Una de las etapas más lindas de la vida de la joven riocuartense Agustina Oviedo fue la maternidad.
Actualmente tiene 23 años y es mamá de Mia, una niña de cuatro años de edad.
A su vez, es árbitra provincial de fútbol y estudiante en la Universidad Nacional de Río Cuarto.
Oviedo asegura que tener un hijo es un hermoso desafío, ya que ninguna mujer sabe cómo ser madre y menos aún siendo joven.
Así fue como ella, en 2019, ya finalizado sus estudios secundarios y adentrándose al mundo universitario, se entera que estaba embarazada.
En diálogo con Puntal, Oviedo apuntó a que tenía dos carreras en mente, Kinesiología y Ciencias de la Comunicación.
La primera de ellas fue descartada ya que sólo se encontraba en la universidad privada, por lo que la riocuartense optó por la educación pública y ser estudiante de Comunicación Social.
Tras enterarse de la llegada de la Mia, Oviedo decide priorizar su maternidad y como ella menciona: “Al ser madre primeriza debía y quería dedicarle tiempo a mi hija”.
“Yo me siento una nena más con ella, jugamos y nos entretenemos juntas. La disfruto mucho y aprendemos mutuamente, ella me enseña a ser madre”
Ya luego en 2020, decide empezar una nueva carrera, Trabajo Social aunque al tener cursado virtual, por la situación sanitaria del Covid-19, decide no seguir la carrera.
En 2021, opta nuevamente continuar los estudios en la carrera de Comunicación Social y a la par, arrancar un curso de Árbitro Provincial de Fútbol.
“Decidí empezar esta profesión ya que mi papá también fue árbitro hace varios años y se retiró, por lo que me contagió su pasión y bueno me inscribí”, señaló Oviedo quien hizo hincapíe en que en ese tiempo no era muy fanática del fútbol ni tampoco miraba siempre los partidos, ahora ella asegura que ama este deporte y que junto a la carrera universitaria que realiza, le encantaría ejercer a futuro el periodismo deportivo.
La riocuartense se recibió el año pasado de Árbitro Provincial de Fútbol, no obstante, desde sus primeros meses de cursado ya comenzó a realizar sus inicios de trabajo en la cancha en partidos inferiores como asistente.
“Tenía miedo pero en el primer partido me di cuenta que era lo mío, me encantó. No es un trabajo fácil, hay mucha violencia verbal, uno tiene que hacer oídos sordos y seguir”, precisó la riocuartense quien contó en Puntal que ser árbitro es un trabajo que ocupa todo el fin de semana aunque también hay partidos los días de semana.
“Yo sábados y domingos estoy completamente a full con los arbitrajes, donde no sólo es local sino en la región de Córdoba. Puedo llegar a tener apróximadamente unos 8 partidos, lo que me ocupa de la mañana hasta la tardecita noche”, apuntó Oviedo.
La riocuartense afirmó a que ser árbitro de fútbol es una tarea díficil, ya que recibís constantemente violencia verbal e insultos, sin importar si sos hombre o mujer.
Pero un día, más precisamente un domingo en un partido de fútbol de primera masculino en Adelia María recibió acoso verbal por parte de un hombre mayor.
“Al ser árbitro, lamentablemente uno tiene que bancarse ciertos comentarios, pero él ya se había pasado del límite y fue un momento horrible, por lo que decidí realizar una denuncia policial”, precisó Oviedo y contó que el hombre ya no puede ingresar más a la cancha por todo lo ocurrido.
“Fue un momento muy incómodo pero no me duró mucho la tristeza y el bajón, porque yo quería salir adelante, no iba a dejar que eso impidiera realizar mi trabajo que amo”, señaló Oviedo quien además manifestó su agradecimiento a los compañeros de trabajo que estuvieron presentes y la acompañaron en este lamentable hecho.
Trabajar, estudiar y ser mamá
La jornada de la riocuartense tal como ella describe es de tiempo completo, ya que estudia en la Universidad Nacional de Río Cuarto, trabaja los fin de semana y en ocasiones, hasta los días de semana y además de estar al cuidado de la crianza de su hija, Mia.
“Tener un hijo no te impide totalmente nada, ser mamá me costó al principio pero fue cuestión de aprender y organizarme con los horarios. Me costó acostumbrarme que por mi trabajo había días que no estaba con ella pero siempre tratamos de pasar juntas un momento lindo cada día”, comentó Oviedo.
Al ser estudiante universitaria, todos los días debe cursar las materias correspondientes, por lo que con Mia comparten sus primeras horas de la mañana y a la noche. Su hija además asiste al jardín por la tarde, en ciertas ocasiones ha llevado a Mia a clases universitarias y Oviedo manifiesta que el recibimiento de los profesores y los estudiantes hacia Mia es muy agradable y para ella como mamá es algo hermoso ver estas actitudes tan amigables con su hija, quien describe como una nena de cuatro años muy tranquila y dulce y a su vez la mejor compañera de todas sus actividades diarias.
“Yo me siento una nena más con ella, jugamos y nos entretenemos juntas. La disfruto muchísimo y aprendemos mutuamente, ella me enseña también a como ser madre. Maduré mucho con ella y con la maternidad”, acentúo la riocuartense y sumó: “Admiro cómo crié a mi hija siendo jóven y además trabajar y estudiar. Es agotador pero me gusta y cuando uno ve que algo le hace bien, lo sigue haciendo”.
Frente a su maternidad jóven y crianza de Mia, Oviedo apunta y agradece a sus papás, a sus abuelos, a su familia y amigos quienes desde el minuto de la llegada de su hija son el apoyo constante de la jóven.
Como mamá de una nena de cuatro años, estudiante y trabajadora, Oviedo afirma que nada es imposible y que un hijo no debe ser impedimento en tu vida, sino que es un compañero de vida.
“Mis tiempos libres son para Mia, salimos a pasear o todo lo que ella quiera, ella sabe que yo estoy para ella y ver su carita con una sonrisa enorme, no tiene precio”, comentó la riocuartense quien aseguró que ser madre la ayudó a fortalecerse como mujer.