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Las exportaciones fueron clave para recuperar la caída del PBI de 2020

De la mano del alza de precios que experimentaron las materias primas, el superávit comercial de Argentina cerraría en 15 mil millones de dólares este año y podría alcanzar los 20 mil millones en 2022 según el último informe de la Cepal

La Argentina es uno de los países con mayor recuperación económica por el aumento de los precios internacionales y la exportación, según un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

El organismo internacional proyectó una fuerte recuperación económica en los países exportadores de productos agroindustriales entre los que se encuentra la Argentina, junto a Uruguay y Paraguay.

En el informe anual en el que se analizan las perspectivas de la región, la CEPAL afirmó que las exportaciones tendrán una suba del 25% impulsada por el alza de precios y un crecimiento del 8% en volumen exportado.

De confirmarse esa proyección, la Argentina podría alcanzar el año próximo un superávit comercial cercano a los 20.000 millones de dólares, teniendo en cuenta que este año podría superar los 15.000 millones de la misma moneda.

Para la CEPAL el comercio de América Latina y el Caribe se recuperó este año aunque su desempeño todavía depende de la evolución de la pandemia de coronavirus y su impacto en la recuperación de la economía global.

"Se proyecta que la región en su conjunto registre en 2021 un superávit de 24.000 millones de dólares en su comercio de bienes", dijo el organismo en su informe.

"Este es menor que el registrado en 2020, lo que se explica principalmente por la considerable recuperación del volumen importado", agregó el informe.

En términos de intercambios, los países exportadores de hidrocarburos tendrían este año una mejora del 15%, seguidos de los exportadores de productos agroindustriales (Argentina, Uruguay y Paraguay) y de productos mineros (Chile y Perú).

"Cabe notar que, aunque los precios de muchos productos básicos exportados por la región se encuentran en niveles altos, no existen datos para afirmar que se está en presencia de un nuevo superciclo", subrayó la CEPAL.

Un conjunto de productos básicos, que en 2020 representaron el 36% de las exportaciones totales de la región, mostraron un aumento combinado de sus precios del 42% entre enero y octubre de 2021 respecto del mismo período de 2020. Para el año completo, se proyecta un aumento del 41%. La evolución de los precios es un reflejo de la recuperación de la demanda global, y particularmente de China en el caso de los metales y los productos agrícolas. La evolución del índice de precios fue creciente hasta julio de 2021, posteriormente su crecimiento se ralentizó en agosto y septiembre, y retomó una senda alcista en octubre.

Hasta julio, los precios de todos los productos básicos presentaron alzas continuas, a medida que la demanda mundial se recuperaba de las restricciones de oferta y la reducción de la movilidad que redundaron en el desplome de los precios durante el primer cuatrimestre de 2020.

Las mayores alzas de precios en el período que va de enero a octubre de 2021 dentro de los productos agrícolas y agropecuarios se dieron en maíz (64%), soja (53%) y trigo (40%). “Sin embargo, los precios tienden a estabilizarse en los niveles altos en los que ya se encuentran. Por ejemplo, en los casos de la soja y sus derivados, las cotizaciones de futuros en los mercados financieros anotan bajas desde diciembre de 2021 hasta agosto y diciembre de 2022 (Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Argentina, 2021). Según estimaciones recientes, la producción mundial de cereales aumentaría un 1,1% en 2021 con respecto a 2020, lo que no afectará los precios debido a que las necesidades de consumo aún se encuentran por debajo de la oferta (FAO, 2021). Por otra parte, las alzas de precios de los productos agrícolas y agropecuarios tienen como origen principal la reactivación de la industria alimentaria”, remarca la Cepal.

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En China se origina una parte importante de tales aumentos, al expandirse su demanda de insumos como soja, trigo, harina de pescado y carne, entre otros.

La situación regional se enmarca en el rebote mundial. Según el mismo informe se proyecta que en 2021 el comercio mundial de bienes tendrá su mayor expansión desde 2010, como resultado del gradual levantamiento de las restricciones a la movilidad, del avance de los procesos de vacunación y de los programas de estímulo económico. El comercio de bienes de América Latina y el Caribe también se ha recuperado marcadamente durante 2021 debido al aumento de los precios de sus principales productos básicos de exportación, a la mayor demanda de sus principales socios comerciales y a la recuperación de la actividad económica en la región. En cambio, las exportaciones regionales de servicios aún no se recuperan del desplome que la pandemia produjo en el turismo internacional.

Al mismo tiempo, la Cepal advierte que la pandemia provocó una importante pérdida de capacidad exportadora en la región, que afectó especialmente a las microempresas y pequeñas y medianas empresas. Ello se debe, en gran medida, a la caída del comercio intrarregional observada desde comienzos de 2019, y que se agudizó por la crisis del COVID-19.

Esta situación pone de relieve la urgencia de profundizar la integración regional para generar una recuperación sostenible y transformadora. Ello resulta imperativo en un contexto mundial en que las principales potencias económicas buscan una mayor autonomía estratégica avanzando en sus propios procesos de regionalización comercial y productiva. Este fenómeno obedece a diversos factores en curso que están redefiniendo la organización del comercio internacional, entre los cuales destacan la creciente digitalización y automatización de los procesos productivos, las tensiones geopolíticas, los crecientes costos del transporte marítimo y la necesidad de reducir la huella ambiental de las cadenas de producción.

Por último, el informe de la Cepal hace hincapié en la economía circular y las actividades con fuerte anclaje en el cuidado del ambiente mediante la reutilización de desperdicios como materias primas de nuevos procesos de producción, algo que el campo y la agroindustria argentina y cordobesa vienen desarrollando a buena velocidad en los últimos años.

En ese sentido, el trabajo remarca que “las mayores posibilidades de América Latina y el Caribe están en aprovechar residuos agrícolas, especialmente aquellos provenientes de la extracción de aceites vegetales, darles nuevo valor y convertirlos en insumos de nuevos procesos, en industrias como la alimenticia, la farmacéutica o la de bioplásticos.