrobiotecnología. El evento es la edición número 60 del premio y será en el Centro Cultural Kirchner el lunes 2 de octubre.
La ganadora del Premio Fundación Bunge y Born 2023 en Agrobiotecnología es la Doctora en Bioquímica Raquel Chan, especialista en biología molecular y celular de plantas, así como en ingeniería genética. Entre sus principales logros se encuentran haber aplicado ciencia básica en agrobiotecnología en particular, la tecnología HB4 de tolerancia a estrés por déficit hídrico en girasol, y luego incorporarlo a la soja, trigo y maíz para sostener rendimientos en climas adversos y sequía.
En cuanto al Premio Estímulo 2023 en Agrobiotecnología, uno de los ganadores es el Doctor Federico Ariel, quien se dedica a la investigación biotecnológica de las plantas para el desarrollo de nuevas técnicas saludables que reemplacen los pesticidas en el cultivo de hortalizas y frutas.
La otra ganadora del Premio Estímulo 2023 en Agrobiotecnología es la Doctora en Ciencias Biológicas Gabriela Soto, con una amplia labor de investigación, desarrollo e innovación en genes de interés agronómico, centrándose en la alfalfa. Soto señaló a Tranquera Abierta que si trabajo tiene un fuerte vínculo con Córdoba por ser una de las principales productoras de la pastura.
“Trabajamos en el mejoramiento molecular de la alfalfa enfocándonos en diferentes características. Nuestro trabajo es en colaboración con el programa de mejoramiento de Inta, en la sede Inta Manfredi (Córdoba). Pero además con una red de productores que evalúan la alfalfa que está distribuida en todo el país y nos cuentan la realidad, qué es lo que necesitan, qué es lo que les interesa a los semilleros, y nosotros tratamos de ir mejorando, utilizando técnicas biotecnológicas, con el fin de que tenga un impacto en la realidad. Córdoba es realmente una de las regiones más importantes para la producción de alfalfa, por eso nuestro mayor intercambio es allí”, dijo Soto.
Además explicó que “el trabajo premiado implica la generación de cultivos biotecnológicos en alfalfa a partir de nuevas tecnologías de visión génica, que implican modificaciones muy precisas en el genoma, hacia alguna característica que permite hacer una modificación en la alfalfa, y que la misma no sea transgénica. El premio está otorgado principalmente por ese logro”.
¿Cuáles son las mejoras a la semilla?
Una es la tolerancia a sequía, también aumentamos la productividad y estamos comenzando a trabajar con variedades tolerantes a timpanismo, que es cuando las vacas se hinchan mucho (por retención de gases) y terminan muriendo. Además estamos avanzando con tolerancia a salinidad, con variedades que puedan tolerar los cambios abruptos de temperaturas, de niveles de agua disponibles, para minimizar el daño que está teniendo el cambio climático en la producción.
Todo eso, ¿se puede lograr en una sola variedad de semilla?
A priori son diferentes, pero uno después tiene la posibilidad de hacer lo que nosotros llamamos apilamiento. Se pueden sumar esas características y trabajarlas en conjunto. Pero primero las tenés que generar, lo que implica desarrollar la alfalfa en forma individual.
Además, lideras un equipo de investigadoras mujeres…
La verdad que es un orgullo. Este premio no solo es a la trayectoria personal, sino a todo el trabajo que venimos haciendo hace tantos años. Recibir este tipo de estímulos es bueno para fomentar la ciencia. Para que las niñas o las mujeres jóvenes que están pensando que les gustaría hacer ciencia, se animen y vean que son espacios que cada vez son más factibles de ocupar y de tener éxito.
Tu trabajo contribuye a la alimentación del mundo, tuviste un reconocimiento de la FAO…
Así es, el reconocimiento fue por uno de los desarrollos que estamos llevando a cabo que es el de aumentar la biomasa y tener alfalfa de mejor calidad. La FAO realizó un listado, este año, con todos los desarrollos en curso. Se trata de potenciales productos generados vía tecnología de edición génica, seleccionó los que eran prometedores, y el nuestro, afortunadamente, fue uno de ellos.
Por Fernanda Bireni para Tranquera Abierta