Irán cuenta con uno de los mayores arsenales de misiles balísticos y drones del Medio Oriente.
Se estima que el ataque de ayer fue hecho con vehículos aéreos no tripulados (Vant) llamados Shahed-136, de alto protagonismo en la guerra entre Rusia y Ucrania. Se trata, en el fondo, de proyectiles guiados, más baratos y manejables que los misiles convencionales.
Estos Vant tienen un alcance de 2.000 kilómetros, capacidad para portar ojivas explosivas de 50 kilogramos, suficiente para causar daños considerables a infraestructuras.
El Shahed-136 tiene la particularidad de ser lanzado en oleadas, de cinco en cinco desde una sencilla lanzadera instalada en un camión. Con varias lanzaderas actuando a la vez se genera un “enjambre” capaz de saturar las defensas antiaéreas.
Estos drones no son conducidos desde un centro de control, sino guiados a sus objetivos por coordenadas GPS. Es por ello que han de ser utilizados contra blancos fijos, no en movimiento; volando bajo y rápido, no alterarán su trayectoria. Su velocidad es bastante baja: alcanzan un máximo de 185 km/h.
Según estimaciones del diario The New York Times, el Ejército iraní es uno de los más poderosos en la región en términos de equipamiento, cohesión, experiencia y calidad de las tropas.
Además, señaló que la estrategia militar iraní se basó durante décadas en la disuasión, centrándose en el desarrollo de misiles precisos de corto y largo alcance, drones y defensas aéreas.
El arsenal de misiles de Irán incluye misiles de crucero, antinavío y balísticos con un alcance de entre dos mil kilómetros, capaces de golpear cualquier objetivo en Medio Oriente, incluido "Israel", agregó el periódico.
El régimen de Teherán también acumuló en los últimos años un gran inventario de drones con capacidad para recorrer entre 2.000 y 2.500 kilómetros y de volar a baja altitud para evitar los radares enemigos.
Igualmente, construyó una gran flota de lanchas rápidas y algunos submarinos pequeños capaces de interrumpir el tráfico marítimo y el suministro energético global que pasa por el golfo Pérsico y el estrecho de Ormuz.
Irán no oculta este despliegue y exhibe su colección de drones y misiles en desfiles y exposiciones militares, mientras aspira a construir un gran negocio para la exportación de aviones no tripulados, según el rotativo norteamericano.
De acuerdo con expertos, las bases y arsenales en el país están ampliamente distribuidos, enterrados profundamente en la tierra y fortificados con defensas aéreas, lo cual dificulta su destrucción mediante ataques aéreos.
Durante años, la producción de armas en Irán se centró en satisfacer las necesidades de sus Fuerzas Armadas para convertir la industria armamentística iraní y su exportación en una fuente de ingresos importante a pesar de las sanciones estadounidenses y occidentales que enfrenta y obstaculizan su capacidad para vender petróleo y realizar la mayoría de las transacciones bancarias.