Para salir del subsuelo en el que va a quedar inmersa la economía nacional luego del paso del coronavirus y la extensa cuarentena que cumple 141 días y que obligó a paralizar la actividad económica durante buena parte de ese período, las miradas se depositaron definitivamente en el campo las cadenas agroalimentarias.
El presidente Alberto Fernández esta semana comenzó a dar señales más claras hacia ese sector luego de que recibió en Olivos al flamante Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) que integran 45 entidades que integran distintas cadenas productivas del país para analizar el potencial que presenta el sector y también el plan que diseñaron para generar 700 mil puestos de Trabajo y llegar a los 100 mil millones de dólares de exportaciones para 2030.
En ese encuentro, Fernández destacó que “en toda la agroindustria hay una gran posibilidad de exportaciones y necesitamos que produzcan ya”, remarcó el mandatario nacional, dándole también un marco de urgencia a la puesta en marcha de ese programa presentado por el CAA.
En el encuentro se evaluó el camino a seguir para aprovechar el potencial del sector agroindustrial para exportar y generar empleo teniendo a la Cancillería como una institución fundamental para que los productos argentinos lleguen a los mercados del mundo.
Cabe recordar que el CAA estuvo la semana previa con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, pero antes lo hizo con los gobernadores Juan Schiaretti, Omar Perotti y Gustavo Bordet. También el presidente de la Cámara de Diputados Sergio Massa se interesó en la propuesta y hasta acercó una alternativa. Ayer, en tanto, fue el turno del expresidente Eduardo Duhalde, quien comprometió apoyo. Y más tarde hubo zoom entre dirigentes del CAA y diputados de Juntos por el Cambio, entre los que estuvieron Alfredo Cornejo y Ricardo Buryaile.
Pero esas señales no son las únicas que van en la dirección de una apuesta por el campo y la agroindustria. El gobernador Schiaretti destacó esta semana, en una teleconferencia realizada durante la conexión de gas de una empresa en Holmberg, que “si hay un lugar que va a ser el alma y el motor del crecimiento y el progreso de nuestra Córdoba es nuestro sur que tiene una tradición productiva y de agregado de valor de las materias primas, de trabajo, que al sumarle infraestructura se potencia”, enfatizó el mandatario.
Desde la Unión Industrial Argentina, su vicepresidente y titular de la Copal (Coordinadora de Empresas Productoras de Alimentos), Daniel Funes de Rioja, compartió la visión y destacó que “no tenemos dudas que la reactivación luego de la pandemia en Argentina va a venir del interior hacia la capital y no en el sentido inverso. Y además creo que es una buena señal para el federalismo y las economías regionales”.
El empresario, que viene manteniendo reuniones frecuentes con la cúpula de la CGT, remarcó que “desde Copal estamos seguros e iniciamos una serie de encuentros con una mirada estratégica con el BICE a los efectos de garantizar o buscar los caminos para que las economías regionales tengan capital de trabajo para la producción de alimentos. Ese agregado de valor a nuestra extraordinaria producción de materias primas es vital y potenciaría no sólo nuestra capacidad exportadora, sino empleo y empleo descentralizado regionalmente, que es lo que hay que mirar con decisión”, destacó el dirigente industrial.
Consultado sobre la expresión del gobernador Schiaretti, Funes de Rioja destacó que “la pandemia deja también buenas enseñanzas y una de ellas es que un país equilibrado regionalmente evidentemente está mejor preparado para afrontar estas contingencias, sobre todo porque el consumo en países como el nuestro está muy centralizado y entonces puede haber producción pero no hay ventas y a todo esto hay que encontrarle equilibrios, por lo tanto coincido claramente con el gobernador Schiaretti”, señaló.
¿La Copal integra el Consejo Agroindustrial Argentino?
Nos reunimos con el Consejo Agroindustrial Argentino y hay varias cámaras de Copal dentro de ese nuevo armado pero los objetivos de Copal no son intersectoriales sino focalizados en alimentos y bebidas.
¿Qué expectativas tiene el empresariado frente al acuerdo por la deuda?
Por supuesto que nos genera muchas e importantes expectativas al mundo empresario el arreglo de la deuda porque es un punto de partida, un hito fundamental. Argentina ha tenido muchos defaults en su historia contemporánea. Y allí hay que remarcar dos cuestiones: una es el grado de incertidumbre que la pandemia ha generado per se más allá de nuestras debilidades, pero también la cuota de credibilidad en general sobre las líneas de acciones que definen el rumbo de un gobierno. Y en esto último entendemos que hubo una coincidencia de todas las fuerzas políticas para apoyar la negociación del Gobierno y también el sector empresarial y sindical porque la Argentina debía arreglar el tema de la deuda. Entonces el acuerdo es fundamental, pero también lo que está por detrás, que es ese consenso hacia un objetivo que debía cumplirse. Y entonces deberíamos estar en los prolegómenos de expectativas mucho más optimistas. Y ahí hay que definir cómo vamos a ir a la estabilidad macroeconómica que queremos, buscar primero la recuperación y luego el crecimiento con desarrollo inclusivo,y esto tiene que formar parte de una agenda que los argentinos debemos construir mediante el diálogo social y con acuerdo de los sectores políticos. Y es un acuerdo de todos, que se preanuncia con esta buena nueva. Y para eso es fundamental que el sector privado tenga acceso al mercado de capitales, cosa que era imposible en un país en default.
Con respecto a los desafíos vinculados a la exportación de alimentos por parte de Argentina, Funes de Rioja recordó que “Copal tiene un historial de exportación muy fuerte, habiendo llegado en 2011 a exportar 30 mil millones de dólares en alimentos procesados y hoy estamos en unos 25 mil millones, con un mercado internacional mucho más complejo, pero estamos seguros que podemos recuperar el terreno perdido”.
En ese sentido, ¿qué camino tiene que tomar la Argentina de acá en más?
Argentina tiene que ir a una integración inteligente al mundo, con presencia en los mercados internacionales. Integración del sector primario con el sector industrial para no sólo exportar commodities, sino también agregar valor a todo lo que podamos porque estamos en condiciones y tenemos capacidad instalada para hacerlo. A partir de ahí tenemos otros sectores como la minería, la tecnología, donde Argentina también puede acoplarse. Un eje industrial potente. Debemos darnos debates serios y llegar a las soluciones posibles que impliquen concesiones recíprocas.