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Chasqui: la mejor recopilación, con lo más picante de la semana

La salud de la ciudad, en el ojo de la tormenta

La pandemia fue un desafío para el sistema de salud de todo el mundo, y en Río Cuarto no fue la excepción, pero parece que hay ciertas cosas que en vez de mejorar empeoran en nuestra ciudad.

Vamos a hablar de dos hechos que tuvieron lugar esta semana y sirven para graficar los problemas a los que hacemos referencia.

El primero de ellos fue el testimonio audiovisual conseguido por el Observador Periodístico, en el que se muestra en un barrio de la ciudad la desesperante situación que le tocó vivir a un grupo de vecinos esperando a la ambulancia de Amor y Paz, la empresa que tiene la concesión del sistema de emergencias del Municipio de nuestra ciudad.

Una mujer llegó a la casa de su padre, de 62 años, porque este no contestaba sus llamados. Lo encontró con un fuerte cuadro de problemas respiratorios.

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Sin ninguna explicación y sin premura, la ambulancia demoró 85 minutos en llegar a trasladar el paciente a un nosocomio.

Sin ninguna explicación y sin premura, la ambulancia demoró 85 minutos en llegar a trasladar el paciente a un nosocomio.

Inmediatamente, la mujer se comunicó con la policía, que se hizo presente en el lugar y llamaron a la ambulancia, que tardó nada más y nada menos que 85 minutos en llegar al lugar; sí, leyó bien: 1 hora y 25 minutos.

No es la primera vez que pasa una situación de estas con la empresa Amor y Paz, y los reclamos de los riocuartenses sobre este servicio son constantes, servicio que el Municipio deberá licitar en los próximos días. Desde ya, no podrá cometer los errores actuales, por el bienestar de todos los riocuartenses.

La otra situación se viralizó en redes sociales, y es el reclamo de los trabajadores del Policlínico San Lucas, quienes denunciaron (otra vez) públicamente que supuestamente aún no cobraron el sueldo de noviembre, ni el medio aguinaldo de diciembre.

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El posteo en redes de los empleados del San Lucas, reclamando el pago de sus sueldos.

El posteo en redes de los empleados del San Lucas, reclamando el pago de sus sueldos.

Llama la atención que en medio de la tercera ola de Covid-19, en la que los prestadores privados de la salud siguen cobrando suculentos pagos por los servicios prestados, no cumplan con las obligaciones contraídas con su personal de salud, quienes son los que día a día arriesgan sus vidas para poder atender a los contagiados que cada vez llegan a las clínicas en mayor número.

La salud en Río Cuarto está en el ojo de la tormenta, ojalá que estas cosas no vuelvan a repetirse en el futuro.